La gala que de todos los domingos pasó a una jornada especial de lunes tuvo todos los condimentos que se esperaban, desde la entrada de Santiago del Moro a la casa hasta la confirmación del juego por un auto 0km. Pero claro, las expectativas estaban en quién sería el nuevo eliminado. y tras más de dos horas de programa el conductor pidió el cierre definitivo de las votaciones: “Por decisión del supremo quien abandona la casa de Gran Hermano es... Alexis”. En ese momento, Ariel se puso a llorar de la emoción, mientras el Conejo se despedía de sus compañeros. Recibió el 56,19 % de los votos del público, frente al 43,81 que obtuvo su contrincante.
En ese momento la cámara se enfocó en Alfa, quien desde hace unos días tiene una lucha encarnizada con Ariel, y al ver que el público decidió que aún se quede allí, no lo tomó con buen humor y no intentó en ningún momento que su rostro muestre lo contrario. Así se lo pudo ver con un gesto adusto y serio, masticando las razones que habrían llevado a ese desenlace que no tenía en sus previsiones.
Luego de ello, llegó el momento de la cena, oportunidad que aprovecharon los hermanitos para tratar de encontrar las razones. Y Alfa fue el primero en hablar: “Vos fijate una cosa, que es lo que yo dije de entrada, es la primera vez que Cone va a placa, la primera vez. ¿Por qué? Porque venía juntando el tiempo”. Allí, Julieta aprovechó a mencionar que es lo mismo que le sucedió a Coti. Y Alfa continuó con la palabra, recordando que “hay muchos que juegan para el afuera, para la cámara, pero yo me doy cuenta, no me chupo el dedo y eso la gente también lo ve”.
Cabe destacar que ese comentario no es la primera vez que lo hace, incluso al referirse a los últimos participantes en ingresar y a los que benefició el repechaje, les reprocha siempre lo mismo. Así, quien levantó el guante fue Agustín, quien le aclaró de inmediato que “yo juego para la gente”.
En ese instante, quien aún se mantenía callado, Thiago, lanzó un comentario que terminó por lanzar la charla por la borda: “No empecemos a romper las pelotas con eso por favor”. A lo que Alfa le aclaró que “estamos conversando, nadie está rompiendo las pelotas”. Sin embargo, el joven mantenía su postura de que esas conversaciones las dejen para el momento después de la comida, Allí fue cuando el mayor comenzó a levantar el tono de voz y aclaró que “estamos comiendo y estamos conversando”.
Thiago, en tanto, mantenía un tono monocorde y le explicó que “después si quieren hablan de eso, pero después de comer por favor”, ante lo cual Walter sentenció que “vos no sos el jefe que decide de qué se habla y de qué no”. La incomodidad se notaba, el silencio del resto de los comensales era total, y sólo Agustín realizó algún gesto como para intentar calmar los ánimos de ambos. “Te estoy pidiendo por favor, no te lo estoy diciendo mal, te estoy diciendo que por favor”, continuó Thiago, ante lo que Alfa aseguró que “sí, lo dijiste mal, yo no estoy rompiendo las pelotas, estamos conversando”.
Abrumado por la situación, el joven directamente se levantó, saludó a la mesa y se retiró a uno de los dormitorios, ante lo que el mayor de la casa afirmó que “estoy podrido también, estamos hablando y hay que callarse la boca, hay que hablar de lo que demás quieren”. Agustín intentó justificarlo diciendo que “entiendo que se sienta mal por la salida de Alexis”, pero Alfa no se lo dejó pasar y expresó que “cuando yo me sentí mal y Thiago tenía ganas de joder, jodía con todos y me jodía a mí también, y yo no dije: ‘dejate de romper las pelotas, callate la boca’. ¿OK? Hay muchas formas de jugar también y de hacerste el jefe, y me molesta, de verdad que me molesta”.
Por el momento la discusión quedó allí, resta ver, con el correr de los días, cómo se reacomoda la casa luego de la salida de Conejo y de la percepción que tienen los de adentro respecto de lo que Ariel genera o no dentro de la casa, al momento de ser salvado por la gente.
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