Su día parece tener más de 24 horas. Su energía es arrolladora. A sus 58 años y en una misma jornada, Fernando Burlando puede desdoblarse en infinitas y diversas actividades con la misma pasión: desde arrancar muy temprano peleando un caso resonante en Tribunales, almorzar luego con su equipo con el que piensa lanzarse a la política, sacarse fotos para participar de un reality show, jugar un partido de fútbol, cambiar pañales de su beba Sarah o simplemente, tomarse un avión privado y viajar con su pareja, la conductora Barby Franco.
“No te asombres, en mi casa hago muchas cosas también”, avisa en una extensa charla con Teleshow. “Contale que cambiás pañales, que la bañás y la hacés dormir a Sarah”, acota Barby de fondo. Burlando asiente y aconseja: “Fue hermoso volver a ser padre a esta edad, lo recomiendo, háganlo en sus casas”. ¿El secreto para hacer más actividades que un humano promedio sin dormirse en el intento? “Cuando hacés lo que querés, tenés lo que querés, ¿qué más podés pedir? Después se va dando todo solo en la vida, hay que estudiar, hacer las cosas bien, ser buena persona. Es la clave de la felicidad, no hay otra”, argumenta.
Con ese mismo arrojo dijo que sí cuando le llegó el llamado para formar parte de The Challenge Argentina, El Desafío, el reality que acaba de estrenar Telefe en el que 18 participantes compiten por agua, tierra y aire. Un formato mundial en el que se combinan habilidades físicas, mentales y sociales. Pero su paso fue breve, porque junto a la boxeadora Carolina Duer quedó eliminado en la primera ronda.
—¿Cómo viviste tu paso por The Challenge Argentina?
—Fue uno de los momentos más maravilloso de mi vida. Fue una experiencia que disfruté muchísimo. A mí me gustan los deportes de toda la vida. Juego al polo, me rompo todo jugando y sigo; kitesurf hace muchos años; juego dos veces por semana al futbol; agarro una pelotilla y le doy con un palo. Cualquier cosa hago, pero lo del Challenge fue realmente un verdadero masaje a mi corazón, fue un baño de crema a mi cabeza. Increíble. Se ríe Barby acá, pero es algo que te permite levitar y disfrutar.
—¿Cómo fue convivir con otros participantes, algunos conocidos y otros desconocidos para vos?
—Tengo que reconocer que a mí me gusta vivir muy bien, eso es cierto, pero lo que generó este grupo es increíble. Yo siempre ejercí el rol de liderazgo en función de unir, nunca de separar, y eso se notó mucho en la casa con los chicos. Pasé de un cinco estrellas a que de la cama me quedaban 25 centímetros de mi tibia afuera, o sea, pata y tibia afuera, pero la pasé tan bien, disfruté tanto de la compañía de ese grupo que me podían poner en una cajita de fósforos y me iba a adaptar. Con 57 años me sentía en un viaje de fin de curso, me sentía de 17. Fue fenomenal. Fue meterse en el túnel del tiempo y elegir el momento más lindo de tu vida.
—Pero, duró poco...
—Me hubiera gustado quedarme más. Tengo muchas ocupaciones, vivo la vida con mucha intensidad, entonces fallé en no ver los juegos anteriores para entrenarme bien así que estoy pidiendo otra oportunidad. Ingresar en algún repechaje. Estoy anotado primero para The Challenge 2, les taladré la cabeza a todos. En el medio me agarré una Gripe A horrible, pero con la energía que había adentro, aún sintiéndome mal, con la cama chica, me quería seguir quedando.
—¿Cómo manejás la exposición permanente, ser una persona tan conocida?
—No tengo uso de razón de algún momento de mi vida en el que no estuve expuesto. Desde muy joven, por cuestiones profesionales me tocó estar expuesto, y cuando empecé a salir con Bárbara ya está, ahí directamente volqué (Risas). Y con Sarah más. Canalizo mucho en el deporte y en mi familia.
