El jueves comenzó la tanda de conciertos de Duki en el estadio de Vélez, un fenómeno que irá directo a las grandes epopeyas de la historia musical. El referente del rap argentino dio una muestra de su impactante convocatoria con un lleno total que repitió el viernes y que continuará el 11 y 12 de noviembre.
En ambas jornadas, una multitud vibró con los hits de Mauro Ezequiel Lombardo, que repasó su trayectoria e invitó a sus colegas y amigos con los que marca el ritmo de la música urbana. Un hito inolvidable, que lo convirtió en el primer rapero argentino en llenar un estadio de fútbol y por consiguiente, también el primero en hacerlo cuatro veces. Sin embargo, un hecho ocurrido sobre el cierre del show del viernes corrió por un momento el foco de lo musical.
Todo ocurrió durante el saludo final, en el abrazo de Duki y los suyos y de fondo se escucha la ovación del público mezclada con los fuegos artificiales que atronaron en la noche de Liniers. En pleno éxtasis, en esa comunicación especial que se da entre el artista y sus fans en cada fin de fiesta, un vaso impactó de lleno en la frente del cantante, y cortó la emoción por un instante.
El novio de Emilia Mernes dio dos pasos hacia adelante mirando fijo hacia la zona de la que había partido el vaso. “Lo asesinó con la mirada”, escribió el usuario que compartió el video. Luego caminó con gesto adusto hacia la izquierda del escenario, secándose una y otra vez la cara con las mangas de su remera hasta que le acercaron una toalla. Pareció un método para bajar un poco la bronca y recuperar la vibra con la que había terminado el recital.
Finalmente, se acercó el micrófono a la boca y saludó a la multitud que no paraba de ovacionarlo. “Les mando un beso a todos, guachos. Los amo, cuídense”, cerró Mauro. El video que subió la cuenta DukoNews rápidamente se viralizó en las redes, abriendo el debate sobre este tipo de comportamientos en los recitales y reivindicando la actitud del cantante, cuya mirada y su gesto valió más que mil palabras.
El jueves comenzó esta aventura que terminará, al menos por ahora, el 13 de noviembre como parte de un fenómeno que no parece tener límites. Conmovido, el músico se dirigió a sus fans sin dar cuenta de lo que captaban sus sentidos. “Gracias por este momento, los amo, loco. Terrible, guachos”, lanzó. Y mientras se secaba las lágrimas, seguía hablándole a los suyos, a esa multitud que agotó las entradas y le sigue creyendo. “Me acabo de dar cuenta de donde estoy parado hace diez minutos y lo no puedo creer. Yo todos los días me levanto diciendo que en algún punto esto se lo merecen ustedes. Y esto lo logré gracias a ustedes. Gracias de verdad”, insistió y la emoción le volvió a cortar la voz.
“Muchas veces me pasa que me cruzo con gente que me dice: ‘Tu música me cambió la vida’. Que ustedes hayan escuchado mi música, me cambió la vida a mi, por eso siempre se los voy a agradecer. Y no quiero decir más boludeces porque cuando me pongo sentimental, me pongo re gil”, cerró. Y eligió seguir hablando con sus canciones.
SEGUIR LEYENDO: