El último jueves en la casa de Gran Hermano 2022 (Telefe) transitó por todos los estados de ánimo, desde la felicidad por haber pasado la prueba semanal hasta la sorpresa tras conocerse que Ariel era el nuevo participante salvado por los líderes de esta semana, Marcos y Romina. Y tras esto, sobrevino la bronca de los demás “hermanitos”, quienes cuestionaron esa decisión y quisieron dejarlo bien en claro, pidiendoles explicaciones todo el tiempo.
Lo primero que hicieron algunos participantes fue encarar a Romina en el patio, y así a su alrededor se encontraron Alfa, Agustín, Julieta y Daniela, mientras la ex diputada aclaraba que “más allá de que yo la quiera a La Tora, si lo dejamos a Ariel en placa era muy probable que se fuera Daniela, ese era mi miedo. Sé que si está la Tora capaz que probablemente queden los dos”, momento en que Julieta y Alfa la cuestionaron aclarándole que de haber quedado Ariel en placa sería el próximo eliminado, pero la oriunda de Moreno seguía convencida de que no se sabía qué podía pasar si él quedaba en esa placa.
“Perdoname, pero eligieron mal”, afirmó sin dudarlo Alfa, quien seguía detallando que se debía haber salvado a la Tora. Ahi fue cuando Agustín intentó poner paños fríos asegurando que “no pasa nada, chicos, yo entendí por qué”. Así las cosas, Romina cuntinuó aclarando que “la Tora se mandó muchas con Camila, entonces no sé, tampoco quería arriesgarme a que se vaya Dani, porque o se iba Ariel o se iba Dani, porque Agustín no se iba a ir”.
Un rato más tarde y mientras reposaban en los sillones del patio, Marcos y Agustín tuvieron una conversación sobre el mismo tema, aunque en un tono relajado y con el salteño mostrándose algo compungido por la decisión que tomaron con Romina. “Vamos el domingo”, lo alentó Marcos de cara a la gala de eliminación. “Vos eras el que decía: ‘El primo te salva, te salva, te salva’. Ese era yo”, le respondió Agustín entre risas.
“Te salvé una vez, nomás”, le dijo Marcos. “Para mi es un montón, nadie me salvó”, le respondió Frodo. En este punto, el salteño se sensibilizó y abrió su corazón ante su compañero de reality. “A mi tampoco nadie me salvó, pero bueno... Esta vez tenía muchas ganas de salvarte, primo. Sorry por no poder”, le manifestó. “No pasa nada. Lo que importa es otra cosa, eso me deja contento”, lo disculpó Agustín, con una sonrisa sardónica que escondía algo.
De hecho, ese fue el pie para soltar un soliloquio acerca de sus aspiraciones en la casa. “Qué lindo, poco a poco voy sintiendo que eso va pasando, que estoy cada vez más cerca de cumplir mi sueño, esa meta personal que tengo acá adentro”, comenzó diciendo ante la incredulidad de Marcos, que no terminaba de entender a qué se refería.
Y Agustín se siguió soltando. “Yo no me anoté por la plata. El otro día se lo dije al Gran Hermano. Yo le dije que la plata se gasta y las casas se las devora el tiempo, pero que el regalo más grande que yo tenía era llevarme tu amistad de acá”, le dijo a Marcos. “Y mi meta personal, mi sueño, era inscribirme en Gran Hermano para llegar a la final y convertirme en uno de los mejores jugadores. Si gano la plata o la casa, no importa, eso es un premio que te da el reality”, cerró.
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