—Siempre estás rodeado de tus afectos, aún en los momentos más oscuros están a un costado acompañando: Barby en Dolores, Delfina en el juicio junto a la familia Báez Sosa...
—Siempre me hacen el aguante. Tuve mucha suerte de tener a mis hijas cercas, Barby que fue revitalizar la felicidad, revitalizar la vida, y ni te digo cuando todo eso lo coronas con una beba como Sarah. Es cierto que este mes en Dolores fue muy complicado, me iba el lunes y volvía el viernes, fue muy traumático para mí. Pero era una obligación marcada a fuego. Esperaba que lleguen los fines de semana para estar con la gorda, que tampoco podía estar mucho porque me tenía que sentar a estudiar, aunque ella me ayudó mucho.
El crimen de Fernando Báez Sosa
El 18 de enero de 2020, un grupo de amigos oriundos de Zárate asesinaban a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. El hecho escaló en los medios el día siguiente, junto al video de la golpiza mortal que estremeció a todos. El caso llegó horas después al estudio de Burlando, quien se reunió con los padres del joven de 20 años, Graciela y Silvino, una familia humilde que acababa de perder a su único hijo. “Nuestro Fer estudiaba derecho, quería ser como vos”, asegura el letrado que le dijo esa madre devastada. Y que ahí comprendió que debía abrazar esa causa, sin siquiera imaginar que se convertiría en un hecho que paralizaría al país.
Finalmente, tras tres años de espera, los rugbiers recibieron su condena:, que fue transmitida por todos los canales que alteraron su programación habitual. Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi prisión perpetua; Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi, 15 años de reclusión.
—Ahora que pasaron algunos días, ¿con qué sensación te quedaste post sentencia?
—Si bien hice críticas a la justicia, yo me quedé conforme cuando vi a Silvino y a Graciela conformes, cuando yo escuché a esa mamá decir: “Ahora puedo dejarlo volar”. Esos papás que, me contaban, todavía seguían limpiando, planchando y acomodando la ropa en el placard de Fernando. Haberla oído decir el día de la sentencia que estaba conforme, para mí es otra caricia al corazón, es decir que cumplimos, hicimos lo que teníamos que hacer. El camino todavía sigue, pero yo estoy muy sorprendido sobre todo con todo aquello que tuvo que ver con una respuesta general de la gente, vi mucha unión, después de haber visto mucha desunión. Vi cosas que eran muy emocionante para nosotros, como llegar a un lugar y que la gente nos salude con un amor y con una alegría enorme, eran cosas que jamás imaginé en mi vida.
—Cuando te involucraste con el caso, ¿creías que iba a crecer tanto, que iba a convertirse en una causa emblemática?
—Yo pensé que no, que no iba a trascender de esta manera, que iba a ser una causa más. Sí estaba comprometido moralmente, tenía un compromiso por una criatura que me tenía como referente del derecho y estudia derecho por mí, es algo muy gratificante. Es lo que más deseaba cuando tenía 21 años, aspiraba a que el día de mañana me tuvieran de ejemplo. Se dio toda esa situación, entonces lo tomo como un tema mío, un tema que me ponían en el camino. Porque en esta carrera, en la que tenés mucha ganancia, siempre tenés que devolver algo, sino no hay equilibrio. Jamás pensé que iba a trascender tanto, pensé que iba a ser un tema más de Silvino, de Graciela, nuestro. Sí de nuestra oficina, en nuestro estudio, porque todos nuestros jóvenes automáticamente se vieron involucrados en lo que fue la investigación penal preparatoria. Cuando al mes de ocurrido el hecho vi esa Plaza del Congreso repleta, dije “pucha, esto no es normal”, supera cualquier especulación que pueda hacer del tema.
—¿Cómo están Silvino y Graciela, pudiste volver a hablar con ellos?
—Hablo mucho con ellos, me llamaron para el día de mi cumpleaños hace unos días. Con Silvino estuve el fin de semana, compartimos muchos momentos. Todo el equipo y yo los llamamos para ver si necesitan algo, todos estamos detrás de ellos. Hasta Barby se comunica siempre con Graciela.
