Las tensiones en la casa de Gran Hermano 2022 (Telefe) siguen al máximo y vuelven a tener como protagonista a Walter Alfa Santiago, quien reprochó y encaró a Julieta Poggio por distintas actitudes que dice haber tenido para con él.
A solas en la cocina, él parado y ella en una banqueta con los pies apoyados en la mesada, mantuvieron un diálogo tenso. “Ayer fuiste con Romina y le dijiste ‘Walter dijo tal cosa’. La próxima venís y me lo preguntás a mí”, le dijo Alfa. Y Julieta se defendió: “Yo no dije eso”.
“No me estás escuchando. Las personas involucradas éramos Camila y yo, vos lo hablaste con Romina. Ayer fui yo, pero no hablaste con las involucradas”, insistió el sexagenario. “Nosotros hablamos las cosas en la cara, no es ‘lleva y trae’. No sabés qué fue lo que le dije porque no estabas ahí. Te la agarrás conmigo y no te hice nada”, le replicó la bailarina.
“No dije nada de vos, te la agarrás conmigo pero no hablo mal de vos. Comenté algo de Camila y estabas vos involucrado pero lo dije adelante tuyo, no es llevar y traer eso”, insistió Poggio. Pero Alfa no cedió un centímetro: “No me la agarro con vos. Te digo que me preguntás a mí”.
Previo a esto, Romina y Alfa habían protagonizado una fuerte pelea en que dejó a la casa totalmente dividida. Todo comenzó cuando el participante más grande del certamen estaba afuera junto a Ariel y Camila y escuchó gritos de afuera. “Romina, dejá de hacerte la boluda con Alfa. Olé, olé, olé, Alfa, Alfa”, fueron las palabras que él consideró haber escuchado antes de que pusieran música para impedir que ingrese información.
Santiago eligió creer que escuchó eso y se encargó de repetírselo a sus compañeros. “No, Alfa no dijo”, retrucó Camila, pero él insistió e ingresó para contarle a la exdiputada, quien expresó su enojo: “Tomátela”. Lo que generó una primera discusión dentro de la habitación y delante del resto de los participantes.
Alfa: —Bueno, tomátela. Me preguntás y te lo tomás así. Y bueno, viste.
Romina: —No, “bueno, viste”, no porque yo no me hago la boluda con vos. Al contrario.
Alfa: —Para mí a vos te está haciendo contra el tema de tus hijas. Estás como en una posición de víctima porque extrañás a tus hijas, pero estás acá. Se ve eso cuando mostrás la foto.
Romina: —Te estás yendo al carajo. Yo no me hago la víctima. A mi hijas no las utilizo. Si pongo la foto es para que mis hijas vean que siempre las tengo presente. No soy ninguna actriz ni ninguna mentirosa. Lo estás diciendo vos, Alfa, que me aparezco con la foto de mis hijas haciéndome la víctima.
La exdiputada abandonó la habitación llorando y rogándole a su compañero que no le hablase más. Luego, las cámaras la mostraron angustiada sola en la cocina. Alfa la fue a buscar y siguió dando su opinión.
Alfa: —Me preguntaste qué gritaron.
Romina: —No me hables más porque yo no me meto con tu hija, no me meto con tu nieta. Y jamás hablé mal de vos, jamás te nominé y jamás dije nada. Todo lo que dije de vos te lo dije en la cara y lo hablamos acá.
Alfa: —Yo dije que todos dejamos afectos afuera. Todos.
Romina: —Obvio que todos, pero yo tengo tres hijas chiquitas y vos no sabes por qué yo estoy acá. Y no te lo voy a decir.
Alfa: —Te dije que lo que gritaron, nada más. Te molesta, y bueno, ¿qué va a ser? No es mi culpa.
Romina volvió a irse al cuarto, con el resto de sus compañeros, y Alfa se fue a otro, con Camila, quien intentó que cortara con el asunto. “No es ya está. Yo quizás veo más de lo que otros ven”, arremetió y sugirió que se acercaran a la otra habitación. “Si están todos allá”. Ambos lo hicieron y una vez que llegaron, Walter volvió a hablarle a Romina y siguió la discusión.
Alfa: —Yo no te lo dije para que te calientes ni para nada. Vos siempre estás hablando de tus hijas, y acá dicen que sos un ejemplo. Yo lo que digo es que te juega en contra porque más de uno va a decir “Dejame de joder, si quiere ver a las hijas que salga”. Te está jugando en contra a vos.
Romina: —¿Y qué tiene que ver eso? Hay un premio que aunque a vos te parezca poco, para mí no. Que me den una casa, y todo.
Alfa: —Te van a decir “Tomátela si extrañás”. No digas más que extrañás porque te juega en contra. Aunque me digan que no, cuando salgas te vas a dar cuenta.
Romina: —¿Qué te molesta que lo diga? Es mi problema. Todo el tiempo querés ensuciarme, dejarme mal. Te metes en todo: en lo que comemos, en lo que no comemos, si queremos comprar cuatro dulces de leche, si queremos hacer panqueques, con Juli queríamos abrir la puerta y nos cerraste la puerta. Todo el tiempo es discusión y pelea para vos. ¿Qué tenés conmigo? Andá a tu cuarto y dejame tranquila. No discutas más, basta, Alfa.
Alfa: —El problema lo tenés vos conmigo.
“No quiero hablarte más. No me interesa saber nada más de una persona como vos”, le dijo Romina mientras volvía a abandonar la habitación. Otra vez se fue a la cocina y rompió en un desconsolado llanto.
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