Esta semana, Alejandro fue a competir a Los 8 escalones del millón (El Trece) y rápidamente llamó la atención de Guido Kaczka, quien con sus antenas atentas de conductor, notó que el participante no paraba de mover de un lado para el otro una gomita de pelo que estaba sujetada entre sus manos.
“Alejandro, veo una gomita. ¿Esa es una cábala o es para el pelo?”, le preguntó Guido a Alejandro, con altas dosis de intriga. “No, es un tic que tengo”, respondió el hombre mientras movía el accesorio capilar entre sus dedos y sin parar un segundo
“Y después tengo otro que es más molesto, que es la birome”, confesó el participante inmediatamente después, mientras accionaba el botón de una lapicera de manera frenética. Y eso volvió a provocar la sorpresa de Guido: “¡Ay! ¡No me digas que estás todo el día con la birome, conocí a alguien que hacía eso!”, exclamó. Tras la observación del conductor, Alejandro se justificó: “Por eso traje la gomita que es menos molesto”. “No, no. Es inconvivible estar con los que están todo el día con la birome”, dijo el animador para defender su punto.
“Yo trabajo solo, de manera independiente pero ya, cuando lo pienso estoy tiki, tiki, tiki”, dijo después Alejandro. “Claro, para el otro es un sonido bajo, chiquito pero tan molesto”, insistió Guido con desagrado.
Un rato después y todavía sorprendido por cómo Alejando manipulaba con maestría la gomita de pelo, Guido quiso saber más sobre esta costumbre. “¡Y te lo enganchas en los dedos! ¡Claro, tenes una práctica espectacular!”, dijo Kaczka al ver cómo el participante seguía jugando con el accesorio capilar. “Estoy todo el día”, contó el participante. Acerca de las razones por las cuales lleva adelante esta manía, explicó: “Estoy todo el día programando y cuando tengo que sacar la mente a algún lado, hago esto”.
“¿Y hace cuánto que estás mambeado con esto?”, quiso averiguar Guido, con mucha intriga. “Hace 15 años”, le respondió Alejandro. Y al escuchar la réplica, Guido mostró sorpresa en su rostro una vez más.
La semana pasada, Horacio conmovió a todos en Los 8 escalones del millón al revelar en qué iba a invertir el dinero del premio. “¿Contra qué selección del mundo erró un penal Diego Maradona en el Mundial de Italia ‘90? A: Camerún, B: Yugoslavia, C: Italia D: Rumania”, preguntó Martín Liberman en Los 8 escalones del millón. Mientras que Jorge eligió la opción C, Horacio fue por la B, que era la correcta y se hizo acreedor del millón de pesos.
Apenas le acercaron el cheque y sonó la música que lo consagraba, se emocionó y al repasar qué haría con el premio, sorprendió a su familia, ya que el motivo no se lo había contado ni a los más íntimos. “Y lo que pasa es que yo el auto lo quería arreglar, aparte del techo de mi casa, porque mis viejos viven en Necochea y ya están grandes, entonces me costaba mucho poder ir a visitarlos”, contó casi entre lágrimas el carpintero que también hace las veces de musicalizador en una emisora de Necochea. Por la distancia, no le resulta fácil ver a los suyos: “Con esto puedo arreglar el auto e ir a verlos, a mi mamá Isabella y a mi papá Ramón, que seguro me están viendo allá en Necochea, y no saben que estoy acá, tampoco”. “Ah, ¿No saben?”, quiso saber Guido Kaczka y agregó: “¡Uh! ¡La alegría que van a tener!”.
Entonces el carpintero dijo que podría imaginar cómo estarían sus papás: “Me emociono por eso, porque si Dios quiere se puede arreglar el auto y los puedo ir a visitar allá a mis padres”. Ante la pregunta de fuego, tal vez hasta más crucial que las del jurado, respecto a si quería regresar, dijo muy seguro que sí: “Volvemos, volvemos”. El lunes por la noche estuvo nuevamente en la competencia y aunque quedó en los escalones del medio, realizó en su paso una muy buena performance.
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