No todo es color de rosa en la vida de Wanda Nara. Después del escándalo mediático que tuvo que vivir el año pasado cuando se conoció el romance de su expareja Mauro Icardi con la China Suárez, vino una serie de circunstancias que le tocó afrontar y salir adelante.
Durante los últimos meses, ella y Mauro tuvieron una relación tormentosa, que incluyó reconciliaciones, peleas y finalmente la separación de la pareja. Y si bien durante este último tiempo, a la empresaria se la había visto muy cerca de L-Gante nunca habían terminado de mostrarse públicamente como una pareja.
Sin embargo, en la noche del lunes pasado fueron fotografiados cuando salieron a comer y luego se dieron unos apasionados besos en el auto. Este hecho no pasó desapercibido para nadie. Icardi, al enterarse, lo primero que hizo fue comunicarse con la abogada de la mediática para pedirle que se encargue del tema. Al día siguiente, la que estalló de furia fue la expareja del músico, Tamara Báez, cuando opinó a través de las redes sociales.
La influencer se indignó porque el martes a la tarde, el cantante de cumbia 420 invitó a Wanda a ver el partido de Argentina contra Croacia, durante la semifinal del Mundial Qatar 2022. Y en la casa de Elián Valenzuela se encontraba también su hija Jamaica.
La rubia demostró toda su furia con varios posteos en Instagram, en los cuales mostró una charla privada que había mantenido con el papá de su nena y en donde intentó demostrar que el músico jugaba a dos puntas, porque en los mensajes él le decía de ir a verla.
Como si esto fuera poco, a la novela mediática se le sumó algunos mensajes del excuñado de Wanda, Guido Icardi. El hermano del jugador del Galatasaray fue contundente con los posteos que subió a su cuenta de Instagram. Sobre una foto de la mamá de sus sobrinas en bikini escribió: “Asco de ser vivo”. Un rato después, eliminó la publicación, pero escribió otro mensaje en donde decía que no se refería a ella por su aspecto físico, porque en verdad esa era la mejor foto que tenía.
En ese contexto, a mediados de octubre, los hijos varones de la empresaria, Valentino, Constantino y Benedicto López habían llamado a su madre para aclararle que no estaban de acuerdo con su romance con L-Gante, que es 14 años menor que ella. En ese momento, fue Mauro Icardi, quien desde Turquía realizó un vivo a través de su cuenta de Instagram para revelar cómo era su situación con Wanda, que estaba en esos días en Argentina cumpliendo con sus compromisos laborales.
Y lo que llamó la atención fue que habló del hijo mayor de la mediática con Maxi López. “Valu va a cumplir 14 años y ya tiene poder de decisión sobre lo que siente y lo que piensa. Ante el estilo de vida que está llevando su madre, tuvimos una llamada en la que le dijo lo que siente. Le dijo que si sigue en esa postura y comportamiento, ellos mismos se van a tener que alejar”, divulgó el jugador.
El adolescente apoyó sus palabras y habían escrito en sus redes: “Odiamos a L-Gante”.
Sin embargo, el tiempo pasó y todo parece haberse acomodado. En este momento, Valentino demostró con un tierno gesto que apoya la relación del músico con su mamá: empezó a seguir al músico por las redes sociales. Incluso, le dio “me gusta” a varias publicaciones, lo que evidencia una buena onda que antes no existía. Tres meses después de que comenzaran los rumores de romance entre su mamá y el artista, decidió aceptarlo y ahora reina la paz en la familia, lo que le provocó mucha paz a la empresaria, que durante el día de hoy viajó junto a sus tres chicos al Mundial de Qatar para presenciar en vivo y en directo la final de Argentina contra Francia.
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