En el reality Gran Hermano 2022 (Telefe), Santiago del Moro organizó un juego de roles con los participantes de la casa. En este desafío, cada hermanito estaba disfrazado y debía hablar de lo bueno y lo malo de sus otros compañeros, lo que generó un clima de tensión y molestia. Durante la charla, algunos señalaron que el problema de Camila Lattanzio era querer llevarse bien con todos, con el único objetivo de agradar a todos en la casa.
Julieta Poggio fue una de las que cuestionó a su compañera por tener este comportamiento: “Siento que a veces preferís no hablar las cosas, hacer oídos sordos y no meterte, como para no generar quilombo con uno o con otro, y no quedar mal con nadie. Pero a veces hay cosas que no se pueden evadir, que hay que tirar para un lado o para el otro”.
En el final del juego, Del Moro les preguntó si querían decir algo más sobre el juego y Camila pidió la palabra para explicar por qué reaccionaba de esa manera: “Me gustaría aclarar algo en general. No me gusta meterme en quilombos, no me voy a meter aunque me metan o no me metan. Acá siempre estás en el medio de algo. Y a mi no me gusta el quilombo, no me siento cómoda, me angustia”.
“Si hay un quilombo, prefiero disfrutarlo, prefiero verle el lado positivo. Cualquier discusión mínima a mí me afecta”, señaló la joven participante. Y aprovechó para hacer una aclaración importante: “Yo venía de una ambiente en mi casa, con mi papá que era bipolar. Entonces todo el tiempo estábamos en choque. Nos costó muchísimo lograr la paz, lograr la tranquilidad. Y si yo me meto en el mismo quilombo, vuelvo a lo mismo. Por eso prefiero evitarlo”.
En el juego, Walter Alfa Santiago y Romina Uhrig admiteron que no tienen una buena relación, tras haber tenido un vínculo muy cercano en la casa. En primer lugar, Alfa se refirió a la personalidad de su compañera: “Romina es una compañera con la que compartimos todo. Somos los únicos padres y sabemos lo que es tener un hijo. Ella es madraza y tiene un corazón de oro. Tiene mucha bondad y entrega todo, sin límites. El único defecto es que ella escucha lo que quiere escuchar y no lo que uno le quiere decir. Ella descarga mucho en mí, se enoja conmigo”.
Romina lo escuchó atentamente hasta que empezó a negar con la cabeza y expuso su postura respecto a su relación: “No descargo en nadie, al contrario me guardo todo sola, lo hablo con el psicólogo. Lamentablemente no estamos bien (con Alfa). Yo me aferré mucho a él a pesar de que somos el agua y el aceite”.
Walter la interrumpió y contestó: “Somos acuarianos y no es fácil. Yo creo que lo vamos a resolver”. Pero, la exdiputada no opinó igual y explicó los motivos: “Al principio a él nadie la hablaba. Llegué a ponerme la casa en contra porque yo siempre le hablé, me encariñé con él. Pero pasaron cosas. Cuando él estuvo mal yo estuve, y cuando yo estuve mal pasó todo lo contrario”.
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