El ingreso de Ariel al reality y su cercanía generacional con Walter, Alfa, presentaba dos panoramas: podían llevarse muy bien, o muy mal. Y parece que la segunda opción fue el escenario planteado dentro del programa más visto de la televisión argentina. Sin embargo, el día del su cumpleaños, y luego de cumplir una prenda en que debía simular su salida, expresó a cámara: “Yo estoy mal y estoy angustiado porque sentí que me iba. No estoy jorobando. Y si me sirvió es para darme cuenta cómo los quiero uno por uno, a todos. Hasta a Ariel”. Lo que generó un inesperado abrazo.
Pasó menos de una semana, y lo que parecía un encuentro volvió a transformarse en la pelea diaria, en los cuestionamientos por las actitudes del otro. Esta vez, el centro del conflicto fueron los participantes que ya se retiraron de la casa, y en medio de una charla que mantenían Romina y Alfa en la cocina, a la que luego se sumó Ariel, comenzaron a recordarlos y destacar con cuáles seguirían en contacto tras la finalización del ciclo. Y la postura del parrillero enfureció al mayor del certamen.
“¿Vos los querés ver? Yo no entiendo, no los conociste... -comenzó a reprocharle Alfa - ¿A título de qué? ¿Para que te apoyen? ¿Para que te voten?”. Allí Ariel reaccionó cuestionando: “¿Qué tiene que ver eso? Les mandé saludos a los chicos, a Coty, como les mando siempre, siempre lo hago. Alfa, te pensás cosas que no son. Yo me muestro así como soy”.
Luego de discutir sobre los sentimientos que podría tener Ariel por los expulsados con los que convivió poco tiempo, Alfa continuó yendo a la carga: ”También dijiste que esto se convirtió en Arielandia, y esto es Gran Hermano, esto no es ni Romilandia, ni Arielandia. Son mensajes subliminales. Yo no estoy loco. Desde que vos entraste nada cambió, vos no cambiaste nada. Vos entraste a jugar como el mejor, a aplastarme a mí, a que me echen, aplastar a Romina porque no te daba romero. Entonces vamos a ser claritos”.
“A mí me conoce muchísima gente y saber cómo soy -continuó Alfa- pero también necesito mostrar cómo se juega. A mí me hubiera gustado que estuvieras en placa y te hubieras ido. Yo no miento. O te di una oportunidad”. Y cuestionó la vez que Ariel le reprochó el meterle los dedos en la boca a Camila mientras estaba durmiendo.
“¿Vamos a estar tres veces por día con lo mismo? -preguntó Ariel- te molesta si saludo a los pibes, si no saludo a los pibes... dejame tranquilo, si yo no te juzgo a vos por lo que decís. Dejanos de romper las pelotas, si yo no te jodo, te trato de respetar, de charlar, de que nos vinculemos mejor. Trato eso. Quiero eso para nuestro futuro y que se decida cuando se decida”. Sin embargo, Alfa continuó en su postura y explicó que “yo no tengo futuro con vos, entraste a jugar como el mejor. Quisiste sacarme a mí, la quisiste sacar a Romina con el tema del romero y te pegó una parada de carro ese día. ¿Vos me estás cargado o vivo en otro planeta?”.
El tiempo pasaba y la discusión seguía en aumento, y Ariel fue directo: “Alfa, exagerás todo, es más fuerte que vos. Ya está”, ante lo que el vendedor de autos le aclaró que “yo no tergiverso nada, soy realista y veo cómo viene la historia”. “¿Vamos a estar discutiendo todo el tiempo?, yo estaba charlando con Romina de cosas lindas y empezás como una mosca verde a dar vueltas a pelear”.
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