Tras 12 años consecutivos en Carlos Paz y tantos otros en Mar del Plata, Flavio Mendoza atraviesa una temporada atípica. Este verano, por primera vez llegó con Stravaganza y todo su imponente despliegue escenográfico a Pinamar. Hizo su debut el fin de semana pasado con funciones a pleno en un predio de Av. Bunge e Intermédanos que tiene capacidad para más de 9 mil personas y para este sábado -si el clima lo permite- se espera una más, que tendrá un condimento especial: el director y coreógrafo anunciará sobre el escenario el desembarco de sus espectáculos en Canadá.
“Estamos muy felices porque es lo que buscábamos, un sueño que venía persiguiendo hace mucho tiempo. Era una asignatura pendiente sacar al exterior mis espectáculos, que sé que no tienen nada que envidiarle a cualquiera del mundo. La única diferencia es que ellos tienen mucha plata y nosotros no; lo hacemos con mucho esfuerzo y la calidad es a veces hasta mejor. Eso me pone fuerte como para poder hacer esta aventura”, dijo en diálogo con Teleshow.
El artista llevará Stravaganza y sus demás obras a un exclusivo resort que es administrado por el empresario Dominic Perrier y su familia y cuya construcción fue objeto de un reality para la TV canadiense. Está ubicado en Maricourt, una localidad cercana a Montreal y Quebec, y alberga a 8 mil personas.
El contrato firmado es por tres temporadas. El debut será en mayo en un auditorio especialmente preparado y que antes era una carpa del Cirque du Soleil. Habrá funciones hasta septiembre y se van a realizar en francés, inglés y español. “¡Encima con todo un elenco argentino!”, agregó feliz Mendoza.
Sobre cómo se originó la iniciativa, recordó: “La idea estuvo dando vueltas hace mucho tiempo. Hubo una propuesta para ir a Emiratos Árabes y estábamos a punto, pero vino la pandemia”. Tras la paralización de la industria a causa de la restricciones, las negociaciones se reactivaron y hubo acercamientos desde distintos países hasta que se concretó el acuerdo con los Perrier, que este sábado estarán presentes en Pinamar, cuando se anuncie el mismo al público.
“Soy de los artistas que no me conformo con quedarme en el lugar de tranquilidad, con mis productores (Héctor Gordillo y Maxi Oliva) siempre estamos buscando cosas nuevas. Me alegra seguir arriesgándome en lo que nadie se arriesga. Todo el mundo va a lo convencional y yo también podría hacer más tranquilo, con dos o tres actores reconocidos, y hasta ganaría más plata. Pero no tengo ganas de eso. Quiero mantener una calidad de excelencia, esa es mi forma. Y por eso creo que el resultado es este contrato a Canadá, que viene de la mano de mucho esfuerzo”, consideró el coreógrafo.
Por otra parte, resaltó que el convenio significa también un alivio ante el difícil contexto económico del país: “Esta experiencia me da esa adrenalina que necesito para renovarme, para sentirme orgulloso conmigo mismo, pero también puede traerle una tranquilidad económica a mi producción. Esto también es un respiro”.
El desafío que ahora se le presenta al director es el de imprimir su sello en un ámbito desconocido: “Creo que ellos vieron un espectáculo que es diferente a todos. Los shows que uno hace les dejan algo al alma y eso es lo que más cautiva. Y ahora tengo que tratar de ver cómo puedo lograr eso mismo en un idioma y una idiosincrasia distinta”.
Al hacer una evaluación parcial de lo que va de la temporada, la calificó de “muy exitosa”. “Fue un re acierto (presentarse en Pinamar), veníamos por un fin de semana y nos quedamos casi todo enero, la respuesta fue increíble”, dijo exultante. En medio de la charla, destacó que en esta ciudad balnearia encontró “un lugar distinto del mundo, especial, totalmente diferente al de veraneo en Mar del Plata o en Carlos Paz” y que pudo disfrutar de la playa junto a su hijo Dionisio casi todos los días.
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