“Es imposible que me toque”. Habían pasado 50 mil personas en el casting del Soñando por Cantar, de las cuales 1400 llegaron a presentarse al aire y por eso es que Gustavo Remesar nunca imaginó que, después de dos años de concursar, podía llegar a consagrarse como el ganador. “Tenía 43 años y a esa edad uno cree que en la música ya no tiene oportunidad. Y Dios me demostró que no, que era cuando él quería”, recuerda en diálogo con Teleshow sobre aquella noche del 26 de octubre de 2013 que le cambió la vida por completo.
Sin embargo, esa final no fue nada fácil para él: hacía apenas 20 días que había fallecido su padre. “Siempre fue el que más me impulsó a cantar, así que fue muy duro. Hay cosas del reality que las veo en Youtube y no me acuerdo. Estaba pasando un momento muy feo, papá estuvo enfermo mucho tiempo, entonces era dejar de visitarlo, ir a hacer el programa y volver a estar con él, porque mi cabeza estaba enfocada en eso. Salvo ese ratito que se enciende la cámara y uno sale a comerse el mundo”, detalla De todas formas, hoy agradece su paso por ese programa: “Lo disfruté mucho. Es un concurso que me llevo grabado en mi corazón porque fue increíblemente mágico, yo sentía que después de los 40 años no se podía soñar en la música”. Tanto lo pensó así que ni siquiera él se había anotado: fue su familia la que lo hizo por él y, sin darse cuenta, le hicieron el mejor regalo. ”Me insistieron mucho, yo era un poco reacio a los concursos”, rememora.
Su pasión por la música
“Siempre sentí la necesidad de cantar. Mi papá también estaba ligado al arte, porque era recitador. Y yo, incluso sin saber leer ni escribir, a los cinco años ya tocaba la guitarra”, resalta. Sin embargo, justo antes de entrar en el reality, estuvo un tiempo trabajando como carnicero. “Como muchos artistas tenemos una actividad paralela, se dio en aquel momento y duró poco tiempo. Pero un día me preguntaron en el Soñando..., comenté esto y ahora todo el mundo me conoce como ´el carnicero´. No me molesta, creo que eso me dio un perfil popular e invitó a gente que hace otra actividad y a la vez tiene el talento para cantar, a que se saquen las ganas de estudiar canto. Pero en realidad yo siempre me dediqué a la música”.
—Después de ganar el reality, ¿tuviste oportunidades de seguir en la música o fue difícil?
—Grabé un disco con Oscar Mediavilla y se vendió en todo el país, me dio la posibilidad de recorrer un montón de escenarios y festivales, donde jamás me hubiera imaginado cantar. Siempre seguí trabajando, pero obviamente pasa el tiempo y la gente se va olvidando porque van ocupando lugares nuevos artistas. Pero ganar me permitió seguir trabajando muchísimo.
Su convocatoria a Canta Conmigo Ahora
“Me sorprendió muchísimo porque no soy de esos artistas que están todo el tiempo llamando a los productores. Y un día me sonó el teléfono, y me lo propusieron. Marcelo (Tinelli) nos dijo que este era un desafío para todos. Lo vi entusiasmado y por eso dije que sí, porque si vamos a jugar en equipo y el capitán está motivado e ilusionado, no se puede fallar. Y por eso el programa tiene tanto éxito”, comenta.
De todas formas, lo sorprendió el rol para el que lo convocaron. “Yo en realidad soñaba con ser participante en este concurso. Me llamaron para ser jurado y realmente me honraron. Estoy muy contento de participar de un programa tan emocionante, porque en muchos casos los participantes se juegan la vida”, destaca.
—Vos sabés más que nadie lo que estar del lado del participante, los entendés desde otro lugar...
—No solo empatizo, sino que es una cuestión conceptual también. Los cantantes tenemos una forma de cantar en los discos, en los estudios de grabación, otra forma distinta de cantar en un show, pero participar en un concurso es otro concepto. Es un minuto y medio donde te jugás la vida, si no diste una buena performance, te vas, entonces eso lo hace muy emocionante. Creo que, para cantar sin ganas, es mejor no participar. Hoy que tengo que evaluar, valoro mucho que se la jueguen. Y muchos de los artistas que integran el jurado son súper consagrados, pero no han pasado por un concurso. Creo que eso hace que me hayan convocado.
Su otra faceta
Tiene una familia numerosa: su esposa, siete hijos y cinco nietos. Y con la mayoría de ellos, trabajan juntos en un emprendimiento. “Tenemos un restaurante en Longchamps, en donde además de la parte gastronómica, es muy importante la parte cultural porque hacemos shows todo el tiempo con artistas, y yo también canto. Lo puse casi en pandemia...una puntería (Risas). Los primeros dos años fueron difíciles, pero todavía estamos de pie, cosa que hoy por hoy no es poco”, cuenta quien también realiza shows musicales en eventos privados.
Y cierra: “En la música hay un dicho que es muy común: hoy te comés el pollo y mañana, las plumas. Es una realidad, por eso muchos artistas han tenido en su momento otra actividad, y a mí también me tocó. Y a mucha honra”.
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