Juan Palomino y Charo Bogarín: “Estamos en una primavera sexual”

Juntos desde 2018, este verano son parte del elenco de Sex en Villa Carlos Paz. En diálogo con Teleshow, el actor y la cantante cuentan cómo pasan sus días en temporada

Charo Bogarín y Juan Palomino son pareja y, además, integran el elenco de Sex en Villa Carlos Paz (Fotos: Mario Sar)

Buenos Aires, Mar del Plata y Villa Carlos Paz. Son las tres “capitales” de Sex, viví tu experiencia 2023 según José María Muscari y para esta temporada estival. En el elenco que anima al público de la ciudad cordobesa -programada en el Teatro Melos y que se mantiene en el top 5 de obras más vistas desde su estreno-, se destaca una pareja que convive arriba y abajo del escenario: Juan Palomino y Charo Bogarín.

El actor y la cantante de Tonolec están en pareja desde 2018 y se subieron a la obra después de que Floriana, de 18 años e hija de Juan, interpelara a su padre luego de que él recibiera la propuesta de Muscari. “Ella me dijo: ‘Papá, salí de tu zona de confort. Venís de lo testimonial, hiciste de Maradona, de Perón, de Dorrego, de Martín Fierro... ¿no te parece que estaría bueno salir de ese lugar que a vos te funciona y experimentar otras sensaciones, con tu edad, con tu cuerpo?’. Y tenía razón, dio en la tecla. Y me hizo pensar en los vínculos con los hijos, porque los hijos hablan y uno tiene que saber escucharlos”, le cuenta Palomino a Teleshow.

Después de reenviarle al director el mensaje de su hija, Palomino aceptó y Muscari, además, incorporó a Bogarín al elenco de la Villa. “Agarré de una la propuesta y me metí rápido en el personaje. Soy una especie de dominatriz cantante, pero amorosa, que le pega chirlos a la gente con una fusta, pero a la vez invitándolos amorosamente a introducirse a este universo para romper prejuicios, tabúes y disfrutar de la vida como nos merecemos”, cuenta la cantante.

Charo Bogarín y Juan Palomino son pareja desde 2018

En la obra, Palomino oficia de anfitrión junto a Illiana Calabró. “Somos algo así como la voz de la experiencia”, se ríe. “Somos los que vamos llevando la línea, la estructura de este espectáculo que propone mucha ruptura. Y es particular porque ella y yo somos dos personalidades, dos personas y dos artistas también con una edad determinada. Eso hace que el show tenga otra coloratura y que empatice mucho la gente que viene a verla y es de mi generación, más allá de los jóvenes”, desarrolla.

“En el camino de la vida, la experiencia se nota. Y es una temática que, de alguna manera aborda el tránsito con un atrevimiento y provocación, que hace que esto se transforme en un espectáculo y no en un tratamiento sociológico, ni de sexualidad. Pero sí sirve para ver en qué punto cada uno se encuentra sobre el tema”, agrega el actor acerca del impacto que Sex genera en ese público.

Charo completa: “Muscari tiene esta visión en donde pone en el tapete temas que son milenarios y eternos a la condición humana, como es la sexualidad. Y ligado a la sexualidad, el tema del tabú: de esto no se habla, en público no nos tocamos, no decimos palabras guarangas porque está prohibido por la relación... Son todas prohibiciones que nos vienen sistemáticamente impuestas. Y creo que están bien desarrolladas en cada cuadro. Es muy estimulante, creo que la gente sale vigorizada de nuestro espectáculo. Porque no hay un solo modo de presentar el sexo, no hay un solo erotismo, una única manera de relacionarse con otro, ni un solo cuerpo, ni un solo color. Además, es maravilloso tanto para el elenco como para el público eso de que rompemos con la famosa cuarta pared del teatro”.

“El público está incorporado como personaje. Y el que no sabe adonde está entrando y penetrando, se lleva una sorpresa. Además, el teatro ha sido adaptado por la producción para que Sex tenga otra dimensión -con mesas y barras en donde uno se puede pedir un trago o lo que quiera- y se despegue de todos los espectáculos que hay en este momento en Carlos Paz. Y está funcionando en una temporada que es inquietante, en el buen sentido y en el mal sentido de la palabra, producto del contexto en el que estamos a nivel económico”, dice Juan.

"Sex está funcionando en una temporada que es inquietante, en el buen sentido y en el mal sentido de la palabra, producto del contexto en el que estamos a nivel económico”, dice Juan Palomino

—¿Qué les pasó cuando fueron a ver la obra como espectadores y cómo la viven ahora desde adentro?

Bogarín: —Debo confesar que con Juan hemos tenido que romper ciertas barreras y darnos cuentas de que no somos dos veteranos tan maduros y tan desprejuiciados como creíamos (se ríe). A veces uno se hace el canchero y piensa que está todo bien y después te descubrís que tenés una conservadora en la casa, que sos súper conserva. Hemos tenido ese proceso de deconstrucción.

Palomino: —La primera vez que la vi, me inquietó. Fuimos con Charo y salimos del Gorriti Art Center muy tomados por lo que habíamos visto, por las situaciones que vivían cada uno de los colegas y lo que proponían, por la amplitud de detalles que te entrega el espectáculo... La segunda vez lo disfruté aun más. La primera me quedé expectante, como colega, como compañero actor, pensando: “¿En qué lugar me ubico yo, con mi edad, con mi corporalidad, después de venir de hacer a Maradona y estar en pleno proceso de volver al peso que me corresponde? ¿Cómo me ubico en ese espacio?”. Lo que te propone Muscari es encontrarse uno. Obviamente, no tengo ni los 30, 40, ni 50 años ni la forma de construcción de cada uno de los actores y bailarines que forman parte de los distintos elencos. Soy un actor que ha vivido su vida de una forma determinada, que ha construido de una manera determinada, que tengo un cuerpo determinado acorde a los años y a la vida que he llevado adelante. Por lo tanto, no tengo ninguna tabla de lavar la ropa, ni músculos marcados, si bien lo he tenido en mi juventud.

