Hace escaso tiempo comenzaron a circular las páginas de un diario de Ricardo Fort, tipeadas en una computadora, completamente en crudo, sin ningún tipo de edición, dados los errores de ortografía que no fueron salvados, quizás con la idea de publicar alguna vez su autobiografía. El millonario más mediático y querido de la Argentina, heredero del imperio chocolatero Felfort escribió los hechos más trascendentales de su vida, como sus dolorosos amores de la infancia y adolescencia, su debut sexual con una mujer y lo mal que le fue con el primer hombre que se acostó. La confesión de su homosexualidad a sus padres está presente en sus líneas así como sus vanos intentos por convertirse en una estrella musical, algo que su fortuna no podía asegurarle. Otros pasajes recorren su rutilante vida en Los Ángeles y Miami, donde llegó a estar frente a frente con el diseñador Gianni Versace (quien fue asesinado en su casa de Miami) y a Madonna, quien no le pasó inadvertido al volver a encontrárselo. El diario pone el acento en su vida amorosa, sexual, pero también aborda su transformación física, relación con las drogas y su terror al Sida de quien murió abruptamente a los 45 años, como consecuencia de una hemorragia por la cantidad de analgésicos que consumía.
Esta autobiografía, donde Fort se mira a un espejo con honestidad y una cuota de humor, podría ser el material base que sirvió en parte para la creación de la biopic El Comandante Fort, que se estrenará el 25 de este mes en la señal Star+.
El diario comienza con un dato muy determinante para todo lo que sigue, el día de su nacimiento, un 5 de noviembre de 1968 en “una de las mejores clases de familia que podía haber elegido, o la peor clase… ricos”.
El segundo párrafo está dedicado a su padre Carlos, con quien tuvo una relación difícil y cuya pérdida en 2007 fue muy dolorosa ya que tenía pendiente reparar esa relación. “Un empresario exitoso, duro, conservador, que solo se dedicaba a trabajar en la empresa que había heredado a su vez de su padre y que había transformado en una de las más importantes fábricas de chocolates. Esa era su vida”, detalla. A continuación, figura su madre, Marta: “una mujer muy hermosa, con un carácter fuerte y una energía que desplegaba cada vez que entraba en algún lado”, una particularidad con la que él se identificaba y que a su vez decía que le generaba dolores de cabeza. Fue la mujer que lo malcrió y la adoración entre ella y él era recíproca. “Me quedaba horas viéndola, maravillado, maquillarse todos los días”, contó en el diario. Marta murió el 5 de julio de 2021, a los 86 años.
De sus hermanos mayores solo dice que eran bastante conservadores como su padre y que no tuvo una relación muy fuerte.
Sobre su época de estudiante dijo que nunca fue bueno ya que todo le parecía complicado y poco importante.
Curiosamente, contó que mientras los varones en la escuela pensaban en jugar a la pelota los fines de semana, él miraba a las chicas. “Porque aunque en esa época ya sentía atracción por los chicos tenía la idea que algún día me iba a casar e iba a tener hijos…jajajajajaj, perdón”, concluye la frase con humor.
La primera vez que sufrió por amor fue por un compañero de la escuela. “Él jugaba vóley en el club en el que jugaba mi amigo y lo invitó a una fiesta que hacíamos. Me quedé alucinado por su belleza, su pelo, sus ojos. Nos hicimos amigos inmediatamente. Nunca llegó a pasar nada, pero recuerdo el dolor que sentía cuando no lo veía… Creo que fue la primera vez que sufrí por un hombre… pero no la última”, completa.
El ingreso a la secundaria estuvo marcado por el despertar de sus deseos sexuales. Tenía 16 años cuando conoció en el gimnasio a Marcelo, con quien pasaba mucho tiempo. Era cinco años mayor que él y se había enamorado por completo. “En un verano lo invité a mi casa de Punta del Este, lugar donde veraneo desde que tengo cinco años. Tenerlo cerca mío me fascinaba y sentir su presencia en la cama de al lado, en las noches me quemaba el corazón. Por sus actitudes conmigo y su forma de pensar muy parecida a la mía yo pensaba que él sentía lo mismo que yo, pero no me animaba a dar el primer paso y expresarle lo que sentía por miedo a equivocarme. Lo quería siempre al lado mío, lo celaba constantemente pero hasta cierto punto, para no descubrirme. Su olor quedaba impregnado en su almohada y en toda su cama. Un día , al sentir que ya no podía más, me armé de coraje y le dije que estaba enamorado de él…”, cuenta Ricardo Fort sobre este episodio tan importante en su vida. “Esta fue la segunda y la más dura vez que sufrí por un hombre. Sentí como un balde de agua caía sobre mi cabeza cuando me dijo que no le gustaban los hombres y que me quería como amigo… auch”. Cuando el chico volvió a Buenos Aires, Fort se recordaba llorando agarrando la almohada que él había usado, impregnada en su olor.
De regreso de vacaciones, continuó viendo a su amigo, pero el relato termina de mal en peor cuando la madre del chico interviene. “O vos estás enamorado de Marcelo o Marcelo está enamorado de vos”, le dijo la mujer a Ricardo, quien terminó confesando sus sentimientos. “La mujer se echó a llorar y me abrazó diciéndome que me quería muchísimo pero que no me permitiría ver a Marcelo nunca más. Linda forma de quererme”, remató. Por otra parte, asustó a Marcelo que huyó de su lado “como si yo fuese a cambiar su forma de pensar… a eso le llamo estar seguro de uno mismo… right?”
