Pese al poco tiempo en la casa de Gran Hermano, la permanencia de Juliana dejó mucha tela para cortar, además teniendo en cuenta que fue una de las que regresó gracias al repechaje, pero a los pocos días debió abandonar de nuevo debido a las reiteradas infracciones a la regla de que no se podía comentar en el interior todo lo que se vive afuera, cómo es todo lejos del encierro.
Maxi y Juliana fueron la primera pareja de esta edición del reality. A solo tres días del comienzo del programa, ambos se mostraron muy cercanos. Y, durante la primera semana de aislamiento, a los dos se los veía siempre acurrucados en una cama, mientras sus compañeros estaban desparramados en distintos rincones esperando obtener las consignas de la prueba semanal.
En ese momento, fue el cordobés quien le confesó al todavía integrante de la casa Tomás Holder su acercamiento con Tini: “Había que meter un poco de algo a esto. Hubo un intercambio de besos”, le dijo al influencer, quien quedó sorprendido y le pidió mayores detalles de cuándo, dónde y en qué circunstancias se había dado el encuentro.
“Si a mí me gusta alguien, ¿voy a estar esperando tanto?”, le preguntó Juliana entre risas, para explicar por qué ella y su compañero se habían besado. “Claro, si después afuera tu vida sigue igual. Yo igualmente no creo que lo que pase acá siga afuera. Somos todos muy distintos”, reflexionó Holder ese día sobre la posibilidad de que adentro de la casa se formen parejas que perduren en el tiempo, más allá del reality.
Tras su segunda salida del reality, luego de ser expulsada por revelar datos del exterior, la joven de 32 años, oriunda de Venado Tuerto, en la provincia de Santa Fe, afirmó en un diálogo íntimo con Teleshow que “estuve muy enojada con la expulsión porque sigo sosteniendo que no dije nada que cambiara el juego por adentro. Ahora sin embargo estoy feliz porque estoy cumpliendo mi sueño, que es hacerme conocida, y tengo la posibilidad de trabajar en los medios, quizás de ser panelista y hasta poder incursionar en teatro. Si sueño más alto, también me gustaría ser conductora de televisión”, confesó la joven que, además, es Licenciada en Nutrición y que antes de entrar al juego trabajaba para varias obras sociales. “Pero ahora siento que eso no es lo mío y que a mis 32 años se dio la posibilidad de cumplir un sueño que tuve guardado en una cajita desde que era chica”, admitió.
Con respecto a su vida sentimental, Juliana aclaró que tuvo pocos novios y que hacía como 6 años que estaba sola. “Con Maxi se dio una conexión al instante. Se potenció todo porque estábamos 24/7 juntos y en una pareja normal eso no hubiera pasado. Nosotros vivíamos juntos todo el día y por eso surgieron algunos roces y algunas peleas pero siempre fueron por motivos ajenos a nosotros, que tenían que ver con estrategias de juego o con cómo veíamos a algunas personas y que quizás no coincidíamos en la misma opinión. Todo eso generaba roces que si hubiéramos estado afuera, no habrían sucedido”, contó la exjugadora. Y remarcó: “Yo estoy enamorada de él, nos tenemos un amor muy grande. Nos unimos porque los dos pasamos situaciones de vida parecidas, muy fuertes y se dio un amor de golpe con él. Por suerte ya superamos una prueba dificilísima que es estar todas las horas del día juntos”, reveló.
La gala de este domingo enfrentó a Maxi y a Ariel en la última instancia, momento en que Santiago del Moro abrió el sobre que le había entregado la escribana y reveló quién abandonaba la casa por decisión del público que votó. Así las cosas, Maxi resultó eliminado pese a las encuestas que se dieron en los últimos días en las redes sociales y que fueron cuestionadas por no tener relación con el público que realmente vota en el programa.
“Quién debe abandonar la casa es... ¡Maxi!”, estalló el conductor, momento en que Juliana queda desorientada, sentada a un costado del estudio, sin reacción. “¿Qué? ¿Qué? No, boluda...” es lo único que atinó a decir la morocha, mientras en las tribunas se mezclaban las alegrías de unos y las tristezas de otros.
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