Aquél domingo que Fabio Santana volvió de Malvinas, su mamá pensó lo peor. “Me tocaba mucho los brazos y las manos. Después me dijo por qué: yo le había mandado una carta escrita por un compañero porque tenía linda letra y esa fue la última que recibió. Sintió que una bomba me había cortado las manos, y que por eso no podía escribir”, recuerda en diálogo con Teleshow.
Hoy, tres décadas más tarde, Santana se luce como jurado en Canta Conmigo Ahora, el reality que conduce Marcelo Tinelli en la pantalla de El Trece. Es que, además, Fabio es un reconocido cantante que integra el dúo Raíz Soberana junto a Daniel Argañaraz, con quien lleva por todo el país su espectáculo Un canto por Malvinas, 40 años. Y el conductor no dudó a la hora de convocarlo.
Entre los 100 jueces del programa, es fácil distinguirlo: es el único que siempre lleva puesta una remera de las Islas. “Me las diseña mi esposa, y fue la única condición que puse (a la producción): tener siempre una remera de Malvinas. Así que ella todos los días tiene que diseñar una distinta”, cuenta, momentos antes de comenzar una nueva grabación del ciclo.
Su amor por la música comenzó cuando apenas tenía nueve años, en el coro de la escuela. Le siguieron sus estudios de guitarra y a los 16 ya empezó a dedicarse profesionalmente cantando en distintos pubs. Pero a sus 18 años llegó “la colimba”. “Hice un año de conscripción bajo bandera. Seguí cantando mientras hacía la instrucción. Tuve la suerte también de cantar en Malvinas para mis compañeros”, relata. Después, llegaría el horror de la guerra. “Fui con mucha convicción: por mis compañeros y por defender la bandera hasta morir. Pero después, te encontrás con un montón de circunstancias, podíamos haber ido con mejor equipamiento, no teníamos que haber pasado hambre, pero las guerras son así”.
Fueron poco más de dos meses que lo marcaron a fuego. “Estuve 67 días y vi compañeros caídos. Llegué el 13 de abril y volví el 20 de junio. La guerra terminó el 14, pero estuve cuatro días prisionero en el aeropuerto argentino, y después dos días en Campo de Mayo, hasta que el 20 llegué a casa”. Ese día en el que se reencontró con su familia, no lo olvidará jamás: “Era el cumpleaños de mi papá, Día del Padre y Día de la Bandera, así que será imborrable para siempre”, comenta emocionado. Y detalla: “Hacía 45 días que mi familia no sabía nada de mí porque la última carta que ellos recibieron fue el 1° de mayo, cuando fue el primer ataque inglés, y después de eso, no supieron nada más, ni siquiera si estaba con vida. Fue tremendo”.
Pese a todo, se considera un afortunado: “Muchos compañeros muertos, heridos y algunos que quedaron realmente muy mal....yo volví al continente y me esperaba mi familia, me contuvieron. Otros llegaron y tomaron drásticas decisiones”.
Casi tan difícil como la guerra, fue el después. “Los primeros diez años fueron muy duros porque al volver, vi un Estado totalmente ausente y una sociedad que no sabía cómo tratarnos. Ibas a pedir un trabajo y te hacían un doble examen porque eras el ´loquito de la guerra´, salías con una chica y el papá le decía ´no salgas con este pibe porque a ver si le agarra la locura´. La gran mayoría de los que fuimos sentimos que esos 10 años de ´desmalvinización´ nos caló muy hondo, entonces dejamos de hablar, de trasmitir lo que nos había pasado”. “Mi familia no me hizo preguntas porque respetaba mis silencios. No me hacía bien, me traía ciertas preguntas internas que no me las podía contestar”, rememora.
Durante ese tiempo, se casó y tuvo a su única hija, pero por 15 años dejó de lado su pasión, la música. Tampoco hizo terapia. Había empezado a trabajar en la carnicería de su papá, después en un frigorífico, compró hacienda, cualquier trabajo era bienvenido. “Como pude, hice transcurrir mi vida, a los ponchazos, llevándola. Después empecé a cantar profesionalmente en el tango y encontré ahí me refugio”, explica.
Pero todo cambió cuando, 30 años después de Malvinas, le surgió la oportunidad de participar en el Soñando por cantar, aquel reality que condujo en 2012 Mariano Iúdica por la pantalla de El Trece. “El 2 de abril canté ´Solo le pido a Dios´. Tuvo una trascendencia maravillosa. Ahí fue la primera vez que me animé a contar lo de Malvinas, sin tener la presunción de que iban a decir ´este quiere sacar provecho´”. Allí descubrió que otra de sus misiones en la vida era “malvinizar”, un término que, según sus propias palabras, inventaron los veteranos “para que la gente sintiera la parte positiva, si es que la hay en una guerra”: el compañerismo, el heroísmo. “Se vio en toda la Argentina y me llamaron de todos lados, veteranos desde Jujuy a Ushuaia, me sentí muy orgulloso”, comenta.
A partir de allí, tuvo varias participaciones en programas de televisión como Polémica en el bar, mientras recorría todo el país con su música. Incluso, llegó a cantar el himno en un partido que jugó la selección nacional en Córdoba y también en la cancha de Boca, y ahora también se dedica a dar charlas en las escuelas. “Fue muy hermoso sentir a la gente cantando conmigo”, destaca. Hasta que este año lo tomó por sorpresa la convocatoria para el jurado de Canta Conmigo Ahora.
“Me encontré con un montón de talentos, de gente que canta como los dioses, y además de eso, se hizo una buena camaradería”, señala. Y así se ve en los baches de las grabaciones: bastó para que Fabio pida una foto con la bandera argentina para que, casi instantáneamente, se fueran acercando todos los jurados y todo termine en una emotiva postal, que seguramente lleve en su corazón para siempre.
“La producción es realmente fantástica, nos tratan re bien, y estoy sumamente contento de poder estar acá, pertenecer a este enorme programa y darle la posibilidad a los que sueñan con dedicarse a esto. Y con Malvinas siempre presente, con mi remera en el pecho”, cierra orgulloso.
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