Todo puede surgir de la nada misma, ya sea con una canción casi completa, con solo un beat o incluso con una melodía que un artista tararea por audio de Whatsapp, no hay fórmula para hacer música. Wos, Louta, Cazzu, Nicki Nicole, Conociendo Rusia, Tiago PZK, Ca7riel, María Becerra y más, él está detrás de muchos de sus éxitos. Así lo reflejan los Premios Gardel 2022, donde sus 17 nominaciones lo destacan como el productor musical de muchos de los hits del momento. Ya sea desde la producción o en la mezcla, Nicolás Cotton forma parte de lo mejor de la escena argentina.
El productor musical será uno de los personajes principales de la ceremonia de esta noche, que se realizará en el Movistar Arena, cuando se repartan los galardones de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF). Pero más allá de la fama, los flashes y las cámaras, el músico no pone el foco en los premios: “No caigo, estoy agradecido de estar en estos proyectos que están tan buenos. Me siento parte de algo grande, que culturalmente estamos aportando a la música, me enorgullece. Después si ganás o perdés, eso es lo de menos, creo que lo más interesante es poder visualizarlo y decir: ‘estamos trabajando en un montón de proyectos que están siendo reconocidos’”.
La cantidad de nominaciones son reflejo de su flexibilidad musical, ya sea urbano, rock, pop, trap, él se adapta a lo que sea y a la idea que le presenten, encuentra inspiración en lo que sea. Va y viene constantemente de un estilo al otro, no solo porque si no se aburriría, sino también para explorar este universo musical lo más posible. Aunque hay algo que siempre repite, priorizar al artista: “Mi forma de trabajar es ponerlos primeros, mi filosofía es plasmar su visión en el producto final. Producir a cada uno es muy distinto y eso es lo divertido. No es lo mismo Conociendo Rusia, Mateo por lo general viene con una canción, guitarra y voz y me voy imaginando la batería, a ver qué ritmo va a hacer. Y distinto cuando viene María, de repente, te manda un audio tarareándote una melodía y vos tenés que adivinar qué hacer con eso. Tengo que interpretar los acordes porque le podés poner un montón de variantes. O con Cazzu que teníamos una hoja en blanco y teníamos que hacer un tema de cero. Entonces arranco con un beat, con algo que le inspira escribir”.
Entre sintetizadores, miles de cables y rodeado de sus parlantes, Cotton cierra los ojos y solo se concentra en la música. Enseguida pone pausa y escucha la misma canción en su celular, no siente nada raro, pero lejos de estar conforme va por más lugares. Ya sea en el auto, con la radio, o incluso cuando va a comprar al supermercado, el productor trata de escuchar cómo suenan cada uno de sus temas en cualquier lugar. Busca ponerse en la piel de la gente y conocer la experiencia de todos. Aunque sabe que más allá de lo técnico, la clave es que la canción emocione sin importar dónde se escuche.
Desde las 9 de la mañana hasta altas horas de la madrugada, la música no tiene horario y las sesiones de grabación parecen no parar, ahí es donde su casa se transforma en un ‘oasis’ en el que abunda el silencio. Ni en el celu, ni en el parlante, no suena ninguna playlist, trata que ese sea su tiempo de desconexión, de ‘resetearse’ y no contaminar su hogar con el trabajo: “Me desconecto y limpio un poco mi cabeza de estar todo el día escuchando música. Si estoy solo prendo el cable, el canal gourmet, cualquier cosa. Me pasa que si tengo una conversación y hay algo sonando, ya directamente pierdo la mitad de la concentración, la mente se va a la música. Lo hago porque si no no paro, y es muy fácil no parar, con mi profesión me escriben a cualquier hora”.
