“Siempre tuve la fantasía de decir ‘me voy y no vuelvo’. Y ahora lo voy a hacer: me voy y no vuelvo”.
Fernanda Iglesias va a cumplir, a los 50 años, un sueño que tiene desde sus 18. Porque no hay edad para realizar metas. Y mucho menos cuando se trata de algo que se desea con tanta fuerza y durante tanto tiempo. Cuando terminó el secundario, sus padres le regalaron un viaje a Londres para estudiar inglés durante un mes. Por ese entonces, su intención era hacer el traductorado, carrera que comenzó a su regreso de Inglaterra, pero que abandonó cuando notó que no le gustaba. “La dejé. No me gusta atarme a las cosas. Yo me até mucho tiempo a trabajos, a situaciones. Y ahora dije ‘no lo voy a postergar más porque la vida tiene un vencimiento. Si no lo hago ahora, ¿cuándo lo voy a hacer?’”, sostiene en una entrevista exclusiva con Telehow la periodista que el próximo 21 de marzo vuela con destino a España “a probar suerte”.
Desde que conoce a su marido, el productor Pablo Nieto, hace 13 años, ella le expresa sus ganas de tener esta experiencia. “Una cosa llevó a la otra, y nunca se concretó”, recuerda quien tuvo la posibilidad de vivir en Brasil junto a su familia seis años atrás cuando a él lo convocaron para un trabajo. “No nos animamos en ese momento”, destaca y cuenta que entonces él viajó durante los dos años que fue parte de aquel proyecto. “En esa época todavía no tenía pasaporte comunitario europeo, lo saqué el año pasado, y desde que tengo la ciudadanía italiana pienso ‘ahora me puedo ir a Europa, no necesito que sea el Mercosur’. Lo empecé a pensar, se lo dije a Pablo, a mis hijos...”.
Fernanda no quería dejar pasar más tiempo sin poder viajar y vivir la experiencia que tanto quería. “Se me van pasando los años, la vida”, le comentó a su marido. “¿Por qué primero no vas vos sola? Porque es una movida grande ir toda la familia sin nada”, le planteó el productor, a quien no le terminaba de convencer la idea de realizar un cambio rotundo sin tener trabajo asegurado. “A él no lo tranquilizaba, a mí no me importaba”, dice quien piensa llegar, actualizar su currículum y comenzar la búsqueda y postulaciones. Aunque no apunta a trabajar de periodista sino “de lo que surja”. Es parte de la experiencia que quiere hacer. “Yo ya hice carrera acá”, aclara quien además seguirá realizando algunos proyectos en la Argentina a través de teletrabajo.
“Es un deseo muy grande el que tenés vos y yo sin nada no me voy. Andá vos primero a ver qué onda, si conseguís trabajo, si te parece que podemos estar bien”, le sugirió Nieto a su esposa motivándola a cumplir su sueño mientras él continuaba con sus tareas en el país. “Pablo me vio insistente con la idea de viajar y me abrió el juego. Fue generoso”, destaca la periodista.
“Es por un tiempo largo. La idea es no volver. Quiero vivir la experiencia de vivir afuera, poder moverme por distintos países y ser alguien del mundo. No sé si llego a ser una emigrante, pero no quiero estar atada a un lugar, me quiero poder mover de un lado a otro”, cuenta quien se instalará en Málaga, ciudad a la compara con Miami: “Es una zona muy linda, hay sol, playa, alegría, andaluces, cerveza”.
Fernanda se irá primero con su hija Ema, de 18 años -fruto de una relación anterior-, quien acaba de terminar el secundario y se tomará un tiempo para viajar y pensar lo que quiere estudiar y en dónde. Por su parte, su marido y su hijo Jeremías, de 13 años, se quedarán en Buenos Aires y la idea es reencontrarse con ella más adelante, una vez que tengan definido qué es lo que harán. “Voy a probar suerte”, dice una y otra vez la periodista, que tiene claro este viaje desde hace mucho tiempo.
En un principio, iba a viajar sola, luego le preguntó a su hija si quería sumarse, y aceptó. Hizo lo propio con su hijo menor, pero le manifestó sus ganas de terminar séptimo grado en Argentina y viajar luego. Parte de eso es el motivo por el que eligió Málaga para vivir, porque los colegios de otras localidades españolas tienen otros idiomas como el catalán y ella busca que generar el menos impacto posible en el cambio que realizará el adolescente. Con respecto a su marido, él tampoco quería irse sin un trabajo estable, ni “a probar suerte”, como lo hará su esposa. Es por eso que se queda en el país con su hijo y se sumarán más adelante.
“Estamos todos muy bien. Esta familia no se va a separar. Estamos unidos en donde estemos. No hay conflicto. Estaremos un tiempo así y veremos qué pasa. Si ellos quieren ir o si nosotras queremos volver. Vamos a volver a estar juntos. Eso seguro”, aclara la expanelista de LAM y sostiene que se encontró en la necesidad de hacer esta salvedad ante la “mirada ajena”.
Con respecto a su hija, Fernanda cuenta que si la experiencia no resulta “volverá y estudiará acá” y que le resulta muy difícil responder cuando le preguntan por cuánto tiempo se va y qué hará allá, ya que recién lo sabrá una vez que esté instalada, buscando trabajo y conociendo su nueva vida. Jeremías, en tanto, viajará las próximas vacaciones de invierno para reencontrarse con su madre y su hermana. “Fue difícil que me dijera que no, pero lo entiendo y lo respeto. Después, tiene que venir. Y si se me complica y tengo que volver lo hago, porque no me voy a separar de mi hijo”.
“Es un tiempo. Va a ser duro, pero la idea es probar. Va a pasar lo que tenga que pasar. Después se verá”, continúa la periodista y admite que es “es estresante” y “un plan aventura que no está muy planeado”. “Quizás yo en mi cabeza tengo un plan, pero realmente me cuesta comunicarlo, a pesar de que soy comunicadora. Tengo la intuición de que hay que hacer esto en este momento. Iremos comunicando lo que pasa en nuestra familia. Está todo muy charlado, con la intención de que estemos todos bien. Si alguien sufre, se va a cambiar, pero siento que quiero hacer un nuevo comienzo”, sostiene Fernanda.
Con respecto al trabajo, cuenta que no tiene un objetivo puntual y que está dispuesta a realizar tareas que nunca hizo. “Mi sueño no es hacer carrera en ningún lado más -asegura-, ya la hice. Mi sueño ahora es este: estar en otro país, tener la posibilidad de viajar, vivir la experiencia que nunca pude vivir, ver otra forma de vida. Siempre tuve otras cosas que me arraigaban a Argentina. El trabajo lo considero como una herramienta para alquilar y para comprar la comida. ¡Denme trabajo de lo que sea!”, excla,a, entre risas.
“Tengo ganas de trabajar allá, mandar mi currículum, postularme para un trabajo, tener entrevistas. Mi marido me dice que llama la atención que una mina de 50 años se vaya a probar suerte, pero mucha gente lo hace. Y no voy a tirar todo por la borda -enfatiza-, voy con la mejor. Todos los argentinos que me escribieron que me conocen de la tele, y me dicen que les divierte, que están esperando que llegue para ir a tomar una cerveza. Y eso me gusta”.
Al respecto, aprovechará la oportunidad para reunirse y entrevistar a aquellos que dejaron el país para irse a vivir al exterior. “Siempre me interesaron las historias de los argentinos que se van a afuera. Me parece fascinante el movimiento de países. Siempre que los entrevistaba era algo aspiracional. Es un tema que siempre me apasionó. Siendo periodista, lo que más me interesa es comunicar cómo es esto, quiero que todos lo sepan. Yo cuento todo porque siento a que a un montón de gente le puede servir. Me han escrito mujeres que me dijeron que les abrí los ojos, y me gusta generar eso en otra persona”.
“¿Qué puede pasar? El éxito ya está, el éxito es poder hacerlo. Después, vas viendo. Todo es aprendizaje y experiencia. Yo me lo tomo así: resaltando qué aprendí y cómo salí de lo que pasó. Es así, no queda otra”, concluye Fernanda Iglesias, a poco más de un mes de vivir la experiencia que soñó desde sus 18 años.
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