Desde que ingresó a la casa en el mes de diciembre, nunca hubo un día tan decisivo para Camila Lattanzio en Gran Hermano 2022. La joven de 21 años -un dato del que se duda en el afuera- entró junto a Ariel Ansaldo y con esa carga de información externa comenzó a jugar su juego. Se asoció con los que creía fuertes, surfeó entre los más débiles y logró de esta manera sortear algunas placas. El apoyo del público hizo el resto y logró sobrevivir en la competencia.
Pero este fue un miércoles diferente para Camila, porque tuvo por primera vez el beneficio que le otorgan al líder de la prueba: la inmunidad. Sin embargo, no todas son flores para la rubia, ya que esto conlleva una responsabilidad, decisiva a esta altura de la competencia: salvar a uno de los nominados. La placa presentaba nombres fuertes: Nacho Castañares Puente, Marcos Ginocchio, Walter Alfa Santiago, Julieta Poggio y Ariel.
Pero antes de empezar a salvar, Gran Hermano le tenía una sorpresa para mitigar tantas ansiedades. Ella le pidió a Alfa, su gran sostén en la casa -¿acaso una pista de su salvataje?- que la acompañara hasta un sector donde había un teclado eléctrico. Luego de explotar de felicidad, Camila enchufó el instrumento y se despachó con una versión de “Desconfío”, el himno blusero de Pappo. Primero, con Alfa en la voz y algunos tímidos coros de los hermanitos. Luego, la rubia se animó al rol de frontwoman y se robó la versión, que combinó con otro clásico del rock argentino, “Fue amor”, la dedicatoria de Fito Páez a Fabi Cantilo. ¿En quién pensaría mientras lo interpretaba?
Después del improvisado recital, y luego de recibir la palabras de los aludidos en modo campaña electoral, Camila empezó a dar nombres. “Nachi, perdoname. Me caés super bien, nos estamos conociendo mucho más, pero con los otros entablé más relación”, se justificó. El siguiente fue su compañero de entrada. “Ari, perdón... es horrible esta situación, los quiero mucho a todos”, argumentó. Tanto el exfutbolista como el parrillero entendieron la situación y se la tomaron con calma. Sabían que su lugar en la placa estaba asegurado.
La cosa asomaba más complicada para las próximas decisiones, y mientras ella jugueteaba en el teclado, buscando recordar los acordes de “A mi manera”, su cabeza iba oscilando entre Alfa, su gran sostén y con quien mantiene una relación muy comentada en el afuera, o Marcos, de quien en el último tiempo se lo vio muy cerca y de lo que lógicamente, las redes también hablaron. Pero para eso todavía faltaba.
El concierto de Camila duró más de la cuenta. Cumbia, clásico, pop, y más ritmos que daban cuenta de su versatilidad con las teclas. Las caras de sus compañeros hablaban por sí mismas. Alfa la miraba embelesado, Romina a mitad de camino entre la bronca y la desconfianza. Daniela quizás con indiferencia, Ariel, sin rencores, animándose a jugar con las teclas. En cada acorde, la joven se iba empoderando más y más, en una noche que puede ser una bisagra para ella en lo que queda de la competencia.
Quizás aflojada por la música, Camila sorprendió con el siguiente nombre. Porque cuando todos los cañones apuntaron a que dejaría a Julieta en placa, ella optó por Marcos. De esta manera, entre la actriz y el vendedor de autos quedó por definir el participante salvado. Y acá sí no hubo lugar para sorpresas. La rubia decidió que Alfa siguiera una semana más en el reality, provocando la emoción del sexagenario, la comprensión de Disney y un sinfín de murmullos y teorías que recién empiezan.
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