Con la entrada de los dos perritos a la casa de Gran Hermano 2022, los participantes se pusieron felices y exultantes. Romina fue la primera en tomar en brazos al cachorro café con leche y Marcos eligió al negrito. Cuando Santiago Del Moro entró al living por la pantalla gigante les comunicó que los perros serían sus nuevos compañeros a quienes tenían que cuidar.
Los participantes estuvieron de acuerdo y les pusieron como nombres Caramelo y Moro. Con el correr de los días, ellos mismos advirtieron que uno de ellos era una hembra, así que le cambiaron el nombre a Del Mora. Después, para hacerlo más sencillo, lo cortaron a Mora.
Con el correr de los días, los perros se fueron acostumbrando a su nuevo hogar y todos los cuidaron y dieron mimos. Sin embargo, como todos los días pasa algo diferente adentro de la casa más famosa del país, llegó la entrada de los familiares de cada uno de ellos al certamen.
Así fue como cada jugador se encontró con su pariente más cercano. En el caso de Julieta, tuvo la alegría de reencontrarse con su hermana mayor, Camila. Aunque la participante de Villa Devoto esperaba a su novio, Lucca, se puso feliz al ver a un integrante de su familia.
En tanto, Marcos se sorprendió y emocionó con el ingreso de su hermana Valentina. La joven, que vive en Francia, se llevó todas las miradas y la aceptación del público por su actitud amorosa con todos.
Por su parte, Nacho recibió la entrada de su papá, Rodolfo y le dio una bocanada de aire fresco al certamen. Con su personalidad extrovertida, se volvió un sostén para su hijo y para los demás, que agradecen los relatos de su vida.
Después, la Tora se abrazó con su mamá Gladys. A la mujer pareció costarle un poco más que a los demás adaptarse al ritmo del certamen, pero en los últimos días se la vio muy cómoda, en especial durante la noche del viernes en la fiesta temática. Se la pasó bailando al ritmo de la música y se mimetizó en una jugadora más.
Romina y Camila fueron las que más sufrieron con la entrada y salida de sus familiares. El sobrino de la exdiputada, Fabián, fue el primer eliminado por los mismos integrantes del reality, y la gemela de la joven de Ituzaingó se fue al día siguiente, por el voto del público.
En la noche del viernes, los participantes se vistieron con los looks que les acercó la producción para la fiesta en el zoom. Un ratito antes de entrar a bailar, Gran Hermano les pidió que lleven a los perros a la habitación amarilla, para que queden a resguardo y no les pase nada. Días anteriores, Caramelo se había caído a la pileta y corrió riesgo de vida si no hubiera sido porque uno de ellos lo advirtió y lo sacó al instante del agua.
En este caso, para evitar un hecho similar, se les solicitó que los dejen encerrados. Entonces, Nacho tomó en brazos a Caramelo y La Tora hizo lo mismo con Mora. “Lu, ¿le llevás la comida?”, le preguntó Nacho y ella asintió. Pero cuando estaban por dirigirse a la habitación, los alertó el grito de dolor de la cachorrita.
Lucila se preocupó y desesperada, gritó: “¿Qué le pasa?, ¿Por qué llora así?”. Enseguida, se dio cuenta que le dolía algo. “Ay, le estoy tocando la panza y grita, así que le debe doler me parece”. Pero Marcos afirmó que podía ser la patita lo que le dolía. “¡Sí!, es la patita”, gritaron a coro.
Acto seguido, la transmisión se cortó y el programa continuó en el estudio de Telefe. Desde allí, Roberto Funes Ugarte anunció que la perrita ya había sido atendida por uno de los veterinarios que están siempre en la casa y que seguro el dolor de la patita se debió a que le dieron una vacuna en el día viernes.
Seguir leyendo: