“Yo me veía viviendo de esto a los 35, 40 años. Pero tengo 24 y ya trabajé con los grandes. Me faltan Mirtha o Susana”, dice en una entrevista exclusiva con Teleshow Iván Ramírez, quien comenzó su carrera 10 años atrás animando las fiestas de 15 de sus compañeras de colegio.
Por ese entonces, el humorista que está haciendo temporada por segundo año consecutivo en el espectáculo de Fátima Florez, era convocado por sus propios amigos o familiares de ellos para ser parte de fiestas privadas. Lo habían visto imitando a Shakira en un evento escolar y a partir de allí comenzó una carrera que no tiene techo.
Iván describe a su familia como “su fábrica” por todo lo que hicieron por él en sus comienzos: su mamá Carina -ama de casa- lo ayudaba a crear y componer personajes; su padre Fabián -camionero y de quien heredó su sentido del humor- lo hacía con los guiones; su abuela Silvia fue quien aportó el costado teatral, no por nada la describe como “la dramática” que exagera cada situación; y su abuelo Mario tenía un taller en el que le confeccionaba todo aquello que necesitara en madera. También aportó muchísimo su bisabuela Noélida, quien le hacía el vestuario a mano.
Un día, mientras cursaba el último año de la secundaria, y ya habiendo realizado varios shows e imitaciones, recibió un mensaje privado de Facebook. Era de Claudio Brusca -histórico productor de Guido Kaczka-: le contó que había visto videos suyos en las redes sociales y que lo invitaba a ser parte de Hacelo Feliz, por El Trece. Su misión era interpretar al cantante Dread Mar-I. Exultante por la noticia, luego de haber aceptado, Iván reunió a su familia para comunicarle la buena nueva y que cada uno aportase lo suyo. Y manos a la obra.
Su presentación fue tan exitosa que volvieron a llamarlo. Notaron que no hacía un solo personaje sino que podía interpretar a varios. Y así fue creciendo en el medio: mostró su talento en La Tribuna de Guido; Bienvenidos a Bordo; Bendita, con Beto Casella; Polémica en el Bar, con Mariano Iúdica, ShowMatch (imitó a Moyano y a Kicillof en PolitiChef) y en Radio Vale con Laurita Fernánez. Para ese entonces, ya estaba en primer año de la facultad cursando el profesorado de Historia.
“Uno a veces tiene miedo, eso de pensar que hay que tener un título”, explica Iván, que se había recibido en el secundario con un promedio de 9,75. Sin embargo, no le alcanzaban las horas del día ni le daba el cuerpo para poder rendir al cien por cien en todas sus actividades. Terminaba de cursar a las once de la noche y se despertaba a las tres de la mañana para tomarse el primer tren desde Lomas de Zamora hasta Palermo, para estar a las cinco en la radio.
Faltando dos meses para terminar el primer año de la carrera, decidió abandonarla y apostar por su costado artístico. En definitiva, sabía que su futuro no era como profesor de Historia sino hacer reír al público. “Me tiré a la pileta y mal no me fue”, resalta quien interpretó a Ricardo Fort en la docuserie de Star+.
Iván ya había imitado a Ricardo en otras oportunidades, era uno de sus personajes más característicos. Y si bien estaba tranquilo cuando lo convocaron para hacer el casting, trabajó muchísimo para perfeccionarlo. Tenía que enfocarse en su tono de voz, y no tanto en los clásicos latiguillos que solía hacer cada vez que lo interpretaba: es que su rol en El Comandante Fort era hablarle a la cámara y a la audiencia como si fuera una situación cotidiana. Y Ramírez estaba acostumbrado a interpretarlo con sus reconocidas frases.
Dos días después le confirmaron que había quedado seleccionado y que filmaría tres semanas después. Ese es el tiempo que el humorista se tomó para trabajar y ensayar su personaje. Fue una jornada de ocho horas inolvidables en las que sintió “piel de gallina” más de una vez. Y se agudizó cuando supo que usaría el vestuario original del chocolatero: su pantalón, su camisa, sus chaleco, y su tapado de piel. Realmente se sentía Ricardo Fort.
Y para que eso terminara de suceder, la tecnología haría lo propio con un deep fake: se conoce así a los videos y las fotos con ensambles cuasi perfectos donde se combina el rostro de una persona con el cuerpo de otro; o bien cuando se fusionan dos caras en una. Para ello, había que hacer una sola modificación: agregarle una prótesis en el mentón. “El sistema te copia la cara pero no la estira”, explica el humorista que debió dejar su pelo largo para poder peinarlo como lo usaba Fort.
Para aquel trabajo -un año y medio atrás- Iván firmó un contrato de confidencialidad y recién pudo contárselo a su círculo íntimo hace algunas semanas, cuando desde la producción lo habilitaron a compartir imágenes de promoción en sus redes sociales.
¿Qué pasó cuando se vio? “No lo podía creer. Quedó impecable. Hasta a mí me parecía que era él, pensé que era él -repite-, pero era yo”, admite Iván que también celebra “haber roto la barrera” de que “los imitadores no pueden actuar”.
“No sos vos, es Ricardo”, le dijo más de un desconfiado que terminó alabando su trabajo.
Hace poco más de un año que está en pareja con Agustina, una psicopedagoga que también es cantante y con quien comparte una banda. Y, al igual que lo hizo su familia, ella también lo ayuda día a día con el vestuario para los personajes, así como también lo asiste en los videos que Iván comparte en las redes sociales.
Conviven en Banfield y actualmente lo acompaña durante la temporada teatral en Villa Carlos Paz, así como lo hizo el año pasado en Mar del Plata. Organiza sus días entre el consultorio, su banda musical -con la que tienen grandes proyectos para el 2023- y apoyando a su novio. “La familia es lo primero”, resalta el humorista destacando la contención de su pareja.
Iván es el mayor de cuatro hermanos (Agustín, de 18, Franco, de 16, y Camila, de nueve). Y se detiene para hablar de la menor, a quien define como “una futura imitadora” que seguirá sus pasos. Cuenta que ella, cuando tenía siete años, fue quien en plena pandemia le sugirió que se abriera una cuenta de TikTok. Por ese entonces, él apostaba a Instagram y a otras plataformas. Sin embargo, su hermanita le pidió que le enviara un video en donde realizara distintas imitaciones, y lo publicó antes de irse a dormir.
Al día siguiente se despertó con un mensaje de ella: se había viralizado y había alcanzado las 150 mil reproducciones. Hoy tiene 2 millones de seguidores y todo el tiempo está pensando y creando contenido. “Lo primero es la familia”, repite Iván Ramírez recordando la ayuda que recibió por parte de sus seres queridos cuando se plantó y les dijo que quería dedicarse a esto, que era su sueño y que iría tras él. Y hoy, con 24 años, logró lo que siempre quiso: vivir de lo que le hace feliz y poder disfrutarlo al lado de ellos.
Seguir leyendo: