“Sofía Calzetti, con z y doble t”, tuvo que aclarar desde que era chica en la escuela a todo el que quisiera escribir su nombre completo. Así de molesto pudo resultar tantas veces que hoy eso que podía resultar engorroso lo capitalizó para bautizar su marca de ropa. Situaciones mucho más complejas que esa vivió que también la ayudaron a crecer y a convertirse en emprendedora, o el retiro del fútbol de su novio Sergio el Kun Agüero, un momento triste que los hizo fortalecerse como pareja. Porque después de todo, en diálogo con Teleshow, se definió como una persona “positiva” que va para adelante.
Desde Milán, donde se encuentra invitada a una Misión Comercial organizada por Women Economic Forum Argentina (WEFA), la joven de 25 años habló de su vida en Miami con su pareja, a nueve meses de que él se retirara del fútbol por un problema cardíaco, cómo fue dejar su país por amor e irse a un lugar donde “hay otra cultura, otro idioma y un clima que es un horror” y se mostró entusiasmada con la idea de desembarcar en la Argentina con su marca de ropa deportiva femenina.
En enero creó su negocio de indumentaria al que define como “un proyecto joven pero ambicioso”. “Se llama Zettia, porque cuando digo mi apellido siempre tengo que remarcar que es con z y doble t”, recordó y dijo que la inspiración surge del “empoderamiento de la mujer”: “Los nombres de las prendas también tiene que ver con mis raíces, soy descendiente de italianos y hay modelos de calzas que se llaman Capri y Roma por ejemplo, algunos de los lugares que me fueron marcando y son también los nombres de mis perras”.
Si bien está a cargo de todo, tiene gente que la acompaña: “No tengo socios pero integramos un grupo de mujeres geniales. Soy la directora creativa y la parte de diseño es lo que mas me gusta, las producciones de fotos y todo lo que tenga que ver con lo visual, comunicación, lo de números no, pero tengo una persona indicada para cada especialidad”.
Con solo nueve meses en su rol, tuvo la oportunidad y el desafío de asistir a la misión comercial en Italia organizada por WEFA: “Es una experiencia super enriquecedora. Todas las mujeres eran más grandes que yo, y me aportaron mucho, así que estoy contenta y feliz. Visitamos también ferias en Milán para empaparnos de la moda. Cuando me contactaron para hacer esta misión estaba llena de miedos, era la primera vez que me iba con mi marca como empresaria a hablar delante de gente y está lo que llamaos el síndrome del impostor, pero siempre acompañada de terapia, amigas y familia entendí que sí me lo merecía, y así fue. Una vez ahí supere a pánico, ya que exponer delante de mucha gente fue un desafío muy grande”.
Mientras están desarrollando la nueva colección cuya salida está prevista para fin de año, la meta antes es desembarcar en la Argentina con la marca, que aunque se vende en todo el mundo, tiene base solo en Barcelona: “La idea es poder fabricar en mi país, por eso el mes que viene voy a estar en el Women Economic Forum y a recorrer fábricas, calculo que estaré unos diez días”. En su estadía por supuesto visitará a familia y amigos. Había estado en julio y en agosto en el país y confesó que cada vez que viene le cuesta irse.
Así como el nombre nació de una situación que puede parecer engorrosa, el emprendimiento en sí, surgió de “un proceso muy personal”: “Estaba en Manchester con un cambio de vida grande para mí, yo estudiaba abogacía y en este proceso de transformación encontré que quería inspirarme y hacer, estar en movimiento”. Por eso para ella “es mas que un trabajo”: “Es el propósito. Me llevó tiempo de terapia entender, cambiar y transformarme para poder convertirme en la mujer que quiero”.
Sofía dejó el país a los 21 por amor. Tras confirmar su relación con el Kun, decidió seguirlo y acompañarlo, una apuesta muy grande y un giro que implicó dejar atrás muchas cosas. “Fue un cambio de vida muy grande, siempre fui super social e irme para acompañar a mi pareja a un lugar donde la cultura diferente, clima un horror, idioma es otro no fue fácil. Fue un proceso de adaptación y tiempo de conocerme a mi misma y saber que quería y convertirme en lo que quise”.
Es que, instalarse en otro país para apoyar a un compañero, no es la foto feliz que se ve en Instagram o que se muestra en las tapas de revistas. “No es sencillo, es complicada la vida del deportista. A diferencia de lo que se piensa, muchas veces uno esta solo, me fui con 21 y era muy chica. Pero a pesar de lo malo, veo lo bueno, fue un tiempo difícil y fue donde mas crecí y más me conocí a mí misma, son cambios que van desde adentro hacia afuera”, dijo sobre cómo resultó fortalecida tras el dolor.
Estará hasta el viernes en Europa y luego se quedará en Miami, donde vive desde hace unos meses con Agüero hasta en octubre cuando vuelva al país. Sobre su rutina en Estados Unidos, contó que con su novio lograron encontrar el equilibrio para tener cada uno sus espacios, pero también poder pasar tiempo juntos. “Me levanto, me pongo Zettia y entreno, tengo reuniones, sigo haciendo clases de inglés porque me quiero perfeccionar, nunca es suficiente, hago de ama de casa, cocino y este lugar un punto donde viene todo el mundo, vienen visitas, somos muy sociables”.
“A pesar de lo malo que le pasó a Sergio, este es un cambio de vida positivo”, dijo sobre el alejamiento de él del fútbol y la mudanza de la pareja a Miami: “Él ahora está siempre con sus emprendimientos, tiene club, lanza cosas de gaming, juega al golf y los momentos son geniales porque estamos mas juntos y compartiendo”.
Aunque ahora ya pasó la tormenta, hubo momentos complicados y ella tuvo que estar a la altura de las circunstancias, apoyando y ayudando: “Había pasado junto a él la pandemia, una operación y ese fue mi primer desafío, en pandemia sin familia no fue fácil, uno se siente un inútil porque no sabés cómo ayudar y cuando se retiró, fue difícil. Más que nada en el momento que se recuperó, que estaba asustado, le agarraban como ataques de pánico y yo estaba ahí para consolarlo y tranquilizarlo”.
Con el miedo de volver a tener un nuevo episodio cardiaco y sin la pelota como aliada, el Kun pasó días difíciles y noches también: “Una vez me levantó a las cinco de la madrugada, me pidió que lo llevara al médico porque sentía que se moría, le temblaba el cuerpo, lo tranquilicé, llamamos al doctor... fueron tiempos difíciles pero siempre supe que estaría bien, soy creyente y por algo tenía que pasar lo que pasó, y hoy lo veo muy bien y estoy feliz”.
Además de su compañía, al papá de Benjamín lo ayudó mucho haber comenzado con proyectos durante la pandemia y no por obligación tras haber dejado el futbol, aunque “costó” admitió Sofía y es que para él su vida era el deporte, -debutó en primera a los 15, jugó en Independiente, el Atlético Madrid, Manchester City y Barcelona-: “Por suerte, cuando esto pasó él ya tenía sus cosas, es inquieto y ahora tiene la cabeza ocupada, lo veo bien, sólido. Arrancó paveando con el gaming y descubrió un mundo”.
Si bien cuando están lejos el uno del otro como ahora se extrañan y hace bien a la pareja unos días de distancia aguardando por el reencuentro, el fin de semana pasado él viajó a Europa para acompañarla y apoyarla. Porque desde hace cuatro años Sergio y Sofía son una dupla, un equipo que se acompaña en las buenas, en las no tanto y también en las malas, esas que los hacen crecer y ser mejores.
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