Laurita Fernández, íntima: el desafío de hacer una obra diferente, su presente sentimental y la amistad con Nico Cabré

En una entrevista con Teleshow, la actriz habla de su vuelta a los escenarios con el thriller cómico El método Grönholm, junto a Benjamín Vicuña y Rafa Ferro. También da su opinión sobre el paso del tiempo y la maternidad

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Laurita Fernández, en la producción de El método Grönholm
Laurita Fernández, en la producción de El método Grönholm

Laurita Fernández trabaja en la televisión, la radio y el teatro. No tiene un día libre para descansar. Pero en vez de quejarse, disfruta de cada proyecto en el que participa. En búsqueda de nuevos desafíos, regresa a la Calle Corrientes para protagonizar una nueva versión de la exitosa obra El método Grönholm, junto a Benjamín Vicuña, Rafa Ferro y Julián Cabrera, en el Paseo La Plaza.

“Es un thriller teatral, una comedia muy ácida que te hace reír de cosas incorrectas. Es diferente a lo que venía haciendo en teatro con proyectos más lúdicos”, asegura la actriz, que da la entrevista telefónica a Teleshow mientras almuerza dentro de su auto, tras terminar el ciclo radial Decímetro (FM Metro). Luego se preparará para estar al frente de Bienvenidos a bordo, el ciclo de entretenimientos que ya se transformó en un clásico de la pantalla de ElTrece.

—¿Cómo es tu personaje en El método Grönholm?

—Interpreto a una mujer que es una de los cuatro candidatos aspirantes a un puesto muy preciado de trabajo. Ellos están encerrados en un lugar donde los someten a diferentes pruebas para ver quién se queda con el puesto. Mi personaje sabe que está en un mundo de hombres y tiene que demostrar que es buena y merece el puesto. Termina hasta traicionando a un amigo. La obra muestra hasta dónde están dispuestos a llegar los personajes con tal de conseguir el puesto laboral.

Benjamín Vicuña, Rafa Ferro, Julián Cabrera y Laurita Fernández protagonizan una nueva versión de El método Grönholm, el éxito teatral escrito por el catalán Jordi Galceran, con dirección de Ciro Zorzoli y producción general de Pablo Kompel
Benjamín Vicuña, Rafa Ferro, Julián Cabrera y Laurita Fernández protagonizan una nueva versión de El método Grönholm, el éxito teatral escrito por el catalán Jordi Galceran, con dirección de Ciro Zorzoli y producción general de Pablo Kompel

Laurita debutó en su carrera artística en 2009 con la comedia musical El fantasma de Canterville, y luego formó parte de los elencos de Aquí podemos hacerlo y Las mil y una noches, con dirección de Pepito Cibrián. Además, realizó varios espectáculos infantiles. Pero obtuvo una gran popularidad cuando participó en varias ediciones del Bailando de ShowMatch. En 2018 protagonizó el segundo elenco de la obra teatral Sugar y un año más tarde, la comedia Departamento de soltero, junto a Nico Cabré. También participó en las series Inconvivencia, Los internacionales y Los protectores, y en los filmes Granizo y S.O.S, papá al rescate.

Ahora Fernández vuelve a subirse a las tablas y sorprende en esta nueva faceta actoral como protagonista de la obra escrita por el catalán Jordi Galceran que se había estrenado en 2003, en España. En 2006, la pieza llegó a Buenos Aires con un elenco integrado por Gabriel Goity, Jorge Suárez, Alejandra Flechner y Martín Seefeld. Durante dos años fue un éxito de la cartelera porteña. En este nuevo reestreno, Fernández, Vicuña, Ferro y Cabrera se lucen con diálogos divertidos y logran mantener una tensión constante en situaciones que cambian de rumbo en el instante menos esperado. Lo interesante es que esta versión tiene un nuevo final inesperado, que el autor catalán escribió y que nunca se había hecho en la Argentina.

—¿Alguna vez tuviste un trabajo en el que llegaste a tocar ciertos límites o viviste situaciones incómodas?

—Sí, obvio. No siempre se puede cumplir con la producción o con los jefes en un trabajo del estilo artístico como es mi caso. A veces no me sentí cómoda al encarar ciertos temas o metiéndome en ciertas cosas. Como conductora de radio, cuando viene algún entrevistado yo quiero que se sienta cómodo. Las charlas que se dan son muy amenas y entretenidas, porque lo que buscamos es que nuestros oyentes también se entretengan con nosotros. No encaro las charlas pensando en sacar un título. Siendo entrevistada me doy cuenta cuando buscan la pregunta incómoda para conseguir un título. Suelen ser entrevistas en las que menos te relajás y te ponés el casete para decir lo justo y necesario.

—Volvés a trabajar con Benjamín Vicuña, pero ahora en el teatro.

