“Recuerdo de una tarde en la que aprendí mucho y en las mejores manos”, escribió Felipe Fort, junto con una foto de él con el empresario Eduardo Constantini y Gabriel Rydz, quien fuera amigo de su papá Ricardo. En Miami, a ocho meses de haber cumplido 18, el mellizo de Martita comienza a delinear su futuro y todo parecería indicar que a diferencia de su hermana, él no seguirá los pasos de su papá.
Desde que terminó el colegio y comenzó a viajar mucho más seguido a Miami, la ciudad favorita de “el Comandante”, el joven se comenzó a interesar por el negocio inmobiliario y quien fuera amigo de su padre, de alguna manera lo está apadrinando y enseñándole los secretos del mercado y a cómo dar sus primeros pasos. En ese camino, fueron juntos a conocer uno de los emprendimientos del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
Fascinado por la construcción, el hijo de Ricardo quiso conocer a Constantini. El encuentro que se realizó el lunes por la tarde. Fue quien era su prensa, Natalia Román, quien coordino la reunión junto con el periodista Daniel Ambrosino, que hizo las veces de contacto entre ella y Elina, la esposa del empresario.
Según pudo saber Teleshow, hablaron de los proyectos arquitectónicos y de la parte artística de los mismos. Es que, la idea de Felipe, además de conocer los demás complejos del empresario, es junto con quien fuera amigo de su papá dedicarse al sector de bienes raíces y sigue aprendiendo a su lado.
Aunque seguirá en la fábrica de chocolates, incluso ya compartió en sus redes sociales varias ideas para modificar el emblemático bocadito Marroc, la idea del joven es armar aparte proyectos propios.
Su hermana Marta por su parte, está de viaje, además de ir a Miami estuvo en Las Vegas y en Los Ángeles, hizo algunas producciones como modelo y estudia canto. De esa manera, ella promete continuar con el legado artístico que comenzó su papá, quien de joven se dedicó a la música y ya de adulto, pocos años antes de morir, pudo hacer sus propios musicales en teatro y en televisión.
La porción accionaria de los mellizos en la fábrica familiar tras la partida de su abuela Marta, quien era dueña de la mitad del negocio, ronda en un 33 por ciento entre los dos. Como dueños de la empresa de chocolates, están incluidos, al igual que sus tíos, en la división de ganancias de la misma. Es decir que cuando la empresa distribuye utilidades, ellos perciben los dividendos correspondientes aunque no habían podido disponer de ellos por ser menores de edad.
Tras la muerte de su padre en noviembre del 2013 ellos quedaron a cargo de quien fuera pareja de éste, Gustavo Martínez, quien como tutor veló por ellos hasta su muerte. Nueve días antes de que cumplieran la mayoría de edad el personal trainer se arrojó del balcón del departamento donde vivían en el barrio de Belgrano.
Desde ese momento hasta el día que cumplieron 18, la tutela de Martita y Felipe estuvo a cargo de César Caroza, abogado y amigo de la familia. Además, Marisa, la ex jugadora de hockey que fue su niñera desde que eran bebés, continúa a su lado guiándolos.
Hace unos años, Martínez soñaba con el futuro de los mellizos y decía en diálogo con este sitio: “Aún son chicos, pero tienen una veta artística bastante linda y el colegio en el que van a hacer el secundario tiene muchas materias orientadas a esa rama. Ellos hacen videos, son muy creativos como Ricardo, cuando ves lo que hacen, te das cuenta que hay talento”.
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