Desde hace casi dos años que Camila Perissé está batallando contra el deterioro de su propia salud. Luego de haber sido hospitalizada, con el correr de los meses fue empeorando tanto en el aspecto físico como en lo cognitivo. Así fue que su marido y sostén, Julio Chino Fernández, viene denunciando “mala praxis” y culpó a la clínica de la ciudad de Pergamino en donde la actriz había estado internada en una primera instancia.
Por estos días, vive en un geriátrico de la ciudad de Mar del Plata y es atendida de manera personalizada. Pero estos gastos no los cubre ninguna obra social, por lo que deben ser afrontados con la jubilación de la actriz y los exiguos ingresos que está generando su marido. Así, la deuda fue creciendo. “Tuve que frenar todas las terapias de Camila, que le venía dando desde hace más de 8 meses. La frené porque estoy debiendo 70 mil pesos entre pañales y terapias”, le había contado Fernández a Teleshow a mediados de noviembre pasado.
Ahora, la cosa se agravó aun más. “Lamentablemente son muchas las deudas de los pañales que debo al hogar donde está Cami y también a algunos terapistas particulares que la atendieron. Gracias a ellos, hoy está mejor”, resume Fernández en diálogo con Teleshow y dijo que venderá su Renault 12 modelo 1986 y un televisor. “Claro que falta, pero a como estaba... El domingo cumple 69 años y ya vamos por los 32 años juntos. En fin, no es fácil”, agregó sobre la evolución lenta pero sostenida de Perissé.
En aquel último contacto con este medio, Fernández había contado que inició el proceso para internar a Perissé en Inareps, “el centro de rehabilitación más grande que hay en Argentina”, según consideró. “Es gratis, pero no es fácil entrar ahí, porque hay que rellenar unos papeles y demás. De casualidad me enteré hace unas semanas de que existe, fui, llené unos formularios. Al otro día me llamaron y me dijeron que faltaban cosas por presentar”, dijo en esa oportunidad.
Ahora, las cosas están cada vez más cerca de concretarse, según el propio Fernández. “El día 10 de enero tenemos una entrevista en Inareps y puede que la traslade ahí. Es muy necesaria la rehabilitación a ver si puede pararse y comenzar a caminar. Está complicado, pero este centro es lo mejor y tenemos confianza”, dijo.
La salud de él tampoco es la óptima, ya que se le agravó una cardiopatía. “Estoy muy mal del corazón, estuve dos veces en el hospital hiperventilado porque tengo la válvula aórtica calcificada”, había contado Fernández hace un mes. Pese a todo, es optimista. “Estamos vivos y con determinación”, dice hoy.
“Camila está con su problema cognitivo, aunque recuperó el 75% de sus pensamientos y tiene un diálogo fluido. La veo tres o cuatro veces por semana. Los fines de semana la saco y la llevo al restaurante de la esquina que no nos cobra”, contó Fernández recientemente sobre la salud de su mujer. “Pero hace poco empezó con depresión: está llorando porque ella sabe quién es, su cabeza está funcionando y no sabe qué hace ahí. Me dice: ‘Sacame de acá’ y yo no puedo sacarla porque estoy en un departamento prestado”, dijo.
Quien quiera colaborar con Camila Perissé y Chino Fernández puede hacerlo depositando en una caja de ahorro del Banco Nación de la Argentina, CBU 0110350030035030866347.
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