En medio de ese mar de lágrimas, contó que se hizo la primera cirugía de nariz, que si bien no era muy grande, no era de su agrado. Como su padre se opuso a esta decisión, Ricardo eligió un cirujano de la cartilla de su seguro médico. “La cirugía resultó muy dolorosa y me quedó muy chica… parecía un chanchito…. jajaja”, procedimiento que pudo corregir, pasando del peor al mejor cirujano.
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En esa situación, en la que se encontraba deprimido, pudo conversar abiertamente con su madre, que había empezado a hacerle preguntas. Qué le pasaba con los chicos y con las chicas. Y le contó la verdad por lo que estaba atravesando. “Esa era una madre. Me sentí contenido, como siempre me sentí con ella”.
Después de Marcelo, llegó a su vida Adriana. “Un día mi hermano me presentó una hermosa mujer 4 años mayor que yo, una amiga de su novia. Salimos los cuatro y terminamos en mi casa de fin de semana. Esta era mi oportunidad finalmente de estar con una chica y vivir mi primera relación sexual”, contó.
Primero jugaron al backgamon. Su hermano lo alentó a que se llevara a Adriana al barco de la familia. Era pleno invierno y hacía mucho frío. Tomó whisky con ella aunque no le gustara, se acostaron, se besaron y Ricardo estaba tan nervioso que ella le propuso fumar un cigarrillo. “Luego de relajarme la cosa cambió y logré una erección. Ella pasó al baño y se sacó el tampón porque estaba con la regla”, explica. A pesar del baño de sangre, que contó con detalle, y el olor que sintió, la experiencia fue tan satisfactoria que le cayeron lágrimas de felicidad. “Y ella, loca, me preguntó: Ok. decime la verdad. No es la primera vez? Yo juré que sí, a lo que ella respondió: ‘No puede ser´, lo que me hizo sentir como el macho number one de América. Debo admitir que mi primera vez fue maravillosa”, expresó.
A pesar de que ella tenía un novio y estaba al tanto del interés de Ricardo por los hombres, continuaron viéndose seguido.
Al poco tiempo tuvo la oportunidad de experimentar con un hombre. Había ido a un negocio de venta de jeans, por una sesión de fotos que tenía que hacer y ahí conoció a dos chicos: Nury y Jorge. Nury le aclaró que no era gay y Ricardo entendió que Jorge sí lo era. “Por primera vez tenía enfrente a un hombre gay. No podía perderme esa oportunidad. Debía experimentar qué se sentía tener sexo con otro hombre. Le pedí de ir al cuarto ya en la cama empezamos a tener sexo. Debo decir que no me gustó y salí de ese departamento llorando de alegría porque finalmente me di cuenta de que no me gustaban los hombres… lo que no me di cuenta fue que no era que no me gustaban los hombres, simplemente no me gustaba ese hombre”, aclaró.
Mientras continuó su relación con Adriana, buscó a Nury con la intención de que sucediera algo. “Al llegar nos sentamos a escuchar música, y de repente estábamos besándonos. Yo estaba fascinado… Era la primera vez que estaba con un hombre, heterosexual. Era grandioso”, contó.
Luego continúa una comedia de enredos, porque al conseguirle trabajo a Adriana en el negocio de ropa, ésta termina encontrándose a escondidas con Nury. Tiempo después, se vengó, se lanzó a la conquista de una novia de Nury que le había gustado mucho. “De una forma quería que él sintiese lo que yo sentí cuando me quitó a Adriana”. Pero el chico no se enojó. Le dio luz verde para estar con Carolina, con quien salió durante un tiempo.
Después de una reunión, en la que primero estuvo en un cuarto con uno de sus invitados, Fabián, un musculoso, alto y de pelo largo y después en otro con Carolina, se dijo basta de mujeres. “Eso fue el detonante en mi cabeza para decir basta… basta de mujeres”.
También contó que a los 19 tuvo su primera pareja estable, Guido. “Un rubio lindísimo, era medio conocido ya que había trabajado en varios programas de TV y a mí me encantaba”, aseguró.
Fue durante la relación con Guido, que su padre alcanzó a escuchar parte de una conversación de Ricardo con su madre, en la que le dijo que estaba feliz y enamorado. “Yo me armé de valor y le dije que estaba enamorado de un hombre y que estaba feliz…. ‘No quiero que lo entiendas solo que me respetes’, le dije. ‘Me da asco pero te respeto’, me contestó. Y de ahí en más no me habló por dos años… Gran Padre”, reprochó.
A lo largo de las páginas, Fort pone el foco en su agitada vida en discotecas de Los Ángeles y más tarde en Miami.
A lo largo del diario el empresario reflexionó sobre sus relaciones más profundas, considerándose “un tipo con suerte por haber conocido el amor tantas veces y haberme permitido vivirlo”, aseguró.
También reconoció que en cuestiones de amor vivía dentro de un círculo vicioso. “Conocía a alguien, me gustaba, lo conquistaba, me aburría, rompía la relación y luego, cuando lo veía con otra persona… me enamoraba perdidamente. Por supuesto, no volvían conmigo ya que los había lastimado tanto que tenían terror de arriesgarse nuevamente. Esa siempre fue la historia de mi vida… patológico, no?
El diario revela un costado de Fort desconocido. ¿Qué contará la serie biográfica y a partir de qué edad? Tanto Marta como su hermano Felipe, estuvieron involucrados en la producción. En un posteo en el día del nacimiento de su papá (hubiese cumplido 54) su hija dijo: “En tus últimos meses dijiste que tu sueño era trascender y se está haciendo realidad”.
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