Apenas siete meses pasaron desde el nacimiento de la nueva hija del matrimonio de Isabel Macedo y Juan Manuel Urtubey, Julia, quien se suma a Belita, y la familia ya está en las playas de Puta del Este disfrutando estos días de verano. Sol y arena durante el día, y por la noche distintos eventos a los que son invitados especialmente dada la trascendencia de ambos.
Bikini amarilla y anteojos de sol con marco blanco para ella y un clásico short azul para él fueron los looks elegidos para el momento de relax, además de tener que llevar los clásicos juegos playeros para la niña de cuatro años. Así, la palita y el balde fueron de la partida al momento de elegir qué llevar para poder entretenerse.
Macedo es una agradecida por la familia que logró formar y no tiene problemas en expresarlo de todas las maneras posibles, incluso llorando, ya que más de una vez aseguró que a veces no puede contener las lágrimas cuando ve a su familia. “Sí, lloro de emoción porque me parece una elección de vida, un trabajo cotidiano. Sobre todo es una elección trabajar para formar tu familia, para mantenerla unida y para que prevalezcan el amor, el respeto, y la unión”, reflexionó Isabel.
Y luego aseguró: “Es un trabajo diario en el que uno tiene que estar muy comprometido para que funcione, y a mí me gusta mucho la sensación de seguridad y tranquilidad de la familia, pero no pienso que eso llegue solo ni que se dé porque sí; creo que también uno tiene que estar y compartir”.
Respecto de su hija Belita, la actriz aclaró que “es muy buena, siempre pensando en los demás. Siempre quiere repartir lo que tiene. Espero que le dure y que lo sostenga en el tiempo, porque es una característica espectacular”, proyectó Macedo. Y continuó: “¡Lo que la amo a esa chiquita! Todos nos dicen que somos dos gotas de agua, y yo no me doy cuenta, pero para mi mamá es impresionante. Me dice que no lo puede creer: ‘¡Sos vos!’, me dice”.
Actualemnte madre de dos niñas, Isabel reflexionó hace algunos meses sobre e, tema, y confesó que “antes de conocer a Juan pensaba que por ahí no era para mí esto de formar una familia. Pensaba: ‘No todos nacemos para lo mismo, quizá lo mío es mi trabajo’. Me iba muy bien y estaba realmente muy agradecida con el camino realizado. Estaba muy contenta, no por los premios y las nominaciones, sino por haber encontrado mi vocación. ¡Es muy difícil encontrar la vocación! Es algo que veo ahora en los chicos, en los que tienen que decidir qué quieren hacer con su vida. Por eso, creo que tenés que estar muy agradecido de saber para qué naciste o qué es lo que te gusta hacer, para poder dirigir tu vida hacia ese lugar. Por eso, pensaba: ‘¡Ya está! Es esto lo mío y lo voy a hacer toda mi vida y voy a estar feliz con lo que estoy construyendo’. ¡Pero lo conocí!”.
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