Agostina Longo usa la voz como su principal herramienta de trabajo. Hace más de una década comenzó la búsqueda de una profesión que le permitiera mezclar diferentes pasiones: la locución, la actuación y la interpretación. Poco a poco fue construyendo su camino y hoy trabaja para Netflix, HBO, Disney, Cartoon Network, Nickelodeon, Spotify y YouTube, entre otras.
La pandemia cambió el paradigma laboral y también influyó en el mercado del doblaje, ya que se expandió en la Argentina, con el aumento de la grabaciones de proyectos tanto nacionales como internacionales. En medio de este contexto, Agostina habló con Teleshow sobre esta profesión que está en pleno auge por la explosión del consumo de plataformas digitales y se ha transformado en una interesante salida laboral.
Cada día, Longo se sienta en la cabina de grabación que tiene en su departamento del barrio de San Cristóbal para realizar doblajes, es decir, un proceso que consiste en sustituir los diálogos hablados por los actores en un idioma original por otros diálogos idénticos o similares en otro idioma. The Walking Dead, Seinfeld, Black Mirror, Polly Pocket, Mini Beat Power Rockers y Power Rangers son algunas de las series más populares en las que participó a lo largo de su trayectoria.
—¿Cuándo descubriste tu vocación por el doblaje?
—En 2005, en el último año de la carrera de locución cuando cursaba la materia anual de doblaje. Me vino muy bien porque ya había estudiado teatro muchos años. En ese momento, descubrí que el doblaje se hacía en la Argentina; yo pensaba que se hacía solo en México. Lo bueno es que podía actuar sin tener que aprender los diálogos de memoria y nadie me veía la cara. De esta manera me cerró por todos lados porque podía trabajar con la voz, que era algo que me gustaba, sin que nadie me estuviera viendo ni aprender la letra porque tenés un guion adelante.
—¿Cómo fueron tus primeros pasos en el mundo laboral?
—En esa época me fui a vivir sola y quería hacer doblaje, pero sabía que era complejo. Entonces empecé grabando comerciales porque me sentía preparada y pagaban bien. Después de un tiempo, me convocaban para los actings de las publicidades. Así logré ser más profesional en lo que era actuar solamente con la voz. Para trabajar en comerciales y hacer doblajes tuve que hacer la misma búsqueda: llamar por teléfono, mandar un mail o ir y tocar el timbre. Durante esa búsqueda también tenía otros trabajos de la vida real: fui secretaria y niñera. Cuando gané un poquito de confianza, ahorré dinero y me anoté en diferentes cursos de doblaje. Después de mucho insistir en diferentes estudios, me permitieron hacer las escuchas. Entonces tomaba mis horarios de almuerzo de mi trabajo e iba a hacer estas escuchas para ver cómo se grababa y cuando el director tenía ratos libres hacíamos prácticas. Hasta que un día en 2008 me convocaron para hacer un doblaje y fui armando una red de contactos. Es muy agotador, hay que tener mucha paciencia y autogestionarse porque no tenés un representante o alguien que te ayude a buscar trabajo.
—¿Cómo es tu rutina en un día de trabajo?
—Como no soy empleada, hay días que puedo trabajar tres horas o entre 10 y 12 horas seguidas. Por lo general, arrancó a las 8:30 de la mañana y terminó a las 10:30 de la noche, depende de la agenda que vas llenando con los pedidos de los diferentes estudios. En mi rutina diaria hago unos ejercicios de precalentamiento vocal, pero no siempre. Luego me conecto desde la cabina para empezar las grabaciones.
—¿La cabina la tenés en tu departamento?
—Sí, en la pandemia pude poner una cabina en mi departamento en San Cristóbal porque se permitieron las grabaciones remotas. Tuve que invertir, por supuesto, pero antes teníamos que ir a cinco o seis estudios por día, entonces era viajar a Munro, San Telmo, Belgrano o Floresta. Era agotador y la pandemia trajo esta posibilidad que nos facilitó un montón el trabajo y el día te rinde mucho más. Con el paso del tiempo fue mutando: al principio era grabar bajo las sábanas, después entre colchones, y hoy están las cabinas.
—¿Cómo hacés las grabaciones?
—Cuando te conectás en la cabina tenés dos programas en la compu: uno como si fuera el Zoom que el director te comparte la pantalla donde ves el guion y la escena; y el otro es como si fuera también un zoom pero sin imagen que graba tu audio directamente en la computadora del ingeniero de sonido. Hay otros colegas que se autograban y mandan el archivo. Es una elección muy personal y cada uno puede elegir estas dos metodologías.
