Las luces del estudio de Don Torcuato donde se graba Canta Conmigo Ahora bajaron y en sigilo ingresó ÉL al centro del escenario. Un foco solo iluminaba sus borceguíes acordonados. Al lado de la tribuna donde están los familiares de los concursantes, se llenó de gente: productores, asistentes y gente que hace el programa que usualmente no está ahí. Era un evento. Algo grande se venía.
“Soy Cristian. Vengo de la tierra donde el águila devora a la serpiente, de tierras aztecas, muy lejos. Me siento privilegiado de estar con ustedes, me parce irreal y un sueño bonito. Estoy emocionado. Soy nadador, clavadista, me gusta el tequila y también me encanta cantar. Ojalá ustedes puedan cantar conmigo y se levanten. Muchas gracias”, por supuesto que se trataba de Cristian Castro. Sin embargo, los casi doscientos presentes en el estudio (jurado, público, fans, productores) jugaron el juego como si de verdad no supieran de quién se trataba, porque un poco ese es el objetivo de la televisión también, entretener y dejarse llevar por la historia.
Empiezan a sonar los primeros acordes de “No podrás”, Cristian se empieza a mover en el escenario. Los cien artistas apostados en la tribuna bailan con una sonrisa de oreja a oreja, solo quieren que pase los primeros 30 o 40 segundos de la canción para poder apretar el botón mágico que los hace votar y los habilita la canción.
Sin estrado, sin botón ni voto, sin micrófono, a la izquierda del escenarios los integrantes del club de fans del intérprete de “Azul”, “Lloran las rosas” y “Por amarte así”, agitan sus banderas, cantan y bailan. Es el momento que esperaban desde hacía un mes, cuando el 25 de julio comenzó el nuevo ciclo de Marcelo Tinelli. Al fin llegó y hay que disfrutarlo.
A la derecha del escenario está la tribuna de los familiares y amigos de los concursantes. El mini recital les sirve como bálsamo para dejar a un lado por un rato los nervios y la ansiedad por las performances de sus seres queridos. Aunque su cabeza está pensando en otra cosa, se suman a la “Castromanía”.
Como un lujito que permiten ciertos trabajos, un grupo de productores y productoras apostados entre la tribuna de la familia y el jurado toman sus teléfonos y comienzan a grabar, a cantar, bailar y saltar. No todos los días la jornada laboral se corta con un show de un artista internacional.
La canción dura unos tres minutos aproximadamente y por ese rato todos parecen olvidar dónde están. ¿Es un show de Cristian Castro en un teatro o estadio? No. El hijo de Verónica copó el lugar y se convirtió en el anfitrión indiscutido. Sus canciones, que acompañaron a millones de personas durante años, son hits conocidos por todos y eso lo enaltece: no importa si te gusta o no, si lo seguís o no, si tenés sus discos o si estás ahí por casualidad. Comienza su música y todos se convierten en sus fans.
“Ole, ole, ole, ole, Cristian, Cristian”, cantan los cien jurados que apretaron el botón y piden un bis. Pero no solo ellos que están ante las cámaras, sino todos y hay un poquito de desilusión cuando Tinelli se dirige al cantante y le dice que no le va a pedir un tema más, aunque aclara: “Es emocionante verte cantando, me encanta verte en el escenario. Todos cantamos tus temas, acá piden una más y te diría que sigas cantando todo el tiempo”, dice el conductor y las fans gritan que “¡Sí!”, en una de esas, se da.
”Sos de los más maravillosos artistas mundiales, 30 millones de discos, más de cien de platino, oro, no sé qué carajo de material. Nos conocemos hace más de 30 años y siempre ha sido de los mas talentosos artistas que pasaron por los escenarios. Tenerte acá es un inmenso honor y placer, le da una jerarquía impresiónate la programa, cuando veo que los medios hablan de tus looks de las cosas que haces, me quedo contento y feliz de lo que sos. Trascendés esto, llegas al corazón de la gente, no importa lo que haces, sos un grande y hacedor de éxitos”, siguió el anfitrión del ciclo que se emite de lunes a jueves desde las 22.45 por El Trece.
Además, destacó que las fanáticas están afuera todos los días en la puerta de la Polka aguadando verlo: “Tenés eso que permanece inalterable, el ángel que tenés desde que naciste y cuando dejes esta vida se te seguirá recordando siempre por lo grande y groso que sos. Mi admiración absoluta y gracias por estar”.
Agradecido y casi entre lágrimas, Cristian respondió: “Este programa se trata de vos, unirme a vos es lo que quería, después de tantos años estar cantándote y estar frente de vos me recordó, esa esa la unión que quería y buscaba, que vuelvas a la música porque se te extraña y cantantes como yo nos acordamos de vos y te fue muy bien en otros géneros pero donde realmente pertenecés es con nosotros. Y todos están de acuerdo con que necesitamos a Marcelo Tinelli para brillar. Argentina piensa lo mismo”.
La emoción de la dupla cantante-conductor fue contagiosa, tal vez porque muchos allí se recordaron niños frente a la televisión cantando con el paso del mexicano por Ritmo de la Noche. La nostalgia de los inicios, la euforia del tema que hizo feliz, la emoción de las historias de vida, eso es el Canta Conmigo Ahora y lo que Cristian Castro supo, tal vez sin querer, transmitir en los ocho minutos en los que Tinelli generoso le prestó su aire.
Ah, la puntuación... por si quedaban dudas: 100.
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