Con el perfil bajo que la caracteriza, Lola Latorre pasó unos días de vacaciones en Punta del Este junto a su novio Felipe Ossana. Después de separarse de su novio anterior, Jerónimo González Chavez, luego de 7 años de relación, quiso tomarse un tiempo para estar sola y disfrutar de ese estado.
Por sus redes sociales, ella misma había contado que se había separado. “No suelo hablar de estos temas por aquí, pero desde hace meses que preguntan esto así que voy a responderles; no, no estoy más de novia. Estoy sola y estoy súper bien. No tengo mucho más que decir, pero los amo igual”, había expuesto a través de sus historias de Instagram.
Su mamá, Yanina Latorre, había dado una explicación al respecto. Cuando al aire de LAM, el ciclo en el que participa por América, Ángel De Brito le había preguntado qué había pasado, la panelista conjeturó sobre cuál pudo haber sido la causa de la separación: “Supongo que se desgastó. Desde los 14 años que están juntos, ella tiene 21. Ninguno de los dos conoce vida sin estar juntos. Yo creo que se quieren divertir”, dijo en ese momento.
Sin embargo, a los pocos meses el amor llegó nuevamente a su vida. De la mano de Felipe, en octubre del año pasado la hija de Yanina y Diego Latorre viajó a Nueva York y así presentó a su nueva pareja a través de sus redes sociales.
Con un elocuente mensaje, “Happy, Happy”, Lola escribió sobre una postal en la que se lo vio a Felipe contemplando la imponente ciudad estadounidense mientras disfrutaba de un café.
El joven es un economista egresado de la Universidad Torcuato Di Tella, además de que trabaja para una empresa argentina como analista senior de marketing y se formó en Copenhagen Business School. También es un apasionado de los deportes extremos como el ski y el montañismo, según se puede deducir de las publicaciones en su perfil de Instagram, en donde también se deja ver como alguien muy “amiguero”.
Durante los primeros días del año, la pareja disfrutó de unas distendidas vacaciones en Punta del Este. Solos y con amigos, se los pudo ver tomando sol en la playa, y hasta comiendo unos choclos a la orilla del mar. A los dos les apasiona el mar y pasaron allí, relajados en la arena, todo el tiempo que pudieron.
El hospedaje estaba a 50 metros de la playa, en José Ignacio, y los novios disfrutaron cada momento de relax para tomarse de la mano, y charlar sobre sus proyectos de vida.
Los enamorados pasaron las Fiestas de Fin de Año juntos en esa ciudad. Y desde entonces, aprovecharon para pasear y divertirse. Lo que no se perdieron por nada del mundo fueron los clásicos atardeceres de playa Mansa. Allí, sentados cada uno en sus reposeras, miraron la caída del sol, para luego emprender viaje hacia la cabaña donde estaban alojados, para descansar un rato y prepararse para salir a cenar y a bailar.
Los novios también se divirtieron en la noche esteña. Así ellos mismos dejaron registrados esos momentos de entretenimiento a través de sus cuentas en las redes sociales. Y en cada posteo, se escribieron mensajes de amor, con emojis de corazones que demuestran que están felices y súper enamorados.
Por estos días, la pareja partió rumbo a Miami, a completar el resto de sus vacaciones. Allí también disfrutan de la playa y de las salidas por los shoppings más exclusivos de Orlando.
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