—La obra, en un punto, le escapa a las convenciones y a lo hegemónico.

Palomino: —Exacto. Por eso cuando me ven a mi, empatizo con la gente y el público masculino dice: “Bueno, acá hay un poco más de datos de la realidad” (se ríe). Vinieron a vernos unos tíos de José María, con la mamá de él, y cuando terminó me dijeron: “¡Bien, Palomino! ¡Nos hiciste quedar bien a todos los de 60 porque realmente no tenemos lugar!”. Parece que ya somos personas en retiro. Y el ambiente o los medios de comunicación, muchas veces, lo que proponen desde el cine o la publicidad, son modelos hegemónicos que hasta determinada edad funcionan. Mirá lo que pasó con Top Gun: Tom Cruise se da el lujo de ser el instructor de vuelo de todos los muchachos que vienen, y Kelly McGillis, que fue su instructora en la versión de 1984, queda relegada por su condición de mujer, por el peso, las líneas, las formas o lo que sea... En ese sentido, esta propuesta que presentamos tiene ese plus de identificación de colores: los marrones de Charo y mío, de Gabo Usandivaras, las corporalidades de Nacho Sureda, Barby Silenzi, Andrea Ghidone... La heterogeneralidad del elenco también es algo inquietante y que supo formar José María. Creo que ahí está ese punto de atracción que tiene el espectáculo, al haber conjugado distintas genealogías, caminos, artistas que son muy mediáticos con otros que somos menos mediatizados y construimos desde otro lugar.

"Somos de hacer las cosas nosotros”, cuenta Juan Palomino acerca de las tareas domésticas en la convivencia que llevan con Charo Bogarín en Villa Carlos Paz
“En la obra interactuamos mucho con Charo", dice Juan Palomino

“Estamos en un lugar increíble, con una vista impecable. Estamos en un lugar que es la montaña de Carlos Paz, desde donde se ve todo el lago. Nos acostamos muy tarde, yo me levanto tipo 10 de la mañana, me pongo a ordenar la casa, cocinamos... Somos de hacer las cosas nosotros”, reseña Palomino sobre cómo lleva los días en la “villa” junto a su pareja y compañera de elenco.

“En la obra interactuamos mucho con Charo, aunque ella está más ocupada desde lo del canto. Y nos llevamos muy bien, fluimos, jugamos nosotros también a esa sensualidad que plantea el espectáculo. Disfrutamos mucho de estar juntos arriba del escenario, interactuamos, nos besamos... Y en nuestra vida cotidiana la seguimos pasando bien”, agrega.

“Somos dos personas muy compatibles, dos morochos que tiran para adelante, felices. Y nos gusta compartir los proyectos, realmente la pasamos muy bien. Estar juntos en el escenario nos permite mantener viva la llama de la admiración. Esta es la clave para que una pareja siga funcionando”, complementa Charo.

—Se suele decir que no es conveniente ser compañeros de trabajo con una pareja. ¿Ayuda compartir elenco en Sex?

Palomino: —¡Totalmente! A nosotros nos potencia. Nuestra experiencia es más que positiva. Llegamos el 11 de diciembre, pasamos Navidad y Año Nuevo acá. Estamos solos, estamos como si fuésemos dos novios de veintipico: comemos cuando queremos, cocinamos unos fideos como cuando eramos más chicos... Estamos totalmente despojados de esas responsabilidades que como padres hemos tenido, yo con Sofía, Aaron y Floriana. En muchos casos, el hecho de vivir arriba del escenario y en la vida cotidiana estar juntos todo el día, podría ser complejo. Pero a nosotros nos permite ser más compañeros, escucharnos aun más, ser creativos, contemplativos, admirarnos. Y eso me parece que, en tiempos en que transcurren otros tipos de valores, está bueno y estoy muy agradecido que la vida me permita esta experiencia. Y también te digo que esto le sirve a una pareja que viene a vernos. Vienen de distintas edades y les aparecen estas necesidades del reencuentro. No porque no estén felices, sino porque uno no tiene ese tiempo para plantearse esas cosas. La rutina es complicada y hay que luchar contra eso.

Bogarín: —Estamos como en una nueva primavera, disfrutando del sexo a pleno, de estar en pareja, solteros, sin hijos... ‘Solteros’ lo digo en el nivel de que él tiene tres hijos, yo una hija de 28 años. Y estamos disfrutando como si uno estuviera en ese período de la secundaria, en donde no tenés más responsabilidades que tu vida y encargarte a ver de qué vas a vivir, qué vas a estudiar y no más que eso. Estamos en una primavera de vida y una primavera sexual, también.

"Estamos totalmente despojados de esas responsabilidades que como padres hemos tenido", dice Juan Palomino sobre este momento de goce que vive con Charo Bogarín (Fotos: Mario Sar)

—Entonces, hay vida después de los hijos.

Bogarín: —(se ríe) ¡Absolutamente! Me encanta ese título: “Hay vida después de los hijos”. O: “Cómo la pareja sobrevive a los hijos”, porque esa es otra realidad, que la sexualidad muchas veces queda apañada por esas responsabilidades que tenemos que asumir como madres, como padres. Hay que mantener siempre viva esa llama, porque esa pulsión sexual que tenemos todos los seres humanos es el motor de la felicidad. A veces queremos no darle ese rol preponderante a la sexualidad. Y la verdad es que es lo único que mantiene ese interés y el vigor en una pareja.

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