Desde el comienzo, Alfa es uno de los participantes más visibles de la casa. Desde las peleas, sus dichos y anécdotas logró captar la atención de todos. Malhumorado, polémico, querible, para muchos representa a esos padres que intentan deconstruirse y no siempre lo logran, dejando furcios y frases para condenar pero también, escenas tiernas que conmueven. Pero ahora el más grande de Gran Hermano no es noticia por ninguna discusión ni por querer imponer sus reglas en la cocina, sino por su ataque de llanto que conmovió hasta al más frío del reality.
Hace unos días, más precisamente el 8 de diciembre, los hermanitos recibieron una propuesta para respetar una costumbre de aquella fecha: el armado del arbolito para esperar la Navidad. Inmediatamente, los jugadores dejaron los enfrentamientos de lado y se unieron para ejecutar la tarea entre todos.
Sin embargo, las emociones no tardaron en llegar y muchos de los participantes no lograron esconder las lágrimas. Uno de ellos, fue nada más y nada menos que Marcos. El joven decidió tener su momento de privacidad, en donde desbordó su tristeza que más fuerza ha demostrado dentro de la casa. Nacho y Thiago también se conmovieron y ambos recordaron a sus madres, quienes ya no están físicamente
.Desde entonces Alfa, que fue uno de los que más consoló a los chicos, quedó sensible y hace unas horas explotó en una crisis de llanto que parecía no tener fin. Es que desde hace unos días, extraña mucho a su hija y a su hermano. Abrazado a una foto familiar, lloró un largo rato sobre su cama, sin esconderse del resto. “Te amo, María. Sos lo más lindo que tengo en el mundo amor”, dijo susurrando, acariciando el rostro de su hija en la imagen en la que ambos están abrazados. “Qué ganas de abrazarte, monito. Qué ganas de mimarte. De prepararte la comida, cuántas cosas hemos pasado”, agregó conmovido por completo.
Tal fue su angustia que Nacho se acercó a abrazarlo. Más tarde, ya mucho más repuesto, se fue al patio y charló con Marcos sobre lo mucho que extraña. “¿Estás triste, primito”, le preguntó el salteño. “Y sí, primo. Recién vengo de ver la foto de mi hija y me muero de ganas de abrazarla”, le respondió sincero.
“Que esté lejos me da mucha impotencia. No sé si fui el mejor papá pero siempre intenté hacer las cosas lo mejor posible”, le contó al salteño, quien intentó suavizar el momento: “Debe estar orgullosísima de vos. Para vos ella está lejos, pero ella te tiene cerca. Te ve todo el tiempo acá”.
Las semanas pasan y las emociones crecen. Esta noche los participantes tendrán una sorpresa anunciada: el ingreso de nuevos jugadores, lo que agudizará aún más las crisis o bien, aportará un poco de frescura y diversión a una casa que siempre está a punto de ebullición.
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