—¿Es una relación se formó para siempre?
—Obvio, hay un vínculo que es muy fuerte. Silvino una vez dijo que nos sentía como de la familia y nosotros le tomamos la palabra, somo bastante intensos los Burlando en ese sentido. Fue muy emocionante, aparte es gente que tiene tantas condiciones, cualidades y cosas lindas para enseñar y para mostrar, que nosotros le sacamos jugo a cada momento que compartimos.
Es entonces, que vuelve el tiempo atrás y rememora una situación que le dejó una enseñanza que quiere transmitirla. “Siempre cuento una anécdota: Barby, modelo, loca de las fotos, y un día salía de casa para reunirme con ellos antes del juicio, y estaba con una fotógrafa meta sacarle fotos a la nena. Empezaron a las 8 de la mañana, ya eran las 11 y seguían, era insalubre y le digo: `che, ya está, no les saques más fotos a la nena` y me fui enojado. Barby siguió sacándole fotos, ni bola. Cuando llego al estudio y me encuentro con Silvino y Graciela, les cuento que estaba indignado y Silvino me dice: `Fernando, sabés que las últimas fotos que tengo con Fer eran unas fotos que yo no me quería sacar, me tapaba, les decía sáquense ustedes. Son los últimos momentos de Fernando y son las fotos que más deseo. Hubiera deseado sacarme más fotos, así que dejala sacarse fotos, disfruten este tiempo con tu hija`. Ahí me di cuenta la importancia de ése momento, la importancia de todo y del consejo que me daba Silvino. Entonces llamé a barby y le dije que le siga sacando fotos. Que le saque muchas”, cuenta emocionado.
Su candidatura
El abogado más mediático del país tiene, como cada persona pública que se expone, seguidores y detractores. Tal es así que algunas consultoras comenzaron a medirlo para las próximas elecciones, se llevaron una sorpresa y el letrado asegura que llegó el momento de lanzarse a la política. “Me da un 9 por ciento pero si voy con Milei, un 14 y eso que no empecé la campaña”, advierte decidido y confiado en que será el próximo gobernador de la provincia de Buenos Aires por un partido propio, Movimiento de Integración Federal.
—¿Qué tan avanzada está tu candidatura?
—Fue Natalia Volosin, una compañera tuya de Infobae, quien me sacó el dato antes, porque yo no lo quería decir hasta tiempo después del juicio de Fernando. Pero sí, voy a arrancar, voy a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires. Y te voy a confesar cómo me convencí. Después de la nota, me di cuenta que la gente realmente está buscando una cosa muy diferente a la clase dirigencial tradicional. Cuando vi que en muy poco tiempo la entrevista tuvo una gran cantidad de visitas, me di cuenta que el tema no era broma, obviamente esperé, porque es una medición que fue muy fuerte para mí, porque todavía sin hacer campaña tenía muchos puntos encima, ganándole a mucha gente que era parte de la política, que viene trabajando en esto hace muchos años, y ahí es donde confirmé dos cosas: primero, que justifico abiertamente mi repudio y mi odio a la grieta; segundo, que la gente entiende lo mismo que yo, que la política desde el `83 hasta ahora no nos ha devuelto nada, no nos ha dado nada, han reprobado todas las materias, hasta las básicas.
—¿Cuál crees que va a ser la respuesta de la gente?
—Yo estoy proponiendo que participen todos, hay mucha gente que quiere participar de la política, pero la clase dirigencial tradicional da la sensación que le cierra las puertas al común, a la persona que quiere hacer algo por su provincia, por su país, y evidentemente no accede. Yo les voy a prometer que van a acceder todos, porque la política no es patrimonio de esa clase dirigencial que nos cansan con sus opiniones diarias y con sus peleas, la política es del pueblo, es de toda la gente. Es factible que sea gradual y progresiva esa participación que uno pretende. Tal vez yo no llego, pero sí puedo llegar a muchos, como sé que ya lo puedo hacer, por los números que me dan en las encuestas. Es mi misión.