El rol del productor
Y si bien su imagen no figura en las canciones ni en la tapa de los discos, su visión se vuelve clave al momento de desarrollar un tema. Ya sea con un par de decisiones o desde la creación total, son muchos los artistas que confían en su mirada y golpean su puerta en búsqueda de su aporte. “Es muy lindo cuando el artista, te vuelve a elegir y se vienen nuevos desafíos”, se sincera el productor tres veces nominado a los Latin Grammys. Parte de ese éxito se debe a que Cotton nunca pierde el entusiasmo, como un brillo en sus ojos que resalta ante cada proyecto que surge, como si no terminara de ‘caer’. Y agrega: “Todo el tiempo me voy sorprendiendo de los artistas y está bueno poder entusiasmarse. Como una incertidumbre que está buena y te genera algo positivo”.
Así fue uno de sus últimos trabajos con Cazzu, una de las colaboraciones que no se esperaba, ya que Cotton no solía especializarse en el género urbano. Sin embargo, ante la búsqueda de un nuevo input musical, la artista confió y le propuso producir su disco. Así fue como, con solo un objetivo en mente, viajaron a Puerto Rico para producir Nena Trampa. “Era un desafío poder estar a la altura porque nos fuimos un mes allá a producir el disco, en ese tiempo tenía que salir una canción, si no estábamos al horno. Por suerte hicimos como 15 o 20 canciones y terminamos sacando las 10 del álbum”, recuerda el artista que también está produciendo el disco de Soledad Pastorutti.
Éxito tras éxito, Nicolás Cotton atrajo las miradas y se convirtió en uno de los nuevos fenómenos de la escena. Incluso logró romper la barrera y tener más exposición, algo que logran un puñado de productores. “Hay un interés cada vez más grande por los productores, se nota sobre en los jóvenes. Entienden más quién es el que está atrás de tal cosa y eso cobra un poquito más de importancia. Acá en Argentina está pasando ahora con el fenómeno de Bizarrap, que es tremendo lo que está pasando, es un pibe que desde su cuarto llegó a estar número uno en Spotify mundial. Eso es espectacular, en otros países también hay referentes como Pharrel, Mark Ronson y Timbaland, son tipos que siempre frontearon”, reflexiona.
Atrás quedan aquellos años en los que el músico tocaba disfrazado en una banda para chicos o las noches en las que giraba de bar en bar, por microcentro, tocando hasta altas horas de la madrugada. Ahora se sienta frente a los controles, convirtiéndose en el cerebro de cada tema y produciendo a grandes artistas de la Argentina.
—¿Cuál fue el disco que marcó tu carrera?
—Me cambió bastante el de Juan Ingaramo, Best Seller, un álbum que es de mis producciones preferidas que hice. Me agarró en un momento que no sabía para dónde ir y que como productor estaba medio perdido. Había trabajado mucho tiempo con Axel, muchos años, y cuando termino la relación con él pensaba qué es lo que puedo hacer. Vino Juan e hicimos ese disco y me abrió un montón de puertas a la nueva generación: Louta, Wos, Nicki Nicole, Conociendo Rusia, Cazzu, yo venía trabajando con la generación clásica.
—¿En qué género te sentís más cómodo?
—Siento que soy un poco nómade a la hora de producir, no me siento de ningún género. A mí me gusta la música, punto. O sea, no importa si es un trap, si es un reggaetón, un folklore o un rock, trato de sacar lo mejor posible de cada género. Y también trato, cuando produzco determinado tipo de género, de meterme, aprender y entender cómo se produce tal cosa.
—¿Cómo ves el nivel de la música argentina?
—Está buenísimo, hay artistas increíbles, jóvenes con ganas, con energía, con buenas ideas. Siento que se preocupan por mejorar, toman clases de canto, de baile, esto, lo otro, quieren ser pro y eso me parece que está bueno.
—¿A qué pensás que responde?
—No sé, no te lo puedo analizar porque estoy adentro, estoy muy metido y muy embarrado, no lo puedo ver mucho desde afuera, pero sí siento que hay muy buena calidad de artistas. Pibes con ideas nuevas, con música nueva que la están rompiendo.
SEGUIR LEYENDO: