Apenas se conoció la noticia de que Argentina, 1985 competirá en la categoría mejor película internacional en la próxima entrega de los Premios Oscar, la alegría fue generalizada. Es que tras siete años de ausencia, Argentina volverá a tener representación local -y regional- en la ceremonia más importante de la industria del cine.
La historia protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani, que recrea el juicio a las juntas militares tras la última dictadura militar, competirá contra All quiet in the western front, de Alemania; Close, de Bélgica; EO, de Polonia, y The quiet girl, de Irlanda.
“No me había subido mucho a la maquina de la ansiedad, hasta ahora que nos prendimos a la TV a ver qué pasaba y sí, es una alegría, claro”, dijo aún sorprendido por el anuncio de las nominaciones el mismísimo Ricardo Darín en diálogo con Reynaldo Sietecase en Radio Con Vos (FM 89.9).
“Nosotros acompañamos a la película a muchos lugares a donde no conocían nada de la historia, no dominaban el tema y yo creo que lo que se valora mucho es el guion, la dirección y las actuaciones. Después, por supuesto, sí tiene un gran valor la reivindicación de lo que significó ese extraordinario juicio, único en nuestro continente, y creo que eso también empuja pero la película fue considerada en términos generales, como película”, aseguró sobre la teoría de que la cinta pueda ser considerada por su impronta política.
“A mí me tocó, como a muchos, verla en el cine y ver lo que generaba en el público”, introdujo el tema Sietecase, sobre la reacción de la gente a la hora de enfrentarse con la historia en pantalla grande. En ese sentido, Darín coincidió: “Impresionante esa especie de subibaja emocional. Yo creo que eso se debe a que tiene un guion muy sólido, muy inteligente, valiente al mismo tiempo, porque las posibles controversias que podría generar las asume y las pone arriba de la mesa, y es muy valorado. Y eso hace que, pienses lo que pienses, tengas la tendencia que tengas, no puedas dejar de considerar que es justo volver poner este tema arriba de la mesa”.
“Es fundamental para los más jóvenes. Lógicamente los chicos que nacieron en democracia no necesariamente tienen que percibir la importancia de lo que significa la construcción de la democracia, lo toman con naturalidad, porque es el orden natural de las cosas, pero me parece que la película lo que sugiere es recordar y reivindicar la importancia no solo de la lucha de mucha gente sino también, de las vidas que se perdieron en busca de una de una estabilidad democrática”, sumó a los motivos por los que cree que la historia pegó tanto en el público y la crítica tanto local como internacional.
El actor también hizo mención a la construcción de su personaje, el fiscal Julio Strassera: “Con Santiago Mitre buscamos un método de trabajo que fue no dejarnos impresionar por la realidad, no intentamos copiar la personalidad de Strassera. Tratamos de apoyarnos en algunos aspectos de él que conocíamos y lo fuimos alimentando de diferentes informaciones, pero también nos reservamos un espacio para tener libertad en cuanto a la imaginación, porque esta es una película que mezcla ficción y realidad, entonces nos permitía tener un pequeño margen no solo para mi personaje, sino también para el resto. Nos pareció lo más adecuado”.
Para Mitre, el director del filme, Darín tuvo palabras especiales. “Estoy tan contento por la película como por él, es un director joven y una persona brillante. Se merece lo que le está pasando porque trabaja de una forma encarnizada”, aseguró.
Además se refirió al resto de las películas que están nominadas en la misma categoría y hasta se animó a decir cuáles son sus preferidas. “Conozco casi todas. Es difícil hablar de chances cuando las cosas están en manos de otras personas, de otras miradas, pero me ha gustado mucho Close, la belga; la alemana de la guerra que es una remake -dice en referencia a All quiet in the western front- tiene una cinematografía extraordinaria, está hecha increíblemente, vale decirlo también con presupuestos que no son los nuestros, para mi gusto le falta algo pero está muy considerada, está también nominada a mejor película, así que es la gran favorita, esta muy bien hecha”.
Y en tono de broma alertó: “Me estás apurando un poco con esto de las películas, tendría que volver a ver, porque cuando escuché ‘Argentina, 1985′ ya no presté más atención. Venimos con mucha dinámica mundialista”.
Minutos después habló -también por teléfono- con Adrián Pallares en su ciclo Socios, de El Trece. Y ahí acercó una confesión: “No sé si voy (a ir a la entrega)”, anticipó Darín, quien tampoco estuvo presente en la gala de los Oscar cuando El secreto de sus ojos, que también lo tuvo como protagonista, alzó su estatuilla en 2010. Aquella vez asistieron el director, Juan José Campanella, y otro de los protagonistas, Guillermo Francella. Ricardo sí viajó para acompañar a El hijo de la novia, que no terminó ganando. Por eso, explicó que con Argentina, 1985 preferiría no ir “por cábala”.
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