Que Wanda Nara es una de las figuras que más genera a nivel mediático, no es ninguna novedad. Desde su irrupción en los medios como la “modelo virgen” o la supuesta “novia de Diego Maradona”, ambas noticias falsas, hasta sus escandalosos matrimonios con Maxi López, padre de sus hijos Constantino, Valentino y Benedicto, y Mauro Icardi, padre de sus hijas Francesca e Isabella, la actual empresaria siempre le dio de qué hablar a la prensa. Sin embargo, en los últimos días fue noticia por algo ajeno a su voluntad....
Resulta que en edición del viernes de Los 8 escalones, una participante sorprendió a Guido Kaczka al revelar los nombres que le había puesto a sus mascotas en “honor” a la nueva investigador de ¿Quién es la máscara?. “Idalina, 68 años, jubilada, administrativa en salud pública, tiene dos nietos, tiene dos perras…”, comenzó diciendo el conductor al anunciarla para dar lugar a una nueva pregunta del certamen.
Pero luego se detuvo. “¿Cómo se llaman las perras?”, le consultó a la mujer. Y se quedó atónito con la respuesta: “Wanda y Nara”. “¡Wanda y Nara!”, exclamó Guido sin poder dar crédito a lo que escuchaba. Y, en tono de broma haciendo referencia al padre de la mediática, agregó: “Si viene un perro, le ponés Andrés”. Pero la participante dejó en claro que no se trataba de ningún chiste.
“Son dos hermanitas. Lo que pasa es que, cuando las fui a vacunar, estaba justo la tele prendida y me preguntaron: ‘¿Cómo se van a llamar?’. En ese momento estaba con mi nieto y me dice: ‘Abuela, les vamos a poner Wanda y Nara’”, contó la mujer. “¿Y las querés a las chicas, Wanda y Nara?”, dijo entonces Guido aclarando que hablaba de las perritas. A lo que Indalina respondió: “Por supuesto”.
Por estos días, Wanda se encuentra en Turquía acompañando a su marido, que desembarcó en el Galatasaray, uno de los equipos grandes de aquel país. Y, desde allí, hizo una reflexión sobre la fortuna que logró amasar en su carrera y el futuro que se imagina para sus hijos. “Desde hace seis, siete años sigo los contratos y los cambios de Mauro, que tan mal tampoco lo hago. Yo hago los contratos y después él juega en la cancha porque lo único que me falta es también es entrar a jugar”, comentó en un video.
Y agregó sobre su próxima residencia en Estambul: “Como toda mamá, mi parte es contener, acompañar, anotar en un nuevo colegio, de buscar casa, de hacer la mudanza. Lo hago de la mejor manera: además de la parte contractual, estoy haciendo la parte emocional y emotiva. Podría vivir sin trabajar, seguramente sí. Yo, mis hijos y los hijos de mis hijos. Con 35 años logré que todos ellos puedan vivir sin trabajar también. Pero ese no es el ejemplo que le quiero dejar a mis hijos. No quiero que el día de mañana yo me muera y venga un fracasado de la vida y les diga: ‘Mirá todo lo que te dejó tu vieja, no trabajes’”.
En ese sentido, señaló: “Siempre se puede seguir creciendo e ir por más. Siempre hay alguien que tiene más y alguien que tiene menos, pero en la vida, lo que nos hace diferentes son los sueños que tenemos”. Y agregó dejando en claro que no se arrepentía de su estilo de vida: “Si viviera con la tarjeta de crédito de mi marido, encerrada en mi casa, yendo y viniendo del supermercado, no habría mucho margen de error, ahí estaría todo perfecto. Pero prefiero tener otra vida”.
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