Corría agosto de 2016 cuando una nueva edición de Gran Hermano llegaba a su final luego de haber copado la pantalla chica, ahora desde América. Se consagraba un joven de 22 años: Luifa Galesio, hoy futbolista del ascenso de Italia. Pero como sucedió tantas otras veces, el foco de atención no recayó solo en el ganador: Cynthia Aller fue una de las participantes que más se destacó. Y con una particularidad: apenas estuvo dos semanas en la casa. Resultó la primera eliminada.
Al salir, le llovieron los contratos laborales para hacer producciones de fotos como modelo y subirse a las tablas del teatro como actriz. Además, mantuvo una relación con Lucas Tissera, expareja de Lizy Tagliani. Pero así como su vida cambió de un día para el otro, la imagen pública de Cynthia se fue apagando. Hoy, lejos el mundo del espectáculo, está en pareja con un empresario textil, con quien comenzó a salir a poco de GH. Y es mamá de una nena de tres años: Indie.
Aller sigue la presente edición del reality con suma atención, en parte porque le recuerda a su propia experiencia. “Sinceramente tenía como muchas cosas borradas con los años sobre mi paso por Gran Hermano. Parecía si hubiera sucedido en un sueño, y al ver esta nueva edición, fui recordándolo todo, como si fuera ayer. Es increíble todo lo que se me vino a la cabeza...”, le cuenta a Teleshow.
“Estuve poco tiempo en la casa, pues todas mis compañeras mujeres fueron por mí en la primera placa. Era una época en la que las mujeres siempre salían primeras de Gran Hermano, como que estábamos más desprotegidas. A mí no me dieron tiempo de demostrar nada, pero hubiera jugado siendo yo y sin joder a nadie”, argumenta Cynthia.
—¿Pudiste cumplir aquello que fuiste a buscar al anotarte en el casting?
—Si bien no voy a negar que fue un sueño cumplido, después de varios años de castings frustrados, el encierro no me gusto mucho. Fueron muchas cosas que no sabía, hasta vivirlas. Mi sueño siempre fue trabajar en los medios, y si bien la exposición me sirvió mucho para esto, también hizo que me diera cuenta de que realmente no era lo que me gustaba. En mi estadía en la casa comencé con algo que desconocía, y con el tiempo supe que eran ataques de pánico, que hasta el día de hoy me acompañan. El encierro no es para cualquiera, y menos la exposición.
—¿Cómo tratás esos ataques en la actualidad?
—Con terapia. Eso me ayuda mucho, no hay más que eso.
—¿Tu familia te apoyaba en aquel entonces? ¿Cómo era tu vida antes de Gran Hermano?
—En mi familia, mi papá y mamá, no estaban muy a gusto con mi entrada. Creo que temían por lo que podía hacer. Pero bueno, ya era mayor para decidir solita... (tenía por entonces 27 años). Unos meses antes de ingresar a la casa descubro que mi exesposo me era infiel, pero no con una: con quien podía... Así que comencé con los castings de Gran Hermano. Sin pensarlo le di para adelante, porque era eso o quedarme en casa llorando por cornuda (ríe). Ahora, a la distancia, me río. Pero no fue fácil en aquel entonces.
—¿De la presente edición, ves a alguien que juega parecido a como lo hacías vos?
—Me identifico a full con Julieta por cómo se maneja en la casa. Es ella, sin joder a nadie, y yo fui así hasta que fueron todos a ponerme en placa (risas). La veo mucho más inteligente en el juego de lo que varios creen, la veo en la final. También me gustan Alfa y Marcos. Si quedan esos tres sería una linda final para mi forma de ver el juego.
—Tras tu salida de Gran Hermano te ganaste un lugar como modelo y haciendo teatro, pero de un día para el otro eso se cortó. ¿Qué crees que pasó?
—Es verdad, es como lo describís. Cuando salí de GH tuve muchas pero muchas propuestas laborales: como modelo, para hacer teatro y hasta conducir programas. Pero yo estaba lidiando con ataques de pánico y la exposición no iba de la mano con mi salud, así que rechacé todo y me enfoque en cuidarme yo, por encima de todo lo demás.
—¿Para los que salen de un reality es más difícil incursionar en los medios?
—Para las mujeres siempre fue un tema difícil tratar de ingresar a los medios sin que ningún tipo en el camino pretenda algo más de vos… Lo he vivido en castings desde antes del ingreso a la casa. Pero queda en cada una el aceptar o no. Claro que muchas veces es una frustración. Por eso me llevo más años poder trabajar de modelo, aunque llegué. Sí se puede. Llegué, y solita.
—¿Te gustaría volver a hacer teatro y televisión, o ya es una etapa cerrada?
—No, ya es una etapa cerrada. Me di cuenta de no era algo que deseara tanto.
—¿Qué te gustó y qué padeciste de la fama?
—Lo que más me gustó de la fama es que la gente siempre es buena onda: te llenan de mensajes hermosos desde lugares tan lejanos que no lo podés creer. No solo te saluda la gente en la calle, te reconoce y te dice cosas lindas, sino que también lo hacen en las redes sociales. Eso siempre es un mimo: a todas las personas nos gusta. También te abre más puertas para poder ayudar a quienes no son escuchados. ¿Qué no me gusto? La falsedad de mucha gente con quien tenías que laburar. Hay de todo, y te cruzás con muchos falsos.
—Ahora estás en pareja, con una hija ¿Cómo nació el romance y cómo te llevas con el rol de madre?
—¡Ay, sí! Soy muy feliz y me siento completa. Creo que nací para ser mamá, me encanta: soy full mami las 24 horas. Me llevo muy bien con ese rol, me encanta. Con Maxi ya hace seis años que estamos juntos y somos un equipazo los tres. Por suerte nos complementamos muy bien. Nos conocimos por un amigo en común, así empezó todo, y el destino no nos separó nunca más.
—¿Van a buscar el hermanito para Indie?
—Ya tiene hermanitos por parte del papá, así que estamos súper bien así… Familia completísima. Sí está por llegar el nuevo integrante, pero perro… Indie lo reclamaba tanto, nos insistió tanto, que va a tener a su mascota.
—El año pasado contaste que tu exesposo no quería darte el divorcio ¿Cómo siguió este tema?
—Lo de mi divorcio fue resuelto finalmente, así que podemos brindar por eso que tantos años me llevo. Siento que me saqué una gran mochila de la espalda. El tipo no quería pagar un peso en nada del trámite y exigía que yo me hiciera cargo de todos los gastos sola, si pretendía el divorcio. De hecho, hasta tuve que pagarle a su abogado, a quien le debía plata y nunca más le respondió. Pero bueno, eso habla de la clase de persona que cada uno es. Entendí que la paz mental propia esta primero que la plata, así que hice todo solita y todo ese mal recuerdo quedo atrás. ¡Ojo que ahora puedo casarme, eh!
—¿Seguís en contacto con alguno de tus excompañeros de la casa?
—Sigo en contacto con algunos. Con Belén (D’Alessandro) que quedamos en una linda amistad. Mati Schwartzman. Luifa, que está en Europa y hablamos muy seguido. Y con un par nos mantenemos contacto por redes, como con Yasmi (Mendeguía) y Pato (Sills).
—¿Volverías a entrar a la casa si se abriera una edición para exparticipantes?
—No volvería a entrar por nada del mundo. No hay chances, porque mi única prioridad hoy es mi hija y no sobreviviría ni media hora sin verla. Me muero de solo pensarlo, así que imaginate.
Seguir leyendo: