Confesiones del Cura Rockero de Canta Conmigo Ahora: de su amistad con Pity Álvarez a la visión que consagró al Papa Francisco

César Scicchitano Tagle es uno de los cien jurados del programa de Marcelo Tinelli donde deja volar su humanidad de sacerdote y músico. En charla con Teleshow, habla de la encrucijada entre la religión y el rock y relata la experiencia del primer concierto en el Vaticano

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El Padre César en los estudios de Polka, donde se graba Canta Conmigo Ahora (Ramiro Souto)
El Padre César en los estudios de Polka, donde se graba Canta Conmigo Ahora (Ramiro Souto)

César Scicchitano Tagle tiene casi 30 años como sacerdote y una vida ligada la música. Primero como oyente, luego como entusiasta y más tarde como músico profesional, donde formó el grupo Padre César y Los Pecadores, lleva editados más de 20 discos y se dio el gusto de tocar desde los pubs a los grandes escenarios, incluido el Vaticano.

Entre composiciones propias y clásicos del rock argentino, versiona también canciones religiosas en clave rockera y popular, con el plan de que el mensaje llegue a más gente. “Siempre me gustó hacerlas de otra manera, no dejarlas en un lugar tan quieto. Ponerle barniz, como diría Charly García”, explica César, citando a una de sus grandes influencias y para hablar de su colaboración con artistas como Soledad Pastorutti, Raúl Lavié, Alejandro Lerner o Rolo Sartorio, de La Berisso.

Bajo el alias de Cura Rockero, César es uno de los 100 jurados de Canta Conmigo Ahora, el programa de Marcelo Tinelli que ya va por su segunda temporada. Allí suele ser benévolo a la hora de evaluar a cada participante, sin que exista una indulgencia sobreactuada ni una contradicción entre sus dos personalidades. Y disfruta cada momento en la tribuna, en las afueras del estudio, en la carpa camarín junto a sus colegas: “Hay una comunión muy linda entre nosotros. Es la primera vez que trabajo con continuidad en la tele y estoy muy feliz. Además, puedo disfrutar de los cantantes excelentes que pasan por acá, todo es muy enriquecedor”, asegura ante Teleshow, en un alto en las grabaciones.

—¿Que evaluás a la hora de votar?

—Yo me paro generalmente porque creo que la persona que está ahí ya merece que me pare. Cada uno canta de la mejor manera que puede, aunque todos tenemos algo para resolver en la afinación, en la calada. Lógicamente hay personas que me llegan mucho más, pero por algo están acá, todos han pasado una preselección y han quedado entre miles de participantes.

César con Marcelo Tinelli y parte del elenco de los jurados en la carpa camarín
César con Marcelo Tinelli y parte del elenco de los jurados en la carpa camarín

—Hay una especie de división entre “buenos” y “malos” en el jurado, que aporta condimento al show.

—Esta bueno que cada uno tenga su impronta. Por ejemplo, Ale Paker no se para siempre, pero si le piden que hable, lo hace con mucho amor. Es un tipo que sabe mucho, sería como mi opuesto. Después está Locho que es el juzgado del pueblo, que no es cantante, pero opina desde su lugar. Todos los votos son válidos, yo voy a respetar a todo ser humano, en todo sentido, siempre.

—¿Esta actitud tiene que ver con que seas sacerdote?

—Es una humanidad que construyo. Cada uno tiene su manera de vivir y yo tengo que ser muy respetuoso de lo que elige cada uno. Yo no estoy para decirle a la gente cómo tiene que vivir, estoy para acompañar procesos, para maravillarme.

—Lograste encontrar un camino común entre el rock y la religión. ¿Luchás contra eso universos aparentemente contradictorios?

—A todo en la vida trato de ponerle música, ¿y por qué no iba a hacerlo con el sacerdocio? Le puse música, y le puse rock and roll que es lo que más me gusta. Además, el rock puede tener los excesos, pero también tiene otra parte; es luz y oscuridad, es yin y yang, son los opuestos que está bueno que convivan. Por eso es maravilloso el rock and roll, por sus músicos y por la filosofía que vive pateando el tablero. Y tenés discos como La Biblia, de Vox Dei o Cristo Rock, de Raúl Porchetto; y si mirás artísticamente las obras de Spinetta, de Charly, de Fito son obras de amor. Después podrán tener algún condimento... pero bueno, somos seres humanos

De chiquito, César escuchaba la música que sonaba en la casa, en la tele y en la radio. Palito Ortega, María Elena Walsh, Leonardo Favio, Sandro. Hasta que en la primera adolescencia aparecieron Sui Generis, Spinetta, Pappo, Vox Dei, Litto Nebbia y su vida dio un giro por completo. “Me subí a ese tren y no me bajé más”, resume. Las manos sobre el piano buscando encontrar una melodía de Seru Giran fueron la transición del fan al músico, la primera piedra sobre la que construyó un camino que lleva más de 20 discos editados y un sinnúmero de conciertos.