—Fuimos compañeros en una película (S.O.S, papá al rescate), nos llevamos súper bien. Son todos muy profesionales; voy a decir algo naif, pero se armó un grupo lindo y nos llevamos muy bien. Cada uno viene de lugares diferentes, de escuelas diferentes, de maneras de trabajar diferentes, como pasa en todos los grupos. Hay buena química. Durante los ensayos hicimos un trabajo interesante que nos propuso el director (Ciro Zorzoli), de trabajar de una manera no tan convencional. Fue un proceso lindo.

En El método Grönholm, Laurita Fernández interpreta a una mujer que pelea por un puesto de trabajo. De repente toda la situación cambia y llega un final inesperado
En El método Grönholm, Laurita Fernández interpreta a una mujer que pelea por un puesto de trabajo. De repente toda la situación cambia y llega un final inesperado

—Estás todo el día trabajando, ¿cómo te organizás para hacer radio, tele y teatro?

—Ahora estoy almorzando mientras charlamos, voy aprovechando el tiempo. El año pasado me comprometí a hacer teatro y después me ofrecieron conducir Bienvenidos a bordo y el programa de radio. ¿Cómo voy a dejar de pasar algo tan bueno? Por suerte pude acomodar los horarios de tal manera que no solamente puedo llegar con todo, sino que también lo puedo disfrutar y descansar, que es fundamental. Duermo las horas que necesito dormir y para mí es clave, porque sino, abarcás mucho y apretás poco. En realidad lo mejor siempre es poder llegar, pero también rendir, sentirme bien y disfrutarlo, porque es un trabajo que elegí hacer. No tengo un día libre, pero al teatro lo disfruto, no lo vivo como un trabajo.

—Fue un gran desafío asumir la conducción de Bienvenidos a bordo en reemplazo de Guido Kaczka.

—Arrancó siendo un reemplazo por dos semanas y después me quedé. Cuando acepté este trabajo no sabía lo que iba a pasar, quería aprender, crecer y tener herramientas. Empecé a trabajar con toda la producción de Guido y todavía, hasta hoy, él sigue siendo mi productor ejecutivo. Charlo mucho con él, es una enseñanza diaria que está buenísima. Después vieron que al programa le iba bien y continuamos. En el ciclo participa mucha gente y no sabés la historia de vida de esa persona, no sabés qué propuesta trae. Siempre le pido a la producción que no me digan quién viene, me quiero enterar al aire. Entonces las reacciones son siempre genuinas. Guido siempre me remarcó mucho que buscará que todo fuera verdadero, que nadie actúe nada. Hoy soy una abanderada de que todo sea de verdad, porque sino, no es creíble.

—Te cambio de tema. ¿Ahora cómo estás del corazón: acompañada o tranquila?

—Estoy re tranquila, pero a mí me gusta también estar sola y soy bastante solitaria. Trabajo con mucha gente, con mucho ruido alrededor y me gusta llegar a casa, estar en paz, el silencio. Entonces son procesos y etapas. Me encanta estar en pareja, pero también me gusta mucho estar sola.

Laurita Fernández vuelve a trabajar con Benjamín Vicuña, luego de haber sido compañeros en el filme S.O.S, papá al rescate
Laurita Fernández vuelve a trabajar con Benjamín Vicuña, luego de haber sido compañeros en el filme S.O.S, papá al rescate

—Me acuerdo que la primera vez que trabajaste con Vicuña, ya te habían relacionado con él…

—Sí, es obvio. No nos enganchamos en eso.

—Me imagino que estás acostumbrada a que te vinculen con un compañero; también pasó con Hernán Drago.

—Con Drago nos reímos, compartimos muchas horas con él en Bienvenidos a bordo y ahora con Benja también, en el teatro. Está buenísimo poder hablar de eso y reírnos. Por suerte no nos genera incomodidad, sino todo lo contrario. A ninguna de las partes nos afecta y está todo más que bien.

—Casi siempre estuviste en pareja con gente con la que trabajaste. ¿Te gustaría salir con alguien no famoso?

—También estuve en pareja con gente que no era conocida, pero no se enteraron o yo no era muy popular. Después se dio por una cuestión de que no salgo mucho, entonces genero amistades y vínculos afectivos en el laburo. Si me preguntás si me gustaría conocer alguien de afuera, no sé; no lo planifico, ni especulo. Tampoco tuve una mala experiencia saliendo con gente del trabajo. Entonces, que pase lo que tenga que pasar. Si tengo que conocer a alguien, sea de donde sea, no ando discriminando por su profesión.

—Tu última pareja fue Nico Cabré. ¿Todavía tenés una buena relación con él?

