Una playa, tres mujeres y un pasado que las acecha en un entramado de verdades y mentiras. Cabo Polonio, el entrañable balneario uruguayo, es el título, la escenografía y el concepto de la nueva película protagonizada por Carmen Maura. Aquí, la gran actriz española está acompañada por dos jóvenes argentinas -Zoe Hochbaum, también guionista, y Sofía Gala- en la película dirigida por Nicolás Gil Lavedra (Las grietas de Jara) que se verá en todo el mundo a través de la plataforma Star+ de Disney.
Las tres actrices ya se pusieron a la orden del director en las primeras escenas rodadas en Montevideo en las que forjaron una química casi inmediata. Ahora, el set se mudará a la costas de Rocha, donde Cabo Polonio con su geografía aletargada funcionará como el único lugar posible para resolver una trama compleja. Como si la particular cadencia oriental -pausada, nostálgica, melancólica-, ayudara para desentrañar los nudos de la memoria
Hacia allí se dirigen Azul (Hochbaum) y Paula (Gala) quienes se creen hermanas, pero tras la muerte de su madre, empezarán a develarse secretos, preguntas y misterios que buscarán resolverse a orillas del mar. En esos laberintos aparecerá su tía Mecha, (Maura), una mujer con un pasado militante y una obstinada búsqueda de la verdad, la pieza necesaria para articular las preguntas y respuestas. Y la ficción y la realidad, escenarios tan complejos como caprichosos, parecen confundirse por lo que se generó desde el momento en el que coincidieron en el set.
“Es un papel precioso y eso es lo que me hizo venir hasta acá en un viaje de avión de 12 horas”, señaló Maura con su habitual humor corrosivo en declaraciones al diario El Observador. Allí, la actriz de Mujeres al borde de un ataque de nervios y ¡Ay, Carmela! reveló algunas características de Mecha, el personaje al que le da vida en tierra oriental. “Es una mujer que ha sido una luchadora, que ha sido tupamara, y ahora vive sola a la espera de la poca familia que le queda. Es una mujer liberal, amante de la verdad, y eso es lo que les quiere transmitir a las niñas”, afirmó.
Para la actriz es su segundo filme en Uruguay después de Venecia (2018), y no es más que una nueva muestra de su ligazón con la cinematografía latinoamericana. En su dilatada trayectoria, ha rodado en Argentina, Colombia, Brasil y Costa Rica, entre otros sitios. Una tierra en la que suele conectar con sus inicios, lejos de la parafernalia de las megaproducciones y reencontrándose con su esencia de actriz.
“Es mucho más fácil trabajar así”, aseguró quien formó una dupla inolvidable con el director Pedro Almodóvar, aunque claro, todo tiene su sacrificio. “Lo malo de venir hasta acá son los aviones, pero lo bonito es que hay una especie de magia distinta en las historias y en la gente. Me lo he pasado muy bien haciendo películas por aquí”, expresó.
Tres mujeres y un destino
Cabo Polonio, el filme, no deja de ser también el reflejo de una búsqueda de género y generacional, en un tiempo de empoderamiento y desafíos, con el amor y la verdad como grandes motores. Parte del atractivo de la película, además de la profundidad de la historia y la magia del paisaje, promete fluir de la relación entre las tres mujeres, en sus diálogos, sus miradas y sus silencios. Allí Maura brilla con su luz de estrella y la proyecta generosa en sus jóvenes colegas, que no habían trabajado juntas, pero que transitaban sus búsquedas por fuera de los carriles convencionales, como dos líneas paralelas destinadas a cruzarse.
En este sentido, Maura destacó el trabajo de la guionista: “Me encanta que haya sido escrito por una mujer jovencísima, que tiene un futuro clarísimo de escritora”, afirmó en relación a Hochbaum, quien desde que empezó a trabajar el guion con Gustavo Gersberg, tuvo claro que quería que su hermana en la ficción fuera Gala. Una actriz que admiraba pero no conocía. “Es difícil de explicar, pero siempre supe que nos íbamos a llevar increíble, que íbamos a estar conectadas de verdad más allá del trabajo”, aseguró la protagonista de El faro de las orcas y El fin del amor para dar cuenta de la química que se generó con su colega desde el primer ensayo.
Esta sinergia sobre la que se cimienta la relación de hermanas se torna decisiva para transmitir al espectador lo que la autora se había imaginado en el lápiz y el papel. Una atmósfera imposible de lograr más allá de cualquier método. Esa comunión genuina que Hochbaum considera decisiva a la hora de contar una historia y de sentir su profesión: “Tiene que haber algo verdadero, sino es imposible actuarlo”, expresó.
Por su parte, Gala destacó el trabajo de su colega: “Es un placer trabajar con Zoe, que es una chica joven, que escribió esto, que lo está actuando, y que permite convivir con distintas generaciones de actrices en esta historia de los vínculos entre mujeres”, señaló la multipremiada protagonista de Alanis. Y sus palabras invitan a desandar los caminos que conducen a Maura, referente ineludible a la hora de pensar en una gran actriz de cine hispanoamericano, y donde las palabras se evaporan hasta conformar lo justo y necesario. “Es un aprendizaje constante”, apuntó Gala. “Es un sueño hecho realidad”, sintetizó Hochbaum.
La primera lectura del guion tuvo lugar en la casa de Maura en Madrid, donde Hochbaum aprendió a escuchar y detectar cualquier detalle que nutriera su formación de actriz. En cada anécdota, cada silencio y cada mirada, sabía que tenía una pequeña maestría en primerísimo primer plano. ”Son como pequeños tesoritos que una va guardando y que te fortalecen y nutren un montón. En el set, conectando con su personaje, mirándola a los ojos, es imposible que no te pasen cosas. Y más allá de eso hay algo humano que me pasa y es un cariño mutuo y muy genuino que se dio entre nosotras; una conexión muy hermosa”, afirmó ante el medio uruguayo.
Autora del libro de relatos Monstruario, Hochbaum viene trabajando la historia de Cabo Polonio hace más de cinco años. Un proceso en el que pasó por diferentes formatos hasta que encontró su versión definitiva. Y desde el comienzo estuvo presente Gil Lavedra, quien le sugirió trabajar algunos detalles hasta que ambos sintieron que era el momento de gritar la acción: “La película habla de las relaciones humanas, de cómo se puede perdonar una gran mentira. Me pareció también súper interesante el abordaje al mundo de las mujeres, y sobre todo de estas mujeres que hablan de la identidad”, expresó el director.
Después de filmar en Montevideo, el equipo se instalará en Cabo Polonio para desarrollar la parte más intensa de la historia. Allí donde Mecha elegirá qué decir y qué callar. Donde Azul y Paula buscarán construir sus propias identidades. Y donde el vaivén de las olas hará su propio trabajo.
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