Quedan segundos para que el agua hierva y él camina de una esquina a otra por toda la cocina. El vapor de la cafetera ya invade la mañana mientras Mau Montaner busca su taza favorita: la amarilla que dice “Primer Luna Park”. En los costados tiene las fotos de aquel día, él y su hermano Ricky festejando ese sueño. Ahora, meses después, están a las puertas de volver a vivirlo.
Mientras toma un sorbo recuerda aquella noche en la que todo era pura emoción luego del sold out. “Todas las mañanas que me sirvo café ahí no me puedo creer que cumplimos el sueño de hacer un Luna, y ahora ando vuelto loco de pensar en lo que logramos. De hacer uno a hacer tres en menos de un año”, cuenta Mau en la antesala de un show que promete superar al anterior.
Los hermanos tienen una conexión especial con el icónico escenario de Calle Corrientes. Un amor que empezó cuando acompañaban a su padre, Ricardo Montaner, en muchos de sus shows y que se consolidó luego de su primer Luna Park. “Lo que amo es que ahí uno se siente arropado completamente por la cantidad de gente. Uno pensaría que diría: ‘No, quiero en el más grande’. Está súper chévere, pero hago esto para sentirme uno con la gente”, explica Mau en una charla con Teleshow.
Después de un año maratónico que incluyó al emblemático estadio porteño, cuatro Gran Rex, un Movistar Arena y su éxito como jurados en La Voz Argentina, Mau y Ricky encaran el desafío de su nuevo tour: Desgenerados. Con la idea de demostrar que no se los puede encasillar en ningún género, los hermanos buscan levantar la vara, superar sus anteriores presentaciones y redoblar la apuesta de sus últimos shows.
Días largos, poco sueño y extensas sesiones en el estudio, la gira les requiere todo. Pulir detalles, practicar y dejar fluir la creatividad, fueron las claves de las últimas noches de Ricky. Después de tantas horas ya ni mira el reloj, da lugar a que la madrugada suelte nuevas estrofas e ideas. Mientras afuera todo permanece en calma y la tranquilidad se apropia de la noche, él piensa, baila y crea nuevas canciones. “Estoy durmiendo poco, terminé a la madrugada en el estudio, pero vale la pena. La verdad es que en mi vida he escuchado algo igual a los arreglos musicales de este tour. La otra gira la armamos pensando en el Gran Rex y fue creciendo. Esto es una apuesta que fue pensada ya de una vez para arenas y lugares más grandes, entonces la producción y todo es mucho más grandilocuente. Ahora soñamos con hacer un River”, explica el mayor de los Montaner.
Su participación en La Voz
Desde la puesta en escena hasta la producción, ambos definen los detalles de los shows que los llevarán por todo el país. Esa misma química que Mau y Ricky tienen en el escenario también puede verse en La Voz Argentina, el programa en el que ambos forman un equipo y compiten contra otros artistas como Lali Espósito, Soledad Pastorutti y su propio padre, Ricardo Montaner. Sin embargo, ponerse de acuerdo y coincidir en las elecciones no siempre es fácil. “Siento que tenemos gustos y pensamientos parecidos, sí tenemos circunstancias donde no, y nos ha pasado que hay momentos donde Ricky y yo tenemos que hacer piedra, papel o tijera para ver qué decidir porque así es la vida y porque pues somos dos”, explica Mau.
La dupla busca volver a consagrarse en esta competencia, tal como lo hicieron en México. En varias ocasiones tienen que sortear las jugadas de los demás rivales, entre ellas las de Lali, una de las más tenaces al momento de competir. En algunas ocasiones la cantante utilizó el botón de bloqueo contra la dupla, una herramienta que evita que otro artista se les interponga si están interesados en quedarse con algún talento. Así analiza la situación Ricky: “La Sole tiene trucos debajo de la manga, es impredecible. Montaner también está todo el tiempo pensando en su próximo objetivo. Y Lali juega sucio”. A lo que, en consonancia, su hermano agrega entre risas: “Juega sucio Lali, nos mintió de una manera horrible y seguimos dolidos”.
Lejos de la competencia, hay algo que les encanta más que cualquier otra cosa: que el público pueda saber cómo son. “Con La Voz la gente tiene la posibilidad de conocer nuestra personalidad y eso me gusta mucho. Nos conoce la abuelita, nos conoce la mamá, que es chévere. Cuando alguien dice: ‘Mira, voy a un concierto de Ricky’, y ya la abuelita, sabe de que está hablando y hasta dice: ‘Ay, yo también quiero ir’, y ahí también va”, afirma Ricky.
A diferencia de otras bandas o grupos, los hermanos no tienen confrontaciones ni enojos: cuentan con un secreto que aleja cualquier disputa, y así lo explica el mayor de los Montaner: “Tenemos distintos liderazgos dentro del proyecto, hay cosas de las que me encargo más yo porque me gusta más y hay cosas de las que se encargaban más Mau y así tenemos mejor calidad de vida todos. Poder dividir el trabajo también es bonito. El no pensar que uno tiene que hacerlo todo y saber que hay otro líder liderando otra área hace que uno esté tranquilo, porque tu confianza está ciegamente en otra persona, así delegar es fácil”.
La unión y el equilibrio que llevan es total, no comprenden la música sin el otro y así sacan lo mejor de cada uno. “No se consigue ese tipo de dinámica fácil, lo descubrimos con los años gracias a Dios, yo se lo recomendaría a todas las otras bandas, que se den cuenta que no es necesario que exista un líder, al contrario, puede haber varios. Ricky es mi líder en muchas áreas que yo renuncio porque sé que él es mucho mejor que yo, me dejo guiar por el mejor”, destaca Mau.
La paternidad
Shows, giras, horas de estudio, todo eso está a punto de cambiar para Mau: será padre por primera vez. La llegada del nuevo integrante de la familia sería después del segundo Luna Park, por lo que el cantante ya pensó un plan para esa fecha.
Mau: —Después del show me voy a encerrar un rato en Miami porque viene mi hijo. Así que voy a estar desconectado y después ya volveremos el año que viene, si Dios quiere. Termino el Luna Park y me voy para mi casa el día siguiente, ya voy a ser papá, esa vaina está bueno. Estoy muy feliz, muy feliz. Todavía no tengo nervios la verdad, y digo todavía porque sin duda sé que cuando llegue, va a ser así.
Ricky: —Es que más allá de nervios, no es solamente el nervio de pensar que vas a tener un hijo y que tenéis que criar un carajito, es que en dos meses tu vida es otra verga. Que hay miedo, por buena madre.
Mau: —Sí, sí, tú sabes, y ojo, perdón, que nos fuimos a hablar de vainas, pero está en cosas incluso que uno no piensa. Por ejemplo, ahora hacerme el café de la mañana va a ser distinto.
Ricky: —Todo va a ser distinto.
Mau: —Pero me entiendes, o sea, uno dice: “¿Por qué es distinto?”. Bueno, porque ahora voy a tener que darle de comer.
Ricky: —Todo va a ser distinto. Sí, coger va a ser distinto. O sea, que vais a tener que tener al valleja, ¿qué haces? ¿Le tapais los ojitos al niño?
Mau: —No, no, no puede estar ahí Ricky. ¡Ay, que animal!
La llegada de Apolo -nombre que Mau y su esposa, Sara Escobar, eligieron- también cambiará la vida de Ricky, quien volverá a ser tío, tras el nacimiento de la hija de Evaluna y Camilo. En ese sentido, el cantante reveló cómo se siente y abrió la posibilidad de tener un hijo con su esposa, Stefanía Roitman. “Sí, me encanta porque voy a estar enamorado de mi sobrinito, ahí cuidándolo, mimándolo mucho, y cuando lleguen los momentos difíciles, de que se despierta cada tres horas y todo eso, yo voy a estar durmiendo tranquilito en mi cama, descansando. Que Evaluna y que Mau sean los que sufren con eso, por ahora”, revela.
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