Pocas personas habrán sufrido como ella las tres horas que duró el encuentro entre Argentina y Países Bajos. El segundo partido por los cuartos de final del Mundial de Qatar la mujer lo vio junto a familiares y amigos, entre los que se encontraban a su esposo Jorge, su nuera Antonela, sus nietos Thiago, Mateo y Ciro. Pero lejos de calmarla o contenerla, la ponían más nerviosa. Veía en ellos el sufrimiento, el llanto, las ansiedades y las sentía como propias. Hasta que Lautaro Martínez metió el quinto penal y desató un festejo en el Estadio Lusail de Doha y en cada rincón del país, que latió como nunca a kilómetros de distancia.
Por estos motivos, Celia Maria Cuccittini de Messi, la madre del mejor futbolista del mundo, debe ser por estos momentos una de las personas más felices del planeta. Con su hijo como bandera, el Dibu Martínez convertido en héroe y un equipo solidario y conmovedor, la Selección Argentina se clasificó a las semifinales de la Copa del Mundo. Y apenas un rato después de un festejo que pareció eterno, la mujer contó sus sensaciones en diálogo con LAM.
Fue Pía Shaw, una de las angelitas del programa de América, la que difundió el audio de Celia. Siempre cultora de un bajo perfil, la rosarina accedió a dejar sus impresiones urgentes de una página que quedará en la rica historia del equipo argentino. “Que querés que te diga, como verás fue un sufrimiento. Esto es terrible, no puedo soportar otro partido así porque creo que me muero”, aseguró la mujer, que contó el panorama desolador que se vivió en el palco cuando llegaron los goles del equipo naranja.
“Todo fue una tristeza cuando empataron, los nenes llorando, mis nietos. Los chiquititos ni hablar, yo, todos. Siempre estamos sufriendo”, admitió en plena honestidad materna. Y cerró con el deseo de un país: “Ojalá que Dios nos siga iluminando y que se nos dé de una vez por todas”; señaló la mujer antes de despedirse de las angelitas, todavía dominada por la emoción y con un tono de voz que daba cuenta de lo que había pasado por su cuerpo durante tres horas.
Ante los ojos de su familia y los del mundo entero, el capitán de la Selección Argentina tuvo una buena actuación, acorde al Mundial que viene disputando. Le dio el pase del primer gol a Nahuel Molina, pateó con autoridad el penal en los 90 minutos y aun con el trajín de los partidos y del tiempo extra, tuvo la mente fría para acariciar la pelota y convertir el penal que inició la serie para el combinado albiceleste.
Pero además, mostró toda su fibra en un partido que se puso caliente y que aparentemente traía algunas cuentas del pasado sin saldar. Luego de la victoria, mientras daba una entrevista se lo vio en una situación poco común, cuando se cruzó con Wout Weghorst, el futbolista neerlandés autor de los dos tantos del cuadro europeo. El capitán argentino estaba en plena charla con TyC Sports cuando intercambió palabras con -según se supo después- el delantero: “Qué mirás bobo, qué mirás bobo, andá, andá para allá bobo, andá para allá”, soltó el Diez. Y las redes lo festejaron como el mejor de sus goles.
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