La relación entre Marcos Ginocchio y Agustín Guardis que se formó al inicio del reality se afianzó con el correr del tiempo, y luego, tras la primera salida de Frodo, su ausencia fue notoria. Cómo olvidar ese regreso tras el repechaje, con la corrida del reingresante por toda la casa buscando el abrazo de su amigo. No era una simple puesta en escena, era una realidad, una amistad forjada en el aislamiento.
Tras esa primera salida, en charla con Teleshow, Agustín había reconocido su cariño genuino. “Lo amo, con él me queda una amistad entrañable, es un pibe de diez, es mi amigo, es mi riñón, son esas amistades que compartiendo un momento ya está, sabemos que está el uno para el otro. Si bien hablaba con los otros chicos y con las chicas, con los juegos y bailecitos que hacíamos, con él es con quien más tiempo pasaba y es el que extraño, con él me siento más yo. De la misma forma que otro se puede poner de novio, yo me hice de una amistad hermosa”, aseguraba.
Y se notó a su regreso, ya que continuaron juntos, pero llegaría el momento en que entre los nominados para abandonar la casa quedarían Daniela, La Tora, Ariel y Agustín. la prueba del líder determinó que dos personas se alzarían con esa medalla, y fueron Marcos y Romina, quienes debieron ponerse de acuerdo y confirmar a cuál de ellos salvaban de la placa definitiva. Mientras el salteño pensaba el salvar a Frodo, la ex diputada se inclinaba por Daniela, y al no llegar a un consenso se eliminaron esas dos posibilidades.
Finalmente el salvado fue Ariel, ya que según la visión que tenían los líderes, al dejar a ellos tres la más débil era La Tora, y tanto Daniela como Agustín continuarían en el juego. Lo primero que hicieron algunos participantes fue encarar a Romina en el patio, y así a su alrededor se encontraron Alfa, Agustín, Julieta y Daniela, mientras la exdiputada aclaraba que “más allá de que yo la quiera a La Tora, si lo dejamos a Ariel en placa era muy probable que se fuera Daniela, ese era mi miedo. Sé que si está la Tora capaz que probablemente queden los dos”. Julieta y Alfa la cuestionaron aclarándole que de haber quedado Ariel en placa sería el próximo eliminado, pero la oriunda de Moreno seguía convencida de que no se sabía qué podía pasar si él quedaba en esa placa.
Un rato más tarde y mientras reposaban en los sillones del patio, Marcos y Agustín tuvieron una conversación sobre el mismo tema, aunque en un tono relajado y con el salteño mostrándose algo compungido por la decisión que tomaron con Romina. “Vamos el domingo”, lo alentó Marcos de cara a la gala de eliminación. “Vos eras el que decía: ‘El primo te salva, te salva, te salva’. Ese era yo”, le respondió Agustín entre risas.
“Te salvé una vez, nomás”, le dijo Marcos. “Para mi es un montón, nadie me salvó”, le respondió Frodo. En este punto, el salteño se sensibilizó y abrió su corazón ante su compañero de reality. “A mi tampoco nadie me salvó, pero bueno... Esta vez tenía muchas ganas de salvarte, primo. Sorry por no poder”, le manifestó. “No pasa nada. Lo que importa es otra cosa, eso me deja contento”, lo disculpó Agustín, con una sonrisa que escondía algo.
De hecho, ese fue el pie para soltar un soliloquio acerca de sus aspiraciones en la casa. “Qué lindo, poco a poco voy sintiendo que eso va pasando, que estoy cada vez más cerca de cumplir mi sueño, esa meta personal que tengo acá adentro”, comenzó diciendo ante la incredulidad de Marcos, que no terminaba de entender a qué se refería.
Y Agustín se siguió soltando. “Yo no me anoté por la plata. El otro día se lo dije al Gran Hermano. Yo le dije que la plata se gasta y las casas se las devora el tiempo, pero que el regalo más grande que yo tenía era llevarme tu amistad de acá”, le dijo a Marcos. “Y mi meta personal, mi sueño, era inscribirme en Gran Hermano para llegar a la final y convertirme en uno de los mejores jugadores. Si gano la plata o la casa, no importa, eso es un premio que te da el reality”, cerró.
Sin embargo, el último domingo, pese a las previsiones, los resultados finales distaron mucho e incluso la supuesta débil de la placa fue la primera salvada por el público, con apenas poco más de un 3% de votos en contra. Así las cosas, todo se definiría entre Daniela y Agustín. Santiago del Moro pidió el cierre definitivo de las votaciones. “Es el momento de la verdad, las cartas están echadas”, dijo mientras recibía el sobre que le traía la escribana. E ingresó a la casa para “el momento de la verdad”, asegurando que eran dos grandes jugadores los que estaban en placa y que no sabía lo que podía pasar. Entonces anunció: “Por decisión del supremo quien abandona la casa más famosa del mundo es...Agustín”. El participante recibió el 50,81 % de los votos contra el 49,19 % de Daniela.
Mientras todos abrazaban a la salvada, Alfa y Marcos acompañaron al nuevo eliminado a la habitación a buscar sus cosas y el salte{o se fundió en un abrazo con Agustín que incluyó un “tranquil, vos sabés lo que yo te quiero”, y luego del llamado de Gran Hermano para abandonar la casa se dirigieron al patio donde todos lo despedirían, incluyendo la voz de la casa, quien le aseguró que “te mando un abrazo muy grande y muy buena vida, hasta pronto”.
Tras ello, Agustín aclaró que “mi sueño no era ganarme la casa o la plata, vine acá porque quería ser el mejor jugador de esta edición, no sé si lo lográ a esta altura o no, eso lo voy a saber afuera. Jugué y jugué muchísimo, después les voy a mostrar todo lo que jugué y las cosas que hice acá adentro, se van a cagar de risa con las cosas que hice, les va a gustar muchísimo, se los aseguro, y fue todo de buena fe todo lo que trabajé para esto. decirles que los amo. Jueguen disfrútenlo, les falta poquito chicos, este es un juego pero disfrútenlo a full”.
En ese instante fue que se digirió directamente a Marcos, a quien le aseguró que “yo te amo, yo no pensé nunca que me iba a encontrar a alguien así como vos acá”, y fue momento en que Gran Hermano le pidió que se retirara. Allí ambos se fundieron en un abrazo y con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada Marcos sólo atinó a decir “te quiero, primo, mucho”. El camino hacia la puerta se realizó como las últimas veces, con el canto de los que aún quedaban en juego y antes de cruzar a la salida, Agustín volvió a mirar a su amigo: “Te amo, hermano, no te culpes de nada, disfrutá y a la final, campeón”. Y Marcos, completamente emocionado, recibió el abrazo contenedor de Julieta.
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