Padre César y los Pecadores: "Está saliendo el sol"

En su camino, fue haciendo amigos que le tendieron una mano y a quiénes ofreció su oído y su corazón. Entre ellos, Cristian Pity Álvarez, que será juzgado en febrero del año próximo por el asesinato de Maximiliano Luna, ocurrido en julio de 2018. “Lo defendí, lo defiendo y lo defenderé toda mi vida porque es un amor de persona. Lo veo siempre que puedo, a Dios gracias, y lo quiero mucho. Sé que él no es lo que pasó ese día”, asegura.

—¿Cómo está él, volvió a la música? Estuvieron circulando unas imágenes con una banda.

—Lo que se lo vio estaba en una granja de recuperación y alguien filtró ese video, una de esas tantas personas que se quieren hacer famosas a través de. Creo que hay que dejarlo tranquilo, no filmarlo ni sacarle fotos, dejarlo que esté en paz, que es lo que más necesita. El necesita gente que no se cuelgue de sus tobillos, sino que comulgue con su corazón, que es hermoso.

—¿Lo ves seguido?

—Sí, tenemos una linda relación, él dice que juntos somos Batman y Batman. Y también lo visitan su mamá y su hermana que lo acompañan siempre. Tiene un ámbito familiar muy lindo.

—Tenés un vínculo con Juanse también. ¿Se dio a partir de su conversión o ya lo conocías?

—Lo conocí en un show en el ND Ateneo, vino saludar, subió a tocar al escenario y no nos bajamos más de esa amistad. Ni del escenario de la vida. Con Juanse tenemos una relación hermosa, vamos de retiros espirituales juntos al Monasterio de los Toldos él tiene gestos conmigo de verdadera amistad, de amor. Y lo que cree, lo practica, no es un chamuyero de la religión, no la usa para un cotillón.

—¿Cómo toman tus fieles esta exposición mediática y rockera?

—A mucha gente le gusta, por ahí a otra gente no, pero más allá de eso es la misión que tenga, para algo me llaman. Para mí es importante estar en un ámbito en el que es uno más del rebaño. No soy alguien más por ser el cura, soy uno más de un equipo y soy feliz con eso. Donde me necesitan estoy, y cuando no me necesiten más, no estaré.

El Cura Rockero en el ingreso a los estudios de Polka, donde es feliz grabando Canta Conmigo Ahora (Ramiro Souto)
El Cura Rockero en el ingreso a los estudios de Polka, donde es feliz grabando Canta Conmigo Ahora (Ramiro Souto)

Además de sus días como músico y sacerdote, César estudia counseling, en el instituto Holos, como un complemento para su espíritu. “Me parece muy interesante acompañar al ser humano en su totalidad, que es más que la religión. No acompaño patologías, pero sí un duelo, una ruptura, o los nervios previos a salir a cantar de alguien que viene a competir”, explica el sacerdote, que cada domingo ofrece la tradicional misa rockera a través de sus redes sociales.

En 2011, casi como un presagio, escribió “Yo quiero un papa latinoamericano”, una canción en la que soñaba con que en el Vaticano “corra aire fresco, aire renovado”, para lo que “este lado del mundo, tiene mucho para dar”. Al poco tiempo, Jorge Bergoglio fue elegido como Sumo Pontífice y aquella letra se hizo realidad.

César tiene una relación directa con el papa, más allá de sus deseos puestos en letra y música. Como cardenal le había encargado algunas canciones y ya como jefe de la iglesia lo recibió en su casa. Fue en 2014, en la Jornada Mundial de la Paz y tuvo el honor de dar el primer recital de rock adentro del Vaticano. “Fuimos con la banda y nos acompañó un cantante judío, Hernan Rustein, Ulises Eyherabide del grupo de rock cristiano Rescate, que falleció hace poquito y también iba a viajar un cantante sirio, pero estaba flojo de papeles y tuvimos que rescatar a un musulmán de una pizzería y lo llevamos a tocar”, cuenta con una sonrisa

—¿Cómo viviste esa experiencia?

—Le presenté los músicos, él es muy generoso, le gusta que los artistas como trabajadores podamos mostrar nuestro arte en todas partes del mundo. También destacó que en nuestro país religiosamente convivimos, aun con nuestras cosas, hay un respeto, y en otros lados no pasa. Estuvo bueno haber llevado esa linda convivencia y mostrarla al mundo. Cuando hay buena onda, podemos construir juntos más allá de las creencias.

—Soñabas con un papa latinoamericano y se te dio con un argentino, que encima es tu amigo. ¿Qué significa?

—Para mí es un honor. Yo lo conozco por fuera de los medios y creo que es un padre buenísimo para la humanidad, no solo para el mundo católico. Está siendo rescatado por los budistas, es un líder a nivel mundial

—La última... si tuvieras que abrir un confesionario para los jurados de Canta Conmigo Ahora, ¿quién te llevaría más tiempo?

—No sé quién me daría más letra, pero lo que trataría de tener siempre es mucha misericordia y mucho amor, porque no soy quién para juzgar la vida de nadie.

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