—¿Qué es lo más divertido de tu trabajo?
—Si bien a nivel estructura es siempre lo mismo, me levanto, miro los mails y después me meto en la cabina a grabar, lo bueno es que siempre son proyectos diferentes. Por más que sea una serie larga es como si estuviera trabajando de ver películas o series, ya que me involucro y formo parte. Es espectacular porque los días nunca son iguales, los personajes son diferentes unos entre otros, entonces no hay monotonía. Además ves proyectos que tal vez no verías, yo nunca hubiera mirado una serie como The Walking Dead, pero me estoy enfrentando a un material con un código, con un clima que yo desde lo personal no manejo, porque no elijo consumir ese tipo de producciones, pero me está aportando un montón de información a manera profesional. Entonces siempre le sacás algo bueno para aprender o te enfrentas a un desafío diferente.
—¿Cuál fue la serie o película que más te gustó hacer?
—No sé si te puedo nombrar una sola, pero no lo podía creer cuando me seleccionaron para el personaje de Elaine en el redoblaje de la sitcom Seinfeld. Para mí era un desafío porque Julia Louis-Dreyfus actúa súper bien y la sitcom tiene un ritmo diferente a lo que es otro tipo de proyectos, entonces Seinfeld me encantó a nivel locución. También me gustó mucho haber sido la voz de Disney Channel y de Nickelodeon en épocas distintas. Había una serie en los 90 Full House que veía cuando era chica. Después vino el spin-off, Fuller House y me dieron al personaje de Kimmy Gibbler y para mí fue una locura. Además participo en Mini Beat Power Rockers, una producción argentina que ya va por la cuarta temporada. Fue buenísimo hacer The Walking Dead. No te puedo nombrar a cada proyecto porque son un montón y siempre me encariño con los personajes.
—¿De los últimos proyectos hubo alguno que te encantó hacer?
—Para El Encargado me asignaron hacer la audiodescripción de la serie, es decir cuando en la plataforma podés seleccionar una opción que es español latinoamericano audiodescripción. Es un servicio para la gente no vidente que en el cual le vamos describiendo qué sucede en cada escena. Fue buenísimo hacerlo a nivel servicio e inclusión, sobre todo en una serie tan exitosa.
—¿Siempre tenés que hablar en español neutro?
—Sí, en todos los proyectos, a no ser que sea un proyecto específico para la Argentina o Uruguay. Durante el día hablo más en castellano neutro que en rioplatense.
—¿No se te pega hablar en neutro?
—No, a veces tengo salidas cuando alguien me dice algo lindo, entonces yo digo (cambia el tono de voz): “Ay, muchas gracias”. Lo hago porque me siento más protegida y como a mí me inhibe cuando me dicen algo lindo, es una cuestión de mi personalidad. Pero no es que estoy pensando neutro, salvo para hacer alguna broma. En una época, cuando estaba aprendiendo castellano neutro, vivía en zona norte y me perdía en Capital. Entonces como me daba vergüenza, hablaba en neutro y me hacía pasar por una extranjera. También cuando iba a bailar como soy petisa si me quería acercar a la barra a comprar agua o lo que sea era muy difícil, pero me di cuenta que era más fácil si me hacía pasar por extranjera, porque la gente me escuchaba la tonada, se abría y me atendían rápido.
—¿Qué sueños te quedan por cumplir?
—Cuando era chiquita arranqué a estudiar actuación, yo quería trabajar en la tele, en Grande, Pá!, no es que yo quería un show de Agos Longo. Después me di cuenta de que me daba vergüenza que me vieran. En lo laboral, estoy muy acostumbrada a que si hablo y me equivoco, se borra, no pasa nada. Si hiciera radio en vivo y tengo que presentar algo y me trabé, ya está. ¿Cómo lo corrijo? Sí me gustaría probar hacer voz en off en la tele. En la radio me gustaría hacer aire, como columnista o coconductora, desde un lugar en el que yo no sea la que tiene que coordinar los tiempos al aire. Ahora que hay más plataformas hay más posibilidades, estamos doblando videojuegos y nunca me imaginé doblando videojuegos. Seguramente vendrán nuevos formatos y quiero hacer todo lo que vaya a venir, como la audiodescripción.
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