Tras la Navidad, la siguiente jornada de festejo para los más chicos sin dudas es la llegada de los Reyes Magos, con todo el ritual se que forma su alrededor, como el momento de dejar los zapatos cerca de la puerta, y un poco de agua y pasto para quienes visitarán a la medianoche los hogares, dejando regalos. Estos hechos rara vez se olvidan y son también materia de recuerdo por parte de los adultos en distintos momentos de su vida, reuniones sociales o familiares.
Uno de esos momentos se dio en el ciclo Ariel en su salsa, conducido por el maestro cocinero Ariel Rodríguez Palacios, quien le pidió á quienes lo acompañan que compartan imágenes de esos momentos. Así, mientras Mica Viciconte mostró fotos de su infancia en Mar del Plata, el periodista Nico Peralta hizo lo propio con imágenes de su Ascensión natal (en la provincia de Buenos Aires, a poco más de 300km de CABA). Ella recordó los regalos que recibía, como pelotas o raquetas, en tanto que él rememoró los viejos juegos de mesa que cada año traían los Reyes.
Fue en ese instante en que Peralta indagó a Rodríguez Palacios con una pregunta que disparó cientos de recuerdos: “¿El payaso que traumó tu infancia también llegó para Reyes?”. La respuesta del chef fue tajante: “No quiero recordarlo porque me hace mal”. Sin embargo, poco duró esa advetencia ya que comenzó a relatar los pormenores de ese momento. “El payaso maldito no sé si no habrá venido con los Reyes o en un cumpleaños. Prefiero ni recordarlo. ¿Sabe lo que fue dormir en la infancia con ese payaso mirándome fijo a la noche y pensando que camina y te agarra o te respira de cerca? Quedé muy traumado”.
Tras ello, y ya con el recuerdo desbloqueado, comenzó a citar pasajes de su vida que nunca habían sido tratados en público, como el momento en que “dormía en un cuarto con mi hermano en una camita al lado de la otra y con una mesita de luz al medio. Al lado de la puerta de la habitación había una escalera que iba a un piso de abajo. Si estaba la puerta abierta, yo veía directo la escalera”, graficó la escena de su niñez.
“Tenía terror. Me levantaba a la noche y me quedaba asustado en la puerta del cuarto de mis viejos, pero no quería moverme porque encima estaba el payaso y sentía que me miraba. Un día... y esto lo juro... sentí que alguien me tiraba de las patas, que estaban para adelante apuntando a la puerta que daba a la escalera”, continuó.
Tras ello, las imágenes seguían apareciendo en su mente y las volcaba ante los espectadores: “Sentí que alguien me tiraba de las patas, miré al payaso a ver si se había enloquecido. Al día de hoy todavía no sé lo que fue. Creo que me metí en la cama de mi hermano esa noche y sentí mucho miedo. Habrá sido una pesadilla, pero nunca supe qué fue lo que pasó”. Al finalizar la anécdota, dejó un recordatorio para los padres: “La escalera de noche es fantasmagórica y siempre recomiendo que no les pongan a los chicos una cama que dé directo a una escalera. Es lo mejor si quieren que duerman bien y no se traumen. Lo cuento y todavía se me eriza la piel”.
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