Durante la jornada del sábado, miles de personas tomaron las calles y las plazas del país para darle forma a la 31 Marcha del Orgullo. Con bailes y papel picado se festejó la diversidad, sin dejar de reclamar por la sanción y aplicación de leyes que garanticen los derechos de las personas del colectivo LGBTIQ+.
En la ciudad de Buenos Aires, el epicentro de la manifestación tuvo lugar en la Avenida de Mayo, entre Plaza Congreso y Plaza de Mayo para darle forma a la consigna. Y entre el glamour y las consignas políticas, los disfraces y las pancartas, los desfiles y las canciones, una presencia se destacó entre el anonimato de la multitud: Lali Espósito. La actriz, que acaba de estrenar El fin del amor, irrumpió a bordo de un colectivo descapotable y le puso más júbilo a una una jornada inolvidable.
“Estamos acá en este bus este año porque celebramos la vida, celebramos el respeto, la música que nos identifica. Por eso estoy yo acá, porque yo trabajo de esto y me vine a este escenario para que nos haga felices. Sentimos que no podíamos faltar con todo este equipo de amigues increíble”, señaló la protagonista de Sky Rojo ante una multitud que celebraba cada una de sus palabras.
Lali no quiso llegar a la fiesta con las manos vacías y tenía una sorpresa para compartir. “Como es un día recontra power y recontra especial, les quiero regalar una canción que está hecha para ustedes. Un tema que nos inspira para seguir adelante, para hacer las cosas que deseamos, para ir hacia eso que nos dijeron que no podemos y sí podemos. Se la dedicó con el corazón”, introdujo como pie a “Motiveishon”, el tema con el que puso a bailar a toda la 9 de Julio, bajo una lluvia de papel picado y la inmensidad del cielo celeste.
La cantante documentó parte de esa aventura en sus historias de Instagram, y luego compartió un fragmento de otra de sus canciones: “N5 el 5N”, escribió haciendo referencia al juego entre el título de su último single y la fecha, una coincidencia a medida. Y entre fotos y videos resumió con una frase las emociones que atravesaban su cuerpo, si es que eso es posible: “El mejor día de mi vida”.
Semanas atrás, durante su paso por el programa español El hormiguero, Lali había dejado bien claras sus convicciones ante el mensaje de un televidente que aseguraba haberle ganado un juicio a su vecina que lo había denunciado por acoso. “Solo le envié 18 rosas amarillas y un peluche. Por favor, ayúdame”, le pidió quien se presentó como Raúl.
“Mirá, realmente pienso que está buenísimo que hayas mandado este mensaje porque nos regalás a todos en el programa más visto de España el claro ejemplo de lo que es ser un acosador. Lo acabás de demostrar”, señaló con firmeza y recapituló cada paso expresado por el televidente para ratificar sus dichos: “Se jacta de haber ganado el juicio, que no me sorprende para nada que la Justicia no apoye a las mujeres ante las denuncias”, enfatizó. Y se hizo tiempo para ver el lado positivo del repudiable mensaje.
“Está buenísimo que les niñes del otro lado vean esto y entiendan que un ramo de flores no justifica la violencia que es el gesto de insistirle a alguien”, aseguró con tono firme, y cerró mirando a cámara para que no quedaran dudas de sus palabras: “Querido Raúl, no es no. Eso es lo que tengo para decirte”. Su intervención se escuchó en el silencio más profundo y fue celebrada por un estruendoso aplauso de todo el estudio.
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