—Sí, tenemos la mejor. Me vino a ver en El método Grönholm. Más allá de que tuvimos un vínculo, lo respeto como actor. Cuando trabajamos juntos en Departamento de soltero me ayudó mucho a nivel actoral. Él es un genio haciendo humor, me parecía re importante que pudiera venir a ver la obra. Estas semanas estuvimos invitando a amigos, gente conocida y cercana en la que confiamos, para que vengan a ver la obra. Realmente todo suma y aporta, así que re buena onda. Nico vino y le gustó mucho. Yo quería que me diera algunos tips, que me dijera qué pensaba de lo que estamos haciendo. Por suerte le gustó un montón.

Laurita Fernández y Nico Cabré siguen siendo amigos, tras su separación (Crédito: Verónica Guerman / Teleshow)
Laurita Fernández y Nico Cabré siguen siendo amigos, tras su separación (Crédito: Verónica Guerman / Teleshow)

—¿Cómo reaccionas frente a las críticas?

—Si las críticas son con buena leche, olvidate. A Guido siempre le digo que me avise si ve algo que no está bueno. Él siempre me responde que me quede tranquila. Me gusta escuchar a la gente que respeto, admiro, que me interesa su punto de vista y me pueden aportar algo. No tengo la cabeza cerrada, porque si no permitís que nada se modifica, no avanzás nunca. Depende de quién te critica, si alguien se sienta en un programa a criticarte por como te vestís, quizás no importe tanto. Si las críticas son con buena intención, me gusta porque soy muy autoexigente. En general mis maestros fueron críticos, entonces estoy acostumbrada a aprender de este lugar. No es que solamente voy a escuchar cuando me felicitan.

—Desde que arrancaste tu carrera con Pepito Cibrián no paraste de trabajar y tuviste un crecimiento exponencial en estos últimos años.

—Siempre trabajé con gente que me aportó mucho. La primera vez que hice radio estaba con un equipo de mucha experiencia, en la tele y en el teatro me pasó lo mismo. Trato de rodearme siempre con los mejores y aprendo mucho observando. En mi carrera, hubo esfuerzo, dedicación y perseverancia, también tuve una cuota de suerte. Nunca busqué como objetivo la popularidad y la fama. Mi intención era poder vivir de lo que me gustaba hacer, de lo que estudié toda mi vida. A veces me ofrecieron proyectos que eran tentadores porque me podía destacar más, pero siempre busqué estar rodeada de personas muy experimentadas, más allá de lo económico elijo trabajos que me permitan crecer. El método Grönholm me interesó mucho porque era otro tono, era un personaje completamente distinto de lo que venía haciendo en comedias musicales.

El método Grönholm se presenta en la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza (Av. Corrientes 1660), con funciones de miércoles a domingos. Las entradas pueden adquirirse en el Paseo o a través de la página de www.plateanet.com
El método Grönholm se presenta en la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza (Av. Corrientes 1660), con funciones de miércoles a domingos. Las entradas pueden adquirirse en el Paseo o a través de la página de www.plateanet.com

—¿Extrañás bailar?

—Sí, no veo la hora de volver a hacer un musical, de tener tiempo para dedicarme a la danza de lleno. En ShowMatch, mi trabajo era bailar y era maravilloso. Por la realidad del país no hay tantas producciones musicales, que son muy costosas en general. Siempre trato de entrenar, tomar clases y me encantaría hacer un musical, bailar es lo que más me gusta hacer. En Bienvenidos a bordo, me muevo mucho y uso un montón el cuerpo, que para mí es una herramienta muy cómoda. Por suerte, hice otros caminos y demostré que puedo hacer más cosas que bailar, porque va a llegar un momento en el que no me va a dar el cuerpo para seguir bailando.

—¿Te preocupa el paso del tiempo?

—No. Siempre le digo a mi maquilladora que no me voy a hacer nada en la cara. Me gusta ver el paso del tiempo a las actrices, es un proceso natural. A mí no me molesta ni cumplir años ni darme cuenta de que la piel no es la misma a los 20 que ahora, que tengo 30. Es parte de la vida. Hoy está de moda hacerse tratamientos en la cara, yo no estoy en contra de quienes lo hacen, pero yo no lo hago; veo una aguja y me mareo. Por ahora no. Me cuido mucho y me siento bien como estoy. Quizás más adelante sienta la necesidad de hacer algo. Me gusta ver el paso del tiempo en las mujeres y los hombres.

—¿Qué pensás de la maternidad?

—Yo supe que no iba a ser madre a los 20 y pico. Sabía internamente que iba a pensar en la maternidad después de los 30. Nunca me imaginé ser una madre joven. Ojalá se dé en algún momento. Me encantaría primero estar en pareja, pero no es algo que hoy me resulte un tema a resolver. Ahora estoy disfrutando de mi trabajo, estuve mucho tiempo intentando vivir al 100% de lo me gusta. Después llegará el momento para la maternidad, si es que llega. Sí me imagino ocupándome, no sé si me gustaría ser madre y estar trabajando a este ritmo. Mi mamá fue muy dedicada con mi hermana y conmigo. En el caso de que suceda, la verdad es que me gustaría estar muy presente.

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