La relación entre Santiago del Moro y los participantes de Gran Hermano está cada día más afianzada, ya que es su único contacto con el exterior, entonces cada intervención del conductor es vista como una bocanada de aire desde el exterior. Teniendo eso en cuenta es que él se siente también por momentos un participante más, y no es sólo un chascarrillo para las cámaras el hecho de que le interesaría también poder ingresar y ser parte de un momento con ellos.
Pese a sus ganas, él mismo reconoció que “Gran Hermano no me deja”, así que mientras tanto la relación entre ellos será a distancia, como en la última gala, donde para tratar de conocer más sobre el día a día tuvo un intercambio con “La Tora”, quien se vanagloriaba del pastel de papa que en breve iban a cenar los hermanitos. Tras mostrárselo, se ofreció a llevarle una porción a Del Moro a través del box de intercambio, con la condición de que haga una devolución sobre lo probado.
Con esa propuesta, quien puso el grito en el cielo fue Romina, que aseguró que los últimos días había dejado unas galletitas para que el conductor pruebe y le habían sido devueltas. Ante ello, Santiago se mostró confundido ya que nunca había tenido noticias de ese envío, por lo que se ofreció a probar en cámara el famoso pastel de papa, momento en que “la Tora” lo sirvió en un plato y lo llevó al lugar destinado al intercambio de productos.
Finalmente, al estudio llegaron tanto el pastel de papas, como las galletitas preparadas por Romina e incluso una pizza también preparada allí. Y sin dudarlo, abrió la cámara para que los hermanitos puedan ver su reacción al probar las distintas comidas. En el momento del pastel de papas se mostró muy contento: ¡Muy bueno! ¡Parece de rotisería, profesional!”, a la vez que aclaró que le gusta mucho más esa versión que las realizadas con batata o con zapallo.
Después fue el turno de probar la pizza preparada por Alfa, asegurando que era muy bueno y destacando lo finita de la masa. Para el final quedaron las galletitas cocinadas por Romina, expresando su deseo de poder acompañarlas con unos mates. Alfa le pidió que por favor pase un fin de semana con ellos en la casa, y los demás hermanitos empezaron a pedirle que realice una devolución como si fuera jurado de Masterchef, y Del Moro no puso ningún tipo de reparo.
“Me parece que los tres platos tienen un nivel espectacular, todo está increíble. El pastel de papas está sabroso, rico, bien condimentado. La pizza bien finita, crocante, le falta un poco de calor, obviamente. Las galletitas están crocantes, escuchen”, detalló y allí fue cuando acercó el micrófono lo más posible a su boca para que puedan ellos también ser parte de la experiencia.
Para redoblar la apuesta, Alfa le consultó la posibilidad de realizar un Masterchef que incluya como participantes a todos los hermanitos, a lo que Del Moro aclaró que debería ir con los chefs. Entonces, se puso serio y les confirmó: “les prometí algo, les prometí darles una información que tiene que ver con la nominación de mañana, que va a ser mañana. Así que se pueden producir para mañana. Los dejo comiendo y yo me quedo comiendo acá”.
En la misma jornada, pero horas antes, tuvo lugar una nueva prueba de liderazgo. Aunque, en esta oportunidad, la competencia tuvo que ver más con una cuestión ingenio que con la habilidad física. Los participantes tuvieron que buscar las piezas de un rompecabezas gigante en la arena y armarlo en el menor tiempo posible. Pero, antes, hicieron un sorteo en que se definieron dos grupos de siete jugadores cada uno para competir en dos tandas.
La primera parte de la competencia se grabó en horas de la tarde y quedaron cuatro finalistas: Walter Alfa Santiago, Romina Uhrig, Ignacio Nacho Castañares y Daniela Celis. Los participantes se enteraron de que habían sido los que lograron los mejores tiempos en vivo y, entonces, pusieron manos a la obra para definir quién se quedaría con el beneficio de logar la inmunidad y tener la posibilidad de salvar a uno de los que queden nominados en la gala del miércoles.
Esta vez con sus compañeros presentes en la zona de espera, los participantes pusieron manos a la obra cada uno con su respectivo rompecabezas. Y, tras ocho largos minutos tratando de ensamblar piezas, el que logró quedarse con el triunfo fue Nacho. “Dejaste de ser Cebollita”, le dijo en tono de broma Maximiliano Guidici, ya que en más de una oportunidad el exfutbolista quedó segundo en la prueba después de llegar a la final con Thiago Medina y solo había logado un liderazgo compartido con Alexis Conejo Quiroga.
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