Con menos participantes dentro de la casa y más de tres meses de convivencia, se necesitaba un aire nuevo y renovar las energías, ante lo cual Santiago del Moro reveló que dos nuevos participantes entrarían a la casa de Gran Hermano, lo que generó desconcierto, incertidumbre y hasta un dejo de molestia por parte de los que allí se encuentran, temiendo que lo conseguido hasta el momento pueda ser en vano ante la presencia de algunos que conozcan lo que se vive en el exterior.
Sin embargo, estos dos nuevos integrantes de la casa eran dos cachorros de los que afirmaron, al ingresar, que eran dos machitos. Sin muchas vueltas, la primera medida fue bautizarlos, y así se llegó a que sus nombres serían Caramelo y Moro, en homenaje al conductor del ciclo. Sin embargo, este último debió ser renombrado al confirmarse que, en realidad, se trataba de una hembra, por lo que finalmente, para no perder la esencia, se llamaría Delmora.
En ese momento, el conductor les informó que “son perritos que fueron rescatados y están ahí para adoptar, los jugadores serán instruidos en la manera de cuidarlos y deberán resolver las dificultades normales que implique el cuidado de los animalitos. Es muy importante cuando uno adopte una mascota tener el tiempo, la dedicación, más allá del amor y la ternura. la casa quiere dar el mensaje de que adoptar está bien porque implica entre otras cosas menos perritos en la calle. Los dos perritos están sanitos y preparados para una adopción responsable, cosa que sucederá a la finalización del programa o cuando así lo considere Gran Hermano”.
Y continuó aclarando que “cuando con Gran Hermano salimos a los refugios a buscar un perrito, nos presentan estos dos y estábamos viendo cuál iba a entrar, y como son hermanitos, entraron los dos. Son de ustedes, si los quieren adoptar, lo van a definir ustedes en los próximos días, sino las personas que los quieran adoptar, están en adopción”. De inmediato, sin dudarlo, Marcos confirmó que se quedaría con la cachorrita negra y Romina con Caramelo.
En ese contexto, la casa cambió completamente, pero los perros como suele suceder, ya eligieron a su dueño. Al parecer, les encanta estar todo el día con Marcos, a quien siguen a sol y a sombra. Durante la tarde del martes, se lo pudo ver al joven salteño jugando en el piso con los cachorros cuando Gran Hermano lo llamó al confesionario. Marcos se levantó de inmediato del piso y se dirigió al recinto y, cuando se quiso dar cuenta, tenía a Caramelo y a Moro persiguiéndolo entre sus piernas.
Sin embargo, en medio de esta nueva revolución, una aclaración por parte de Gastón Trezeguet hizo temblar los planes de los participantes respecto del futuro de las mascotas. Es que en medio del programa de Georgina Barbarossa, mientras transmitían en vivo lo que sucedía dentro de la casa, con los perritos despiertos jugando con sábanas y zapatillas y los hermanitos durmiendo, aclaró que “no se quedan hasta la final, ¿eh?”.
Las preguntas por parte del panel no tardaron en aparecer, y el ex participante explicó algunas cuestiones: “Nunca se quedan hasta la final los perritos porque es solo un tiempo determinado, es una semana, una o dos como mucho”. Allí, quien intervino fue la conductora cuya duda era “¿quién se los va a llevar y que les den tanto amor?”, ante lo que la respuesta fue que “están de tránsito y ya tienen sus respectivos futuros hogares. Es para visibilizar el tema de la adopción, del tránsito... imaginate, los quiere todo el país a esos dos perritos”.
Pía Shaw, por su parte, intentaba saber si entonces Marcos y Romina no podrían quedarse con ellos, pero Trezeguet aseguró que “hay que ver que salgan, que puedan, Marcos vive en Salta”, para después aclarar que en realidad tienen dueño pero dentro de la casa, a quienes siguen los cachorritos, “pero hay que ver dónde se van a vivir, están en adopción”.
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