Se siguen sumando capítulos en el tan apasionado como tormentoso romance que llevan adelante Daniela Celis y Thiago Medina dentro de la casa de Gran Hermano 2022 (Telefe). Es que la joven oriunda de la localidad bonaerense de Moreno retornó al reality show en el repechaje con la para nada escondida intención de vengarse de Thiago, quien había hablado mal de ella en varias oportunidades durante el tiempo en que ella estuvo afuera.
Pero aunque en un principio ella decidió mostrarse fría con el cartonero nacido en González Catán, de a poco volvieron a acercar posiciones y la reconciliación parecía un hecho. Sin embargo, en las últimas horas Daniela sorprendió al gritar fuertemente contra Thiago. La escena ocurrió en la habitación de las mujeres. “Pestañela”, tal como la apodaron en las redes sociales por sus llamativas pestañas postizas, estaba acostada en su cama, boca abajo, hasta que de golpe espetó: “¡Qué pendejo! Por Dios, qué pendejo”.
“¡Qué pendejo! Encima me mira a los ojos. ¿Por qué es así? ¿¡Por qué!?”, insistía Celis, mientras Julieta, testigo de la escena desde su propia cama, la miraba absorta. “¡Estoy cansada! Me tenés cansada, cansada me tenés”, siguió Daniela y lo volvió a repetir mientras rompía con sus manos algo que parecía una foto de Thiago.
“Me vivís haciendo mierda, todo el tiempo, todo el tiempo. ¿Qué más querés?”, seguía, dolida, en su soliloquio contra Medina. El clip en cuestión se viralizó rápidamente pero hasta el momento se desconocen los motivos que llevaron a la participante a explotar públicamente de semejante manera.
Un rato antes de esto, Daniela había estado hablando con Alfa y le explicó al sexagenario cómo estaban las cosas con Thiago desde su reingreso a la competencia del reality show que conduce Santiago Del Moro. “Yo no volví. No, Alfa. Ya quisiera él, pero no”, definió la “hermanita” para dejar muy en claro que por ahora el amor con Medina está en una pausa.
Pese a que ella le aseguró que no volverá a pasar nada con él, Walter Santiago no se lo creyó y hasta se burló de ella. “Yo siempre dije que ‘enamorada’ era un montón, pero sí estaba enganchada con él. Más de lo que él estuvo conmigo”, cerró Daniela después.
“Tenemos nuevo Conejo en la casa: no fueron uno, dos...es un récord sexual en la casa ¡Cinco!”, anunció Santiago del Moro la marca que Thiago y Daniela alcanzaron adentro de la casa. En las imágenes, luego de aclarar las rispideces entre ellos, intentaron armar un “nidito de amor” en el sauna, pero rápidamente se dieron cuenta que no era un lugar cómodo para la intimidad, entonces se trasladaron a la ducha, donde le dieron rienda suelta a la pasión. Y, más tarde, terminaron en la cama de él, para luego volver al baño.
Sin embargo, y debido a los sonidos y a la incomodidad reinante en la habitación de los varones, algunos decidieron irse a dormir a otra habitación, pero Alfa se quedó allí a la espera de poder decirles todo lo que pensaba al respecto. Primero, prendió la luz prendida, ya que supuestamente se había desvelado. Esa luz fue la que Thiago comenzó a cuestionar, para luego el mayor de la casa asegurarle que no quedaba bien que tenga relaciones sexuales frente a todos.
“¿Por qué no apagás esa luz, Alfa, por favor?”, cuestionó Thiago, ante lo cual, la respuesta recibida fue “porque ahora me desvelé, nenito”. Pero claro, eso sería solo la punta de lanza del momento que se avecinaba, y el joven, con la voz un poco más firme, le cuestionó: “Después rompés las pelotas cuando uno deja la luz prendida, loco”, mientras que se la escucha a Daniela susurrar un “tranquilo, ya está”.
El temperamento del mayor estaba cada vez más caldeado y lanzó un “Yo no jodo a nadie, Thiago, estaba acá durmiendo tranquilo. Andá a coger a la habitación de al lado a ver si Cata, Romina, y todos se la aguantan. Andá a coger acá al lado. Yo no soy un perrito que hago cualquier cosa en cualquier lado. Andá a garchar a la habitación de al lado a ver qué pasa”.
Lejos de amilanarse, Thiago le retrucó: “Es que yo quiero estar acá, ¿hay algún problema? ¿Tanta envidia tenés, boludo?”. Ante ese comentario, el mayor sólo atinó a decir “¿envidia? por favor, chiquito... ¿envidia de estar garchar en cualquier lado? No, papi”. El menor, entonces, le cuestionó que se refiriera en ese términos estando en frente de una mujer, además de aclararle que “ya me está dando por los huevos las cosas que estás haciendo”.
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