—¿Qué números te dan?
—Hicieron dos o tres encuestas, una me da 9 puntos, hay otra de 14 si iría con Milei, por ejemplo, que obviamente yo voy solo, no tengo nada que ver con el Kirchnerismo, no tengo nada que ver con el Pro, no tengo nada que ver con Milei, no tengo nada que ver con nadie. No significa que no cobijemos gente de cualquier color político, lo que yo quiero es que quien que no accede a la política, pueda hacerlo.
—¿Te sentarías a tomar un café con todos para el armado o a alguien le cerrarías la puerta?
—Mirá, yo odio la grieta, pero hay cosas que no puedo permitir, que a mí no me van. Creo que llegó el momento de limpiar la alfombra que ha pisoteado la política y la clase dirigencial hasta ahora, llegó el momento de sacudirla. Si hay un tipo que durante 20 años no nos dio una respuesta, ya está, andate a tu casa, no pretendas que el pueblo siga pagando tus gastos, o tus locuras, o tus choreos, ya está, se acabó.
—¿Movimiento de Integración Federal es un partido que armás vos o es una alianza?
—Son tres partidos los que me vienen a buscar, son tres partidos que no existían, pero ojo, soy yo, yo soy el que convocó al equipo técnico, yo soy quien convoca a la gente, con todos tipos referentes y seguramente con sorpresas. En principio es Fernando Burlando, les tendrías que preguntar a los demás quién viene. Mido 9 puntos sin hacer campaña política, yo no hice nada, me vine unos días a Punta del Este con Barbarita y con Sarah para descansar antes de hacer campaña. Si vos te fijás los políticos históricos, salvo Axel, que mide bastante -alrededor de 27 puntos-, salvo Santilli que mide 14/15 puntos, no miden nada. Pero yo mido 9 puntos y la encuesta me dice que si voy con Milei, mediría 14 sin haber hecho nada. ¿Sabés cuál fue mi campaña? Una nota de Natalia Volosin que dice: “Burlando va a ser gobernador”, nada más.
—¿Al instante sentiste la aprobación de la gente?
—Fue inmediato. Aparte lo veo porque es impresionante cómo suena este teléfono para ponerse a disposición. Siempre vi en la política un egoísmo muy marcado, y la gente que llama lo hace para ver qué hacemos, no importa desde qué lugar, es muy gratificante para mí.
—¿Tu familia qué dice, no te da miedo aún más exposición y las críticas?
—¿Qué me van a atacar a mí, sin son 36 años de exposición absoluta? Saben qué hago, qué hice, qué no hice. La transparencia la da la propia exposición. No es fácil estar tantos años en un lugar, si vos hacés un pequeño reconto de la vida decís: “Este pibe era muy joven y estaba acá, después siguió y siguió”. En el medio garpa mucho el éxito, pero también garpa mucho desbarrancar. Por ahora, por suerte, siempre éxito.
—Se te nota muy convencido que vas a ganar, ¿te ves como presidente en algún momento?
—Primero voy por la gobernación y hay que demostrar mucho. Esto que te digo de sacudir la alfombra, creo que estoy en condiciones de hacerlo, es fácil, hay que mejorar la calidad de la administración, mejorar los controles, todo se puede, no hay que hacer mucha inversión. Si mejorás los controles va a haber menos corrupción, todos los ámbitos de control, desde una licitación hasta un tipo que está con arresto domiciliario. Falla mucho en la Argentina y en la provincia de Buenos Aires el control, que es lo que te da garantía de transparencia y de efectividad. Obviamente hay que mirar bien los números, hay que hacer bien las cuentas, si bien es una provincia muy difícil de administrar porque viene en caída libre, creo que solamente haciendo una gestión de regular para buena, hacé de cuenta que es un cambio radical. Hay propuestas en todos los ámbitos, no solo en seguridad. A mi me importa mucho la educación, me interesa. Creo que la Argentina sale adelante exclusivamente con la educación, ésa es la clave.
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