Desde hace casi un mes, cuando empezó esta aventura, muchos argentinos viajaron con destino a Qatar para vivir de cerca la experiencia mundialista. Se hicieron notar en cada estadio donde jugó la Selección dirigida por Lionel Scaloni y capitaneada por Lionel Messi y enrojecieron sus gargantas en aliento y gritos de gol. Sufrimientos, desahogos, alegrías y mil sensaciones de un camino que empezó con un tropezón que fue trampolín a las semifinales.
El Estadio Lusail, el mismo de la derrota con Arabia Saudita, del triunfo contra México y del sufrimiento por penales contra Países Bajos, es el escenario del choque contra el duro equipo croata. Y desde temprano, los famosos vivieron con nervios y expectativas las horas previas al match.
Marcelo Tinelli, presente desde el día cero en Qatar, aprovechó para ir a almorzar con su hijo Lolo, su primo Luciano El Tirri y parte del contingente que lo acompaña en esta aventura inolvidable. Mientras degustaba unos ñoquis con tuco, el ñino dio la nota con la remera que hizo furor luego de la victoria ante los neerlandeses: fondo blanco, letras negras y la leyenda “¿Qué mirás bobo? Andá para allá”, con el que Lionel Messi se dirigió ante un futbolista del equipo naranja y quedó como símbolo de un partido caliente.
Por la noche qatarí, los tres se enfundaron en la celeste y blanca para alentar a Scaloni y sus muchachos como en los cinco partidos anteriores. Sonrientes y efusivos, el conductor registró el acceso al estadio entre saltos, gritos de alientos y plegarias. “Un pasito más, Selección, vamos carajo”, expresó el hombre de Bolívar, que luego mostró el color y el calor del público argentino.
Quien llegó hace poco fue Lali Espósito, que grabó junto a Marley un desopilante episodio de Por el mundo. Mientras se divierte en la ciudad y en las redes -con un muy comentado intercambio virtual con Bono, el arquero de Marruecos-, la cantante paseó con su hermano Pato durante el día y dos horas antes del inicio ya se mostró en modo Selección, con su maquillaje, bijouterie y vestuario albiceleste para vivir con el conductor el partido en la variante Hospitality.
Otra que llegó en los últimos días fue Stefi Roitman, que se mostró con Oriana Sabatini y otras amigas en las playas, buscando distenderse antes de la gran cita. Aunque antes, había dejado en claro su “ansiedat (sic) albiceleste”, con una foto desde su hospedaje.
Por su parte, el conductor eligió una tierna imagen junto a su hijo Mirko, enfundados con la camiseta de la Selección como parte de un álbum que publicó en la cuenta oficial del niño, que supera los 5 millones de seguidores. “Primera foto: este Mundial con papá y las otras como viví el mundial anterior!”, dice el texto que lo muestra desde bebé hasta estos días. Vale recordar que ambos fueron tomados por la transmisión oficial luego del gol de Lionel Messi a México, que inició el camino de la recuperación del equipo.
Quien también estuvo desde el comienzo del certamen fue Nati Jota, como parte del programa Nadie dice nada. La influencer fue de las primeras en llegar al estadio y compartió a un seguridad fanático de la Scaloneta. Vestido con chaqueta fluorescente y balizas a tono para indicar el camino de los asistentes, el hombre se salió del protocolo para cantar en el megáfono y en un perfecto español la plegaria de un país: “Vamos, vamos Selección / hoy te vinimo’ a alentar / para ser campeón / hoy hay que ganar”.
Diego Brancatelli con su esposa Cecilia Insinga y sus hijos también vienen siguiendo los pasos de la Selección. Y el integrante de Argenzuela así lo documentó en su cuenta de Instagram. “Allá vamos, con nuestros sueños a cuestas”, escribió junto a una foto de archivo, y completó el concepto con dos postales de las afueras del Lusail, una galería multicolor de las banderas de los países mundialistas y otro con la imponente figura del estadio iluminado, esperando por los argentinos y los croatas.
A 13 mil kilómetros de distancia, las sensaciones son las mismas. Y el baile puede ser un motivo de alejar los nervios y acelerar los tiempos. Si no, que lo diga Magui Bravi que enfundada en la casaca de la Selección se despachó con una coreografía de una versión remixada del clásico noventoso “Chiquetere” que finalizó con un grito a pura catarsis.
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