El 15 de octubre de 1996, Leonardo Simons, de 49 años, se suicidó arrojándose al vacío desde el piso 13° de un edificio en la zona de Tribunales. La noticia conmocionó entonces a la opinión pública y causó una profunda tristeza en el ambiente artístico porque Leonardo era una figura muy reconocida y querida en el mundo del periodismo.
En ese entonces, su hija menor, Barbie Simons, tenía apenas 15 años y en la noche del sábado, invitada a Ph, Podemos Hablar, el ciclo de Telefe, se explayó en profundidad sobre la intempestiva pérdida de su papá.
Ante la consigna de Andy Kusnetzoff “Pasen al frente a los que la vida les cambió en un minuto”, la periodista dio un paso hacia adelante y cuando le tocó su turno dijo que lo primero que se le viene a la mente es el momento de la muerte de su papá, totalmente inesperada para ella y de la de su mejor amiga hace cuatro años, también de una manera muy abrupta.
“Yo soy madrina de su hijo, ella tuvo un ataque al corazón a los 49 años, era como mi hermana mayor para mí”. Y enseguida, fuertemente conmovida, agregó: “Fueron dos muertes que siempre tengo presente, el instante del llamado, la reacción, y cómo de un momento para otro te cambia la vida. Con lo de mi viejo yo era muy chica y con los años siento que con los años que aprendí a vivir y a sobrellevar la herida de la muerte de un ser tan querido”.
Acto seguido, Barbie continuó contando que lo peor de todo fue la manera en que su padre murió. “Que tu papá se suicide es muy fuerte. Uno aprende a convivir con ese dolor. Yo tenía mucha idolatría por él, éramos amigos además de padre e hija, tenía un Edipo muy jodido”, reveló la periodista de C5N, quien ahora tiene 40 años.
Luego, Barbie habló sobre cómo siguió su vida después de ese hecho tan traumático. “A los pocos meses desembarqué en Miami tratando de iniciar una nueva vida, porque justo mi hermana se había instalado allá unos meses antes, mi papá la había ayudado a cumplir el sueño de su vida que era estudiar en una universidad en Estados Unidos y yo lo único que quería era estar cerca de ella”.
Con los años, Barbie pudo reconvertir ese dolor y dedicarse a la misma profesión que su papá, el periodismo. “Cuando me fui a vivir a Miami buscaba empezar una vida ‘sin ser la hija de nadie’, sin la mirada de los otros, porque insisto, su muerte no ocurrió en una circunstancia natural de la vida, entonces creo que siempre va a estar el prejuicio, y tuve que aprender a convivir con eso”.
Al respecto, la conductora de Chicas pochocleras habló del bullying que le tocó transitar a raíz del suicidio de su papá. “Yo siento que por ser la hija de un padre suicida tuve que padecer una especie de bullying, y a experimentar el miedo a relacionarme con otra gente por haber vivido una circunstancia como esa, sobre todo a la hora de iniciar una relación amorosa”, confesó.
Ya en otro momento más distendido de la entrevista con Andy, Barbie confesó que siento un orgullo muy grande por el recuerdo de su padre y lo que él todavía genera en el público más grande. “Siempre lo llevo conmigo, en la pantalla de mi celular está y va a estar siempre mi papá, esa es mi manera de honrarlo. También me quedé con su almohada de recuerdo, que la conservo hasta el día de hoy”, contó visiblemente emocionada.
También la conductora se mostró optimista frente a las posibilidades de felicidad que le brinda la vida. “Siempre recuerdo un día volviendo de Hebraica con mi hermana y con mi papá, en el auto íbamos escuchando su canción preferida que en una parte dice: ‘Oye, abre tus ojos, disfruta las cosas buenas que tiene la vida’. Y yo me quedo con el mensaje de esa canción, con los valores y la fortaleza que me dio”, confesó. Y enseguida agregó: “Al día de hoy me encantaría que estuviera vivo y pudiera sentirse orgulloso de mí. La otra vez cuando entrevisté a Steven Spielberg, le conté que mi papá era fanático suyo y fue la única vez que en un reportaje se me piantó un lagrimón”.
Meses atrás, Barbie concedió una entrevista para C5N y allí declaró: “Me llena de amor cada vez que alguien me dice algo lindo de él. Hacía 50 puntos de rating con Finalísima, yo lo acompañaba siempre a Tateshow. No me hace mal que me lo nombren, mi abuelo León, de 93 años, el papá de mi mamá, me dice que uno se va y se muere cuando ya no lo recuerdan. Yo a mi papá lo tengo presente cuando abro el celular y lo tengo de fondo de pantalla”.
Si usted, o algún familiar o allegado suyo, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, llamar al 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) o bien al (011) 5275-1135 (desde todo el país).
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