Como parte de su reciente aparición mediática, Miguel Ángel Prosi el padre biológico de L-Gante, daba un móvil con A la tarde, para hablar de su vínculo frustrado con el cantante de cumbia 420 a quien no ve desde que tenía cinco años. Esta visibilidad no le había caído del todo bien a Elián, que se mostró indiferente a un reencuentro. “A él no tengo ganas de verlo, pero tampoco estoy negado. ¿Para qué me voy a cargar con más cosas? Capaz que algún día que esté al pedo, lo paso a visitar”, señaló al verlo en los medios. Y por las dudas, aclaró: “Con él no hay relación. Yo nunca le dije ‘papá’ a nadie”.
Ahora, padre e hijo volvieron a estar frente a frente, al menos a pantalla partida en el ciclo de América. Ocurrió mientras el hombre dialogaba con Karina Mazzocco y su panel desde su casa en la localidad de Basavilbaso. Y después de una extensa charla, cuando se disponía a hablar de sus siete hijos, el más famoso de ellos apareció en la puerta de su casa en General Rodríguez, donde lo esperaba otro móvil del mismo programa. Y se produjo el tan esperado reencuentro, en un clima de permanente tensión.
Elián apareció de repente a bordo de un auto preparado. “Iba a dar una vuelta, pero pasé porque me dijeron que había un chabón hablando boludeces”, señaló en referencia a su padre. “No sé de qué estaba hablando, si quiere aparecer, que aparezca con un asado en vez de estar hablando boludeces”, insistió.
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“¿Querés decirle algo a tu papá? ¿Por qué no se juntan?”, le preguntó Mazzocco. “Él tiene mi número, lo que está haciendo es farandulorear (sic)”, respondió molesto el cantante. La conductora destacó que Miguel Ángel estaba hablando bien de él y de su madre, Claudia, pero el joven insistió: “Me hace acordar a ciertas personas dando lástima por la televisión”, señaló enigmático.
Karina le cedió la palabra al padre, que se permitió darle un consejo: “Que no haga comentario de lo que le dicen, que haga comentario de lo que escucha Yo lo adoro, lo mismo que me dijo él cuando me saludó para el cumpleaños. Como no me puedo comunicar, no lo puedo llamar todos los días. Vamos a comer un asado y le voy a responder lo que quiera saber mientras no se complique la buena voluntad de él y de la madre. No voy a confrontar con Elián”, prometió.
“Va a ser mi hijo siempre, me dé bola o no, esté o no enojado. Los hijos no se elijen”, agregó, y parecía emocionado aunque después lo negó. “No tengo interés ni curiosidad por preguntar nada. No estoy enojado con nadie”, respondió despreocupado el artista. “No te gustaría iniciar una historia con tu viejo, ahora que sos papá?”, propuso Mazzocco. “Podría ser quizás un buen amigo”, replicó no muy convencido.
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Pero enseguida, subió la tensión. “Acá estuvieron abiertas las puertas siempre, caé con un costillar y hablá todo lo que quieras sin quedar como un pelotudo en la televisión”, señaló L-Gante. “Yo no te prometí que iba a ir y vos sí me prometiste que ibas a venir. Yo no estoy para este conventillo, estoy para darle lecciones de vida. Te quiero mucho, pero no para hablar por televisión. Soy tu papá, no tu hermano ni el tipo de la esquina”, respondió Miguel Ángel y le mandó un beso para su nieta, Jamaica. “Serán dados”, aceptó Elián.
“Nadie necesita que se aclare nada, yo estoy siempre estoy en el mismo lugar. No estoy negado con nadie, ni con el que me tira una mala. Las cosas se siembran y después se cultivan, fijate lo que sembraste”, continuó el músico en el mismo tono. “No quiero decir nada, me sobrepasó. Estamos votando antes de escuchar la canción. No quiero ser irrespetuoso”, afirmó su padre y se fue del móvil.
“La gente como no te ve nunca acá y ahora te ve en la tele me dice que te querés colgar ahora, aunque sé que no es así. Por eso te quiero rescatar, si querés aparecer, aparecé en casa que te damos de comer. Yo no quiero que hablen mal de mi padre ni de mi madre, pero a veces te escrachás solo”, siguió L-Gante, y Miguel Ángel regresó luego de que su hijo dijera que Claudia, la madre, nunca le había hablado mal de él.
“Vos ya sos un hombrecito para discutir estas cosas en televisión. Eso queda para el conventillo, yo solo salí en televisión para aclarar que no soy un hombre más, soy tu papá biológico. Quizás sea un sorete biológico, pero soy así. Basta de debatir en televisión. Estoy re orgulloso de vos, seguí cuidando a tu mamá”, dijo el papá amagando la despedida. “Espero que no pienses nada malo, estoy a disposición siempre”, respondió su hijo.
En ese punto, Mazzocco apuntó que alguno tenía que dar el primer paso, y Elián le ofreció ponerle un auto a disposición. Pero el padre se mostró reticente. “Tengo la propuesta del audio, te lo paso por si te pasó ese día porque eran las cinco de la mañana. ‘Paso con la limousina y nos vamos de gira’, me dijiste”, replicó el padre. Y propuso una contraoferta argumentando la tranquilidad del campo: “Acá todavía está la moto afuera con la llave, encontré mi lugar en el mundo. Acá serías Gardel”, buscó seducirlo y pareció convencerlo.
Karina volvió a intentar conciliar. “Andá al encuentro de tu hijo, pueden escribir una historia nueva”. “Me va a costar el orgullo”, dijo Miguel. “Prefiero perder antes que hablar mal. A veces se aprende más”, opinó L-Gante. “A mí no me gusta perder a nada, porque no compito. No tenés idea lo que podemos aprender los dos juntos. Voy a recuperar todo lo perdido”, cerró el papá, ahora convencido.
Por último, con los ánimos más tranquilos, hubo lugar para las bromas. “Vamos a comer un asado y vamos a poner a Ventura de mozo”, dijo Miguel Ángel. Luis levantó la mano y aceptó gustoso. “Voy, porque los quiero a los dos. Aprovéchense, no sean boludos”, los aconsejó. Y todo terminó entre risas. ¿Continuará?
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