Este lunes se vivió un momento muy emotivo en Los 8 escalones. Es que el ciclo de El Trece se caracteriza por visibilizar innumerables historias de vida de muchas personas que se presentan para poder hacerse del millón de pesos y, en esta última emisión, la audiencia pudo conmoverse por el noble gesto que tuvo Alejandro, el participante que se consagró como ganador.
Si bien se mostró eufórico apenas supo el resultado, ya que el dinero lo utilizará para ayudar a un amigo jubilado, todo cambió cuando Guido Kaczka se acercó para hacerle la ya recurrente pregunta sobre la posibilidad de volver a jugar, y que la gran mayoría suele contestar con un “sí” rotundo”. “Fue durísimo, estuve a punto de no participar, estaba con la presión alta. No sé cómo estaré ahora, pero con esto voy a ayudar a mi amigo”, comenzó contando el hombre.
Sin embargo, sorprendió al revelar que no tenía pensado regresar al programa. “Viendo la situación de Guille (el otro finalista), deberíamos tener un Ministerio de Desarrollo Social que se ocupe de determinadas cosas. Y yo creo que él va a disfrutar y lo necesita mucho más que yo. Con esto estoy, le quiero dar la posibilidad de que vuelva. No sigo”, expresó ante la incredulidad y emoción de su rival.
“Veo lo duro que debe ser su día a día y las necesidades...”, agregó, pero no pudo terminar la frase por los aplausos de todos en el estudio, y luego por el fuerte abrazo que le dio el otro competidor, que se mostró muy agradecido por el gesto. “Guillermo, ¿entonces volvés a jugar en Los 8 escalones?”, le consultó el conductor al finalista. “¡Por supuesto!”, respondió emocionado.
Guillermo ya había ganado el millón en las anteriores dos emisiones, por lo que irá por su tercera oportunidad. Su objetivo es reunir la mayor cantidad de dinero posible porque tiene hijos con discapacidad y quiere agrandar y adaptar su casa a las necesidades de ellos.
En su primera aparición en el programa, que ocurrió el jueves pasado, el hombre había ido vestido con un particular traje de murga. “Somos ´Los rengos del Bajo´, que es una murga para personas con discapacidad. Mis hijos lo son, por eso nos anotamos en familia para bailar. Pertenecemos a la Asociación para la Espina Bífida e Hidrocefalia. Participar en esta murga es mi hobbies y mi salida familiar”, había explicado. Y también había agregado: “Mis hijos están en silla de ruedas a partir de los 15 años, entonces la casa ha quedado un poco incómoda. La adaptamos bastante, pero queremos tener la posibilidad de ampliarla y adaptarla un poco más”.
Días atrás, también había conmovido la presencia de otro participante, Joaquín Villanueva, un joven ciego de 22 años que sorprendió a Kaczka por su habilidad de hablar al revés. “Si me decís una palabra o una oración, empiezo de la última letra hasta la primera de la primera palabra”, explicó el participante. Durante la charla, el conductor le preguntó al concursante: “¿Vos lo hacés porque querés, o cada cosa de escuchás, la cabeza te piensa?”. Con total sinceridad, Joaquín le contestó: “No, empecé a los 8 años porque estaba aburrido. Empecé a improvisar con las palabras”. Luego, el joven mostró su talento y dijo con mucha rapidez los meses del año al revés.
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