Pese a que en las imágenes no se mostraron juntos, no fue difícil identificar el inmueble, la vajilla y la decoración para inferir que Eugenia Suárez, la China, había pasado la Nochebuena junto con sus hijos y su ex marido, Benjamín Vicuña, lo que deja a un costado las diferencias que tuvieran en su momento y que llenaran minutos de televión y lugares en los sitios de noticias.
La actriz había sorprendido a todos hace menos de un mes, al revelar un video en el que se la veía acompañada de Nicolás Cabré, su ex pareja y cuyo fruto de esa relación naciera Rufina. “Somos un equipo y lo vamos a ser hasta el último día de nuestras vidas”, afirmó Cabré sobre la relación entre ellos, y así se los pudo ver juntos compartiendo un “momento de tensión”, como lo llamaron, al partido entre la Argentina y México por el Mundial Qatar 2022.
En una reciente entrevista con Dante Gebel, el actor habló de su fuerte vínculo con su exmujer a pesar del tiempo que llevan separados, se emocionó al referirse a ella como una gran madre para Rufina e incluso aseguró que mantiene contacto con su exsuegra. “La China es la mejor mamá que pueda tener mi hija y hacemos un equipo fenomenal”, admitió.
Cuando se separaron a finales de 2013, cada uno rehízo su vida en reiteradas oportunidades, incluso ella volvió a ser madre, de Magnolia y Amancio, durante su relación con Benjamín Vicuña. Y justamente de ellos se pudo saber que pasaron juntos el último festejo navideño, gracias a distintas imágenes que ellos mismos compartieron a través de Instagram, sin embargo, con un detalle en particular: en las imágenes se los pudo ver a cada uno por su lado.
Para el final de las imágenes quedaría el plato fuerte, una reflexión de la China Suárez, acompañada de una imagen donde la se puede ver relajada en la cama, además de sumarle un reloj en el que se puede ver que todavía no eran las dos de la mañana, lo que dio a entender el que festejo no se estiró demasiado en el tiempo.
“Hace no mucho entendí que se hace lo que se puede. Soy muy exigente y me angustiaba porque nunca llegaba a hacer todo, que mis hijxs estuvieran peinados, vestidos de blanco impecables, yo maquillada, con vestido, quería también la mesa perfecta, cocinar lo que le gustaba a cada invitado”, comenzó la reflexión la actriz en la que se refiere a la vida soñada.
“Hoy a mis 30, puedo decir que pase una navidad hermosa, porque todos tenemos salud, mis hijxs estaban felices aunque la ropa no les combinara y los pisos no brillaran. Sé que se dan cuenta que hago todo mi esfuerzo para que tengan una noche inolvidable. Y lo más importante, estar juntitos. Feliz Navidad”, cerró Eugenia, con l ainstantánea en la que también se puede apreciar su característica sonrisa.
Por su parte, Vicuña aprovechó las redes para dejar un emotivo mensaje tras haber sufrido la pérdida de su padre el pasado 8 de septiembre. “Las manos cuentan, las manos hablan, se leen. Pueden tocar. Tres meses y aún puedo sentir tus manos, siempre impecables, perfumadas (no sé por qué), prolijas”, escribió el actor junto a una fotografía entrelazando las manos con su padre.
En sus palabras, Benjamín habló del “padre que me defendió y también del que me dijo: ‘No estudies teatro’, razón suficiente para que ese pequeño Benjamín rebelde pusiera todas sus apuestas ahí, entre otras cosas, para llevarte la contra y cumplir mi sueño”, continuó, evocando por un rato un viaje hacia su adolescencia, antes de conectar con la reciente fecha de su cumpleaños, el primero sin Juan Pablo.
“Hoy seguramente, así como el pasado 29 de noviembre, extrañaré tu llamado siempre puntual, siendo el primero deseando amor y compartiendo cariño”, afirmó. Y nuevamente, trajo el tiempo a la Nochebuena, a ese sentimiento especial que es universal pero al mismo tiempo cada uno lo vive con sus propias alegrías y tristezas.
“Hoy se brinda especialmente por el nacimiento de Jesús, pero también por los deseos y por la familia, el origen de todos los afectos. Hoy se brinda y se abraza a los que están acá, se divierte y se ilusiona a los niños y se comparten regalos”, enumeró. Y cerró volviendo a las manos de su padre, esas que inspiraron su relato. “Hoy también, es inevitable no mirar el cielo y pensar en los que ya no están en la mesa. Hoy brindo por ti, viejito, y aunque no nos crean, mis manos tocan tus manos y mi alma está en paz”, cerró.
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