Spin-offs, remakes, precuelas y secuelas: ¿Hollywood se quedó sin ideas?

En medio de un crecimiento geométrico de las plataformas, las ficciones nuevas recurren a fórmulas viejas y conocidas. ¿Es parte de una moda pasajera o un fenómeno que llegó para quedarse?

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Spin off, secuelas, remakes y
Spin off, secuelas, remakes y precuelas, ¿Hollywood sin ideas?

Hubo una época en la que el cine nos sorprendía para bien. Proponía narrativas frescas que rompían el status quo de los guiones planos, sujetos a los buenos y a los malos y nos regalaban tramas complejas, arriesgadas y novedosas. Hubo un tiempo que fue hermoso, sí. Pero alcanza con mirar los últimos títulos de series y películas para que se encienda la alarma sobre un escenario actual de la ficción en el que Hollywood parece estar quedándose sin ideas.

Seguramente a esta altura todos estemos familiarizados con términos como remakes, precuelas, secuelas, spin-offs y sus derivaciones. Se trata de términos que definen a nuevas ficciones que parecen novedosas pero encierran una trampa. Vueltas de tuerca que parten de una historia original, y remiten muchas veces a la fórmula en apariencia infalible de qué hubiera pasado si... o reparan en describir la infancia de un personaje popular o imaginan cómo serán en el futuro los protagonistas de nuestras entrañables historias... ya inventadas.

Top Gun: Maverick nos trajo de vuelta a Tom Cruise en la piel del aviador muchos años después

No es casualidad que las dos películas más taquilleras de este año formen parte de este formato. Nos referimos a Top Gun: Maverick (secuela de Top Gun, original de 1986) y Minions: nace un villano -que bucea en el origen de Gru- secuela de Minions y precuela de Mi villano favorito.

En el ambiente de las series sucede algo similar. Con el anuncio de HBO de la llegada para el 21 de agosto de House of the Dragon, spin-off de la mega exitosa Game of Thrones, también se dio a conocer el proyecto de otra serie basada en Jon Snow, el personaje que interpretó Kit Harrington en la mencionada serie.

La serie spin-off busca recuperar la producción más aclamada de HBO con esta nueva historia.

Muchos hablan de los spin-offs como una moda, una tendencia a la que podrían sumarse los true crimes (producciones que relatan crímenes verdaderos) o las biopics, basadas en la biografía de personajes célebres y a veces no tanto. Pero es cierto que son una lectura de época y por algo en estos últimos años este género explotó de la manera que lo hizo.

La pregunta que se impone es si todas las historias merecen volver a contarse o cuáles son los personajes cuyas historias merecen ser revisitadas. Un buen ejercicio es pensar lo que sucedió con el universo de los villanos de Disney, que nos trasladaron del odio al amor con Maléfica (protagonizada por Angelina Jolie). Incluso Loki del Universo Marvel alcanzó la misma categoría, cuando su serie llegó a la plataforma de Disney+.

De la mano de las remakes (también llamadas reboots) surge la necesidad de incluir temáticas que antes eran impensadas. Así, por ejemplo, la tercera versión de El padre de la novia, incluyó un elenco casi en su totalidad latino (Andy García, Adria Arjona, Gloria Estefan, Diego Boneta, Isabela Moner, Macarena Achaga) y se sugirió la temática LGTBQ+, aunque se tocó de modo tangencial. Recordemos que la versión de los 90 había una ridiculización de los gays con el personaje del organizador de la boda (un genial Martin Short) y el resto del elenco era blanco casi en su mayoría. Estos son algunos de los puntos también donde este revisionismo es necesario y se convirtió casi en un must dentro de las nuevas ficciones de la industria. El dilema surgirá cuando ya se hayan revisado todos los films del pasado o se intenten cambiar radicalmente las tramas, como la nueva versión que postula una agente 007 mujer).

Bob Odenkirk se despide del personaje luego de dos series increíbles y la consagración definitiva.

Cada una de las series que veíamos en nuestras infancias, a una hora determinada y por canal de aire, contaba con personajes atractivos y muchas veces nos generaban las ganas de saber más. La familia Ingalls, por ejemplo, tuvo sólo un episodio que relató el momento en que Charles y Caroline se conocían en la adolescencia. Pero no mucho más. ¿Hubiera sido posible una precuela sobre la infancia de Charles? ¿Cómo serían sus vidas en ese universo desconocido para siempre?

Breaking Bad, considerada una de las mejores series de todos los tiempos, tuvo un spin-off y una secuela con resultados diversos. El primero es la gran Better Call Saul, que se estrenó al poco tiempo de que despedimos con congoja a Walter White. La serie funcionó de maravillas con el personaje del abogado Saul Goodman -o Jimmy Mc Gill su verdadero nombre- y ahora nos entrega sus episodios finales en Netflix. Y la secuela El camino, fue en formato película y se centró en la vida del joven Jesse Pinkman (Aaron Paul) a partir del final de Breaking Bad. ¿Era necesaria esta historia? Para los fans, sí. Pero para crear nuevas historias, no.

La reunión definitiva de todos los ex Karate Kid en una historia que ya tiene vuelo propio.

Una secuela que funcionó de maravillas cuando fue tocada por la varita mágica de Netflix, fue la serie Cobra Kai, que aborda la historia de Danny Larruso y Johnny Lawrence de Karate Kid. La trama nos mostraba cómo habían crecido y evolucionado estos dos contrincantes de los dojo de karate luego de 20 años. La nostalgia hizo su trabajo y tanto la generación que había visto la saga como el nuevo público, disfrutó de cada enfrentamiento entre el buenazo de Danny y el chanta (pero tampoco tan malo) de Johnny.

Las derivaciones de cada ficción pueden ser infinitas y al pregunta nos lleva al planteo inicial. ¿Está Hollywood quedándose sin ideas?

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