Ya desde el momento en que realizó el casting de Gran Hermano la figura del influencer Tomás Holder comenzó a replicarse en todos los medios. No era de extrañar que luego de ello se convirtiera finalmente en un participante del reality, aunque su estadía en la casa fue más corta de lo imaginado, ya que se trató además del primer eliminado del ciclo. Pero aunque ya pasaron cuatro meses de aquel momento, el joven de 21 años sigue siendo popular y enigmático.
Así las cosas, apenas Holder pisó la vida real, desapareció de la televisión. El joven tuvo algunas apariciones públicas pero fueron muy pocas y no quiso participar más de los debates del ciclo de Telefe ni de los programas televisivos que lo convocaban para opinar de Gran Hermano. El musculoso se dedicó a viajar y a reforzar sus trabajos en las redes sociales, donde le pagan muy bien por las publicidades que genera.
Escándalo mediante, se separó de su novia Paula Balbi; se mostró con otra modelo, Camila Mallo; presentó y sobreexpuso la relación con su madre, Gisela Gordillo; protagonizó un sonado incidente policial y documentó en sus redes sociales cada uno de sus viajes, donde mostró un estilo de vida muy al límite.
En este contexto, sorprendió una carta abierta que Holder publicó durante el 14 de febrero en sus redes sociales. El influencer abrió su corazón desde la primera oración. “Quisiera volver a recuperar esa sonrisa”, escribió Tomás, acorde con la foto que lo precede. Y continuó con una autocrítica de sus meses de furia: “Entré a un mundo al que no pertenezco, mucha noche, fiestas, excesos, descontrol, llegué a bajar 15 kilos estos últimos meses, ya sin ganas de entrenar, sin ganas de comer bien, solo pensando todo el maldito día en salir, tomar cosas y perderme entre la multitud”.
Holder repasó su hoja de ruta que sumó millas de recorrido y muy poco descanso. “Primero fue Cancún, después Punta del Este, luego Pinamar y Mar del Plata. Nunca paré, no dormía, me mantenían despiertos diferentes cosas”, señaló el rosarino, hasta que llegó el stop: “Este viernes mi cuerpo dijo basta. Tuve el primer ataque de pánico en el medio de una fiesta, sentí que me moría, sentí como me iba”. relató, y agregó que durante el hecho que definió como “traumático”, la gente seguía pidiéndole fotos.
“Yo solo buscaba oxígeno, buscaba poder respirar, recuerdo gente enojada por no poder sacarme una foto, y ahí entendí y logré comprender qué basura es el humano, qué basura es la persona”, reflexionó. Y fue por ese motivo que tomó la decisión que comunicaba en su post: “Alejarme de todos esos excesos y recuperarme, volver a mi vida sana y quedarme cerca de la gente que me quiere por lo que soy, no por lo que les puedo dar”, anunció Tomás, quien se despidió con una advertencia: “Voy a estar bajo control médico”.
Luego de casi 10 días de publicada esa carta abierta, el joven regresó a las redes sociales para generar un ida y vuelta con sus seguidores, respondiendo preguntas de toda índole, a las que graficó con la misma imagen, una selfie frente al espejo del baño, completamente desnudo y con apenas una toalla tapando la entrepierna.
Allí, consultado respecto de su situación sentimental apenas atinó a explicar que “lo dejo a su criterio”, para luego confirmar que su próxima meta es “viajar mucho este año, tener mucho laburo en las redes como hasta ahora y por qué no, conocer a alguien... no, mentira”. Tras asumir que no tiene miedo a la exposición mediática a la que ha llegado, aseguró que le gustaría ser recordado como “un pibe totalmente sincero, soñador, canchero y personaje que la vivió sin joder a nadie”.
Tras ello comenzaron los piropos de las mujeres, que no dejó de agradecer y compartir, en los que alababan su cuerpo y mostraban interés en conocerlo, además de consultarlo respecto de cuál había sido la mujer de mayor edad con la que había intimado (de la que reveló que tenía 42 años) hasta momentos de alta autoestima cuando al recibir un mensaje que rezaba “estás re bueno”, su respuesta incluyó una sola palabra: “Comparto”.
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