En un jueves movido en la casa de Gran Hermano se resolvieron dos cuestiones decisivas de cara a los próximos días del reality. Por un lado, se definió la prueba en la que los participantes se jugaron con éxito el presupuesto para la compra de la semana. Y por el otro, los líderes Marcos y Romina, salvaron a uno de sus compañeros, dejando la placa final para el domingo.
El martes, el salteño y la exdiputada se habían impuesto en la prueba de liderazgo, en una evaluación de resistencia física y concentración mental en la que vencieron a Nacho y Alfa que se definió en vivo. Al día siguiente, también en vivo, los hermanitos nominaron, dejando una placa transitoria con cuatro nombres: Ariel, Agustín, Lucila y Daniela. Con ese panorama se encontraron los líderes, y debieron consensuar qué nombre mantenían a salvo de la gala de eliminación del domingo, asegurándole una semana más en la casa más famosa del país.
El conductor Santiago del Moro llamó aparte a los líderes y les explicó el mecanismo de decisión. Los invitó a pasar al SUM a deliberar y les dijo que no podían decir abiertamente el nombre de la persona a salvar. Para ello, debían intercambiar ideas y llegar a un acuerdo sin dar ningún dato específico. “Vamos a espiar la reunión de ustedes pero nos vamos a enterar cuando regresen acá”, advirtió el conductor, buscando complicidad con los otros participantes y con el público que sigue el programa en Telefe y en las redes sociales.
Poco después de las 23, ambos ingresaron al salón para deliberar dentro de los requisitos que había establecido el conductor. En un clima de tensión potenciado por la música, y decorado con los rostros de los cuatro nominados de fondo, la diputada movió primero su peón. “Vos te imaginas quién (salvo) y yo me imagino quien vos. ¿Y entonces?”, se preguntó Romina, cuidadosa de no romper las reglas pero dejando en claro que se refería a Daniela y Agustín respectivamente.
De movida quedó claro que el participante que uno más deseaba salvar era el que el otro más quería en placa. Y viceversa. Romina suele apuntar contra Agustín, el gran compinche de Marcos, mientras que el salteño acababa de entregarle dos votos a Pestañela, una de las preferida de la exlegisladora.
“Yo los quiero a los cuatro, ahora tenemos que decidir, creo que a vos te pasa lo mismo”, prosiguió el salteño, siempre con tono calmo pero sin ceder un metro en su intención de salvar a Frodo. “La realidad es que yo a Agus no lo quiero salvar y no creo que vos tampoco a Dani”, planteó Daniela. Y a continuación, propuso abiertamente su jugada: “Para que se queden los dos tenemos que hacer una estrategia para que vayan a placa los dos”, estimó la de Moreno.
La propuesta era clara. Apostar por la fortaleza en placa de Agustín y Daniela y enfrentarlos o bien con la Tora, o bien con Ariel. El Primo no parecía muy de acuerdo, desconfiando de los avatares de la decisión del público y con la salida de su amigo todavía fresca. Y entre esos idas y vueltas, el conductor y los panelistas de El debate se montaron en la negociación para elaborar sus respectivas teorías.
Con esta incertidumbre, del Moro los volvió a reunir con sus compañeros para que empezaran a dar su veredicto. Primero, Romina dijo que La Tora seguía en placa y luego Marcos dio el nombre de Daniela. Con las tensiones al límite y la ansiedad marcada en los rostros de propios y ajenos, faltaba el nombre clave.
“Ariel”, dijeron luego de un corte. “No me lo esperaba, gracias”, dijo el parrillero con la voz quebrado. “Una placa más, a pelearla y a lucharla”; dijo Agustín, que irá contra Daniela y Lucila a defender su lugar en la casa más